SACAN ASBESTO DE UNO DE LOS EDIFICIOS
El rector del Recinto de Arecibo, Carlos Andújar, explicó que, en términos de daño a la infraestructura, el área más afectada fue el Decanato de Estudiantes, donde los vientos del huracán María hicieron estallar varios cristales, provocando que cayera lluvia en su interior.
Allí se detectó asbesto expuesto, pero fue removido hace dos semanas. Los salones de Sistemas de Oficina también se inundaron y el martes se les estaba cambiando el piso.
Arlyn Serpa, decana asociada de Asuntos Estudiantiles, explicó a El Nuevo Día que, hasta la semana pasada, 200 estudiantes habían pasado para recibir algún tipo de ayuda o consejería.
“De esos 200, 100 necesitan alimentos y 87 lo perdieron todo”, indicó, en referencia a la residencia principal u hospedaje.
“Pero el hecho de haber comenzado las clases es positivo. Han salido de su entorno, donde tienen su situación particular y aquí ven a sus compañeros, ventilan la situación y se sienten más seguros”, agregó.
El ambiente en el recinto el pasado martes era de algarabía. Era Noche de Brujas y a simple vista no había forma de pensar que este pueblo fuera uno de los más devastados por el huracán María.
Según su rector, se había reportado una asistencia de entre 95% y 98% en las clases que arrancaron el 23 de octubre.
Entre cuatro y cinco estudiantes habían logrado una transferencia desde otros recintos, como Río Piedras y Utuado.