Ayuda federal revela falta de preparación en la isla
Gobierno federal se ha visto en la necesidad de distribuir más suministros en Puerto Rico que en el resto de las áreas impactadas en 2017
WASHINGTON.- De cara al próximo desastre natural, el jefe de la Administración federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) quisiera ver a los gobiernos estatales y locales más involucrados en las operaciones urgentes.
El caso de Puerto Rico, de acuerdo con administrador, Brock
Long, resalta esa necesidad. En Puerto Rico, según Long, FEMA tuvo que convertirse en los principales o únicos socorristas, por varias semanas.
“FEMA nunca fue diseñado para ser los primeros socorristas y nunca lo debe ser”, dijo Long, quien declaró la semana pasada ante el Comité de Transportación e Infraestructura de la Cámara de Representantes, y el Comité de Seguridad Interna del Senado federal.
Long contrastó las limitadas posibilidades de las autoridades de Puerto Rico para atender la emergencia –y advirtió que no lo decía por criticarles, sino como, un hecho–, con los preparativos del gobierno de Texas, que al recibir el impacto del huracán Harvey tenía sus propios suministros para cinco días.
Las comparaciones finales tendrán que esperar al desenlace de la emergencia.
Pero, la catástrofe provocada en Puerto Rico por el huracán María ha sido comparada principalmente con el huracán Katrina, que asoló principalmente a Luisiana en 2005 y que en total causó más de 1,800 muertes.
El total de víctimas fatales que dejó a su paso Katrina nunca fue preciso, como ahora ocurre en Puerto Rico, donde oficialmente se identifican 55 muertes.
El más reciente boletín de FEMA indica que más de 16,000 funcionarios federales, entre militares y civiles, fueron movilizados a Puerto Rico, como consecuencia del huracán María. Unos 1,000 ya estaban en la isla a causa del ciclón Irma.
Desde el punto de vista del Pentágono, entre los fenómenos atmosféricos, el despliegue más importante de personal y equipo de esta temporada 2017 de huracanes se ha hecho en Puerto Rico, donde claramente las necesidades eran más altas.
Para responder a la catástrofe de Katrina, en 2005, unos 50,000 guardias nacionales y alrededor de 20,000 soldados activos fueron movilizados en los estados de Luisiana y Misisipi.
Los desplazados en Luisiana fueron más de 250,000.
En Puerto Rico, de los cerca de 16,000 funcionarios federales que fueron movilizados, entre 8,000 y 9,000 han sido soldados activos, según el Pentágono.
Pero, por lo menos 2,500 de esos 8,000 o 9,000 militares a tiempo completo, son reservistas del Ejército de EE.UU. de Puerto Rico, que fueron activados para colaborar con la emergencia, dijo hace unos días el general Jeffrey Buchanan a la cadena CBS.
Otras 4,000 tropas que se han vinculado a las tareas de emergencia en Puerto Rico, lo que ha incluido desde el suministro de productos hasta las tareas de despejar las calles, han sido miembros de la Guardia Nacional de Puerto Rico. El general jubilado Russel Honoré, quien en medio del caos de Nueva Orleans tras el azote del huracán Katrina fue nombrado por el presidente George W. Bush como comandante a cargo de todo el operativo federal de aquella emergencia, ha sido consecuente en indicar que si hubiese estado a cargo de la catástrofe en Puerto Rico hubiera solicitado 50,000 tropas.
Puerto Rico tiene 3,425 millas cuadradas. Luisiana es un estado mucho más grande, con 52,271 millas cuadradas, pero la ciudad de Nueva Orleans, el epicentro de la emergencia en Katrina, ronda las 350 millas cuadradas.
Como general de tres estrellas, Buchanan ha sido el jefe de los militares de la emergencia generada por el huracán María desde el 28 de septiembre, cuando llegó a la isla. Nunca tuvo a su cargo los trabajos civiles, a diferencia de Honoré.
Buchanan ha funcionado por encima del jefe de la Guardia Nacional de Puerto Rico, Isabelo Rivera. Pero los guardias nacionales le responden al ayudante general Rivera, quien fue nombrado por el gobernador Ricardo Rosselló.
Cuando la furia del huracán María golpeó a Puerto Rico, el Pentágono tenía seis helicópteros de la Marina de Guerra y tres aviones Osprey (que se utilizan para dar apoyo durante ataques militares) en la región. En los primeros días después del ciclón, resultaron insuficientes para misiones de emergencia para distribuir suministros.
En su nivel máximo, el Pentágono llegó a contar con 60 helicópteros. Pese a los graves contratiempos para llegar a municipios del interior –donde FEMA sostiene que aún se requieren suministros–, el general Buchanan ha defendido la movilización, dentro de las dificultades que considera tiene el transporte de equipo hacia la isla.
Tanto en Texas –tras las graves inundaciones que dejó el paso del huracán Harvey– como en Puerto Rico, los primeros socorristas militares fueron los reservistas que están basados en ambas jurisdicciones. Los primeros días, según los testimonios de funcionarios municipales, las tareas de rescate en el interior de Puerto Rico estuvieron en manos de los socorristas boricuas.
Texas movilizó sus 14,000 guardias nacionales. El Pentágono indicó que tuvo más de 6,000 soldados activos en ese estado, particularmente en Houston.
MÁS NECESIDAD
Lo que es un hecho, sostuvo el
Pentágono, es que las necesidades de primeros auxilios en Puerto Rico fueron muchísimo más altas que en ninguna de las emergencias que tuvieron que atender esta temporada de huracanes.
De los 126 millones de platos de comidas que habían entregado hasta principios de la semana pasada, 87 millones se distribuyeron en Puerto Rico, indicó esta semana el Pentágono al Congreso.
En una ponencia conjunta presentada ante el Comité de Seguridad Interna del Senado por la jefa del Comando Norte, general
Lori Robertson, y el subcomandante del Cuerpo de Ingenieros, mayor general Donald Jackson, de los 11.5 millones de litros de agua que han sido distribuidos, cerca de 10 millones se entregaron en la Isla.
Al cumplirse el primer mes después del huracán, FEMA indicó que había distribuido 23.6 millones de litros de agua. Aunque no es posible precisar cuántas personas en Puerto Rico necesitaban entonces agua, la Organización Mundial de la Salud considera que cada persona necesita por lo menos 2.5 litros de agua al día.
La revista Time indicó que, si toda la población hubiese necesitado agua potable durante ese mes, la distribución de FEMA hubiese cumplido con el 9% de las necesidades de los residentes de Puerto Rico.
Por su parte, el Departamento de Salud de Estados Unidos dijo que movilizó unos 1,600 funcionarios a Texas y Luisiana como consecuencia del azote del huracán Harvey. En Puerto Rico, el total de funcionarios médicos y de enfermería superó los 500.
En todas las respuestas a los ciclones de 2017, el Departamento de Salud ha otorgado dispensas que permiten flexibilizar el uso de los fondos de Medicaid y Medicare para atender pacientes.
Debido a Harvey, Salud federal, hasta finales de octubre, había atendido 5,300 pacientes en Texas. Por Irma, unos 2,700. Y en Puerto Rico, como consecuencia de María, Salud federal informó que junto al Departamento de Defensa han dado servicios a más de 22,000 pacientes en una docena de hospitales, instalaciones médicas temporales y refugios.
“Cada desastre natural es diferente y cada comunidad tiene diferentes recursos y necesidades diferentes, por lo que cada respuesta es diferente”, indicó Ellen
Kane, portavoz del Departamento de Salud de EE.UU.
A preguntas de la senadora demócrata Heidi Hetkamp (Dakota del Norte), el jefe de FEMA y el secretario adjunto de Salud federal para Preparación y Respuesta, Ronert Kadlec, indicaron que pese al buque hospital USNS Comfort tener diariamente decenas de camas vacías, “no ha sido subutilizado”. Hasta ayer, en el Comfort se habían atendido 697 pacientes.
ESTIMADOS DE DAÑOS
El costo de los daños provocados por los huracanes Harvey en Texas, Irma en Florida, Islas Vírgenes y Puerto Rico, y María en Puerto Rico y las Islas Vírgenes, aún no han sido oficializados.
Pero, los estimados que se hacen prevén cifras históricas.
Katrina le costó al gobierno federal unos $120,000 millones. De esos, $75,000 millones fueron en asistencia de emergencia. El resto fueron fondos de reconstrucción, según Data Center.
Como préstamos, a Luisiana se le aprobaron casi $1,000 millones, pero terminó recibiendo $837.3 millones y pagó solo $23 millones del principal.
En lo que el gobierno de Puerto Rico espera sea solo un adelanto de iniciativas para reactivar la economía, el Congreso ya aprobó poner a disposición de la isla una cartera de préstamos que pueden rondar los $4,700 millones. Otros $225 millones pudieran estar disponibles para las Islas Vírgenes.
Aunque el gobernador de Texas, Greg Abott, estimó en hasta $180,000 millones los daños, los cálculos que recibe el Congreso, de acuerdo a la mayoría republicana del Comité de Transportación e Infraestructura de la Cámara baja federal, coloca la devastación entre los $70,000 y $90,000 millones.
De acuerdo a los datos del Comité de Transportación e Infraestructura, la destrucción causada por el huracán Irma, en Florida, Islas Vírgenes y Puerto Rico, puede estar entre los $45,000 millones y los $65,000 millones.
Los asesores republicanos del Comité no hacen un cálculo de las consecuencias que tuvo el huracán María en Puerto Rico. Pero, en reuniones en el Congreso, el gobernador Rosselló ha indicado que Puerto Rico puede necesitar entre $50,000 millones y $65,000 millones de cara al proceso de reconstrucción, según varias fuentes.
“Cada desastre natural es diferente y cada comunidad tiene diferentes recursos y necesidades” ELLEN KANE PORTAVOZ DE SALUD FEDERAL