BIBIANA Ferraiuoli
DIRECTORA EJECUTIVA DE LA FUNDACIÓN RICKY MARTIN
La reacción inmediata de la Fundación Ricky Martin para establecer una red de ayuda para Puerto Rico no fue algo extraordinario dentro de la misión que realiza desde su origen en el 2001. La defensa de los derechos humanos y la justicia social es el norte que rige la entidad sin fines de lucro, y previamente había tenido intervenciones similares de ayuda humanitaria en Tailandia (2004) y Haití (2010), a raíz de los terremotos.
Lo distinto esta vez fue el lugar. No era tierra lejana, era la propia. Y eso sacudió, tanto al presidente fundador Ricky Martin, como a la directora ejecutiva Bibiana Ferraiuoli.
“Te estruja el alma de otra manera porque lo estás viendo en tu propio terruño, y en el momento dado en que María entra a Puerto Rico, desde Estados Unidos se estaba armando lo que fue, en menos de 12 horas, la página digital que estableció Ricky con youcaring.com/rickymartin”, detalla.
El plan de acción tomó forma con el nombre Fondo Desastre de Ayuda Humanitaria, el cual tendrá tres fases: a corto, mediano y largo plazo. La primera fue impactar directamente a las comunidades de Loíza aledañas al Centro Tau, que estableció la Fundación en alianza con Nuestra Escuela. Trescientas setenta y cinco cajas de amor y esperanza fueron entregadas, en su mayoría por el mismo presidente, en las comunidades Las Cuevas, Villa Álvarez (La Vaca) y Richard. Esa avanzada se extendió a los municipios de Yabucoa, Moca, Isabela, Aguadilla, Aguada, Añasco y Rincón, alcanzando impactar a 100,000 familias directamente. “Nos gustó la estrategia de ir casa por casa y comunidad por comunidad porque ese toque humano es especial”, comparte. Al unísono, Ferraiuoli mantiene comunicaciones con otras entidades para desarrollar las fases a mediano y largo plazo que se centrarán en la construcción de hogares en Loíza, donde 1,000 viviendas fueron afectadas por el huracán María. Igualmente, aprovechará el Pabelleón que anualmente establece la Fundación Ricky Martin para educar sobre cómo un evento natural como el ocurrido en la Isla agudiza el crimen de trata humana. “La esperanza está en la acción, en esos instantes y en esas historias de comunidad que estamos viendo”, resalta. “La esperanza está en el amor, y la acción, en dar la mano”, afirma.
“Volvemos a ser todos humanos, nos reconocemos como vulnerables, y creo que la naturaleza nos dejó saber a todos cuál es nuestro espacio en nuestro mundo”.