ZULEMA Arroyo
FUNDADORA DE ARTZ CURE SARCOMA
Aesta puertorriqueña radicada en Nueva York le sobra energía. Cuando comienza a explicar el trabajo que hace nadie imaginaría que ha pasado por 12 operaciones, innumerables citas médicas y horas de dolor, relacionadas al sarcoma (un tipo de cáncer muy raro) que se le diagnosticó en 2015.
Pero Arroyo vive entregada a crear conciencia sobre su enfermedad. Ella conoce muy bien el desconcierto de quienes sufren un mal del que se habla muy poco y cuya población de pacientes es mínima comparada a otros tipos de cáncer (12,000 casos nuevos al año en Estados Unidos). Por eso quiere ayudarles, hacerles sentir que no están solos, ofrecerles información valiosa para su proceso.
El mismo año que descubrió el padecimiento, Arroyo decidió fundar Artz Cure Sarcoma, una organización sin fines de lucro que canaliza toda la asistencia que puede a personas que enfrentan la condición. En su pri- mera actividad, celebrada en el apartamento que comparte con su esposo en Manhattan, logró recaudar $45,000. Y, desde entonces, continúa buscando formas de asistir a la mayor cantidad de pacientes.
Como tantos puertorriqueños de la diáspora, a Arroyo también le conmovió el panorama que dejó en la isla el huracán María. Por eso, decidió que a partir del 1 de octubre todos los donativos a su fundación sean destinados a la causa por la rehabilitación del país.
De esta manera, ha logrado tramitar la llegada de ayuda comunitaria a Puerto Rico a través de aviones privados de las organizaciones Be Strong (de la 'housewife' y empresaria Bethenny Frankel), We Do Better y Global Empowerment Mission. Este esfuerzo está dirigido a contribuir a las necesidades de hospitales, égidas y centros de cuido en 17 pueblos del área oeste, pues Arroyo es de Mayagüez.
Arroyo, quien está supervisando que toda la ayuda llegue a donde más se espera, también ha facilitado vuelos humanitarios para pacientes de çáncer sin seguro médico en Estados Unidos y ofrecido orientación a quienes enfrentan un diagnóstico en el momento crítico que vive el país.
“No doy abasto, no duermo. Me siento bien comprometida por los pacientes”, asegura.
Próximamente, la boricua publicará un libro sobre su historia batallando con el sarcoma, que servirá de guía a quienes están pasando por la misma situación que ella.
“No doy abasto, no duermo. Me siento bien comprometida por los pacientes”.