Profesoras del Conservatorio de Música crean proyecto para ofrecer musicoterapia a adultos mayores
El cuarteto Guanina deleita a adultos mayores para mejorar su calidad de vida
Las unen décadas de amistad, el amor por la música y la educación y el trabajo que hacen con su cuarteto, Guanina.
Sin embargo, desde hace un tiempo, conscientes del poder que tiene la música para mejorar el ánimo, evocar recuerdos y estimular la memoria, estas profesoras del Conservatorio de Música dedican parte de su tiempo a llevar su arte a centros donde adultos mayores viven o comparten actividades. Entre su repertorio destacan las danzas puertorriqueñas porque es un género que se han propuesto rescatar.
Marta Hernández Candelas, quien toca la viola, Sheila Ortiz
González, que toca el violonchelo, y las violinistas Mayra Urdaz y
Sandra Rodríguez García, recuerdan la primera vez que tocaron para un adulto mayor.
Lo hicieron, sin saber que era el pinino de un proyecto de amor posterior.
Fue hace como 11 años. Les pidieron que tocaran para un hombre que había sufrido un derrame cerebral y había quedado con parálisis, atado a una silla de ruedas. No se movía ni hablaba, así que pensaron que tocaban para alegrarlo. Pero, para su enorme sorpresa, cuando terminaron y se despidieron, el homenajeado levantó levemente la mano y movió un dedo en señal de despedida.
Hace apenas unos días, en un hogar de cuidado prolongado, llegaron a hacer música para los residentes, junto con Camilo, el hijo de Sandra, de 11 años, y de Pablo, de 8 años e hijo de Marta. Frente a un público entusiasta, tocaron piezas del repertorio conocido para la población, hasta que uno de los residentes les pidió que tocaran un tango. Cuando finalizaron la pieza, el hombre tenía el rostro cubierto por lágrimas. Es argentino y la música le hizo recordar lo bonito del país del cual tuvo que salir huyendo en los años de la dictadura.
MUSICOTERAPIA
Es que la música es terapia, apunta Marta, quien es musicoterapista y también pone en funciones dicha disciplina en el área de cuidado intensivo neurológico.
Recuerda la especialista que la música permite hacer reminiscencia (recordar eventos pasados), logra que haya conexiones entre neuronas, relaja a quien la escucha y motiva al movimiento, entre otros beneficios. Un paciente de Parkinson que escucha determinada música, por ejemplo, logra caminar al ritmo de dicha melodía, explica Marta.
De hecho, para estimular el movimiento, el cuarteto siempre incluye en sus presentaciones una pieza de Luciano Quiñones sobre el lenguaje del abanico.
Con emoción, Sandra cuenta que llevan abanicos y le piden a la audiencia que emulen los movimientos que se explican en la pieza, que ella canta. La gente se lo disfruta muchísimo, al tiempo que hacen actividad física, destaca.
Para un adulto mayor, la música no solo puede ayudar en todas estas áreas, sino que también puede servir de compañía, resalta Marta.
Esto último es uno de los objetivos que logra con su labor en el hospital. Particularmente en el área de intensivo, donde los pacientes están mucho tiempo solos, pues las horas de visita son limitadas. La música aminora esa sensación de soledad. Es importante reconocer, dice Marta, que no importa la gravedad que tenga una persona, nunca pierde el sentido de la audición. Su labor allí también ayuda a que el proceso de recuperación sea más rápido. No cura, aclara, pero es aliciente y ayuda.
EDUCACIÓN COMO OBJETIVO
El cuarteto habla mucho de su labor con los adultos mayores, pero destacan que una de sus grandes pasiones es la educación. Lo dice con énfasis Sheila, quien se veía como músico mientras estudiaba y terminó enamorada de la instrucción musical. No cambia ser maestra por nada.
De hecho, la educación las une por partida doble, pues en los 80 coincidieron en un proyecto que se hizo en Ponce para enseñar música a los niños, con un concepto entonces novel en el que se aprende la disciplina en grupo y no de forma individual.
Ahora, otro proyecto comunitario es parte de su vida, ya que Sandra y Mayra participan del proyecto 100 X 35 que el Conservatorio de Música tiene en varias comunidades. El proyecto busca masificar el aprendizaje de la música en comunidades desventajadas para que los niños tengan oportunidades en diversas áreas. Ya son varios los estudiantes que han participado en ese proyecto que, posteriormente, han ingresado al Conservatorio.
“De otra forma quizás no tendrían esa oportunidad. Son niños inteligentísimos”, subraya Mayra.
Las personas interesadas en comunicarse con el cuarteto Guanina pueden llamar al (787) 432-7961. También pueden escribir al correo electrónico: ortizshe@hotmail.com.