EL ETERNO deportista
Los atletas séniors están demostrando su fortaleza y sus capacidades –y se niegan a quedarse quietos
Cada vez más personas empiezan a practicar deportes en sus “años dorados”, lo que demuestra que es cierto que nunca es demasiado tarde para empezar.
El ejercicio y la actividad física tienen una serie de beneficios que nos “protegen” del paso del tiempo y de los signos del envejecimiento. Algunos estudios han demostrado que hacer ejercicio periódicamente puede resultar beneficioso para las personas con artritis, con afecciones cardíacas y con diabetes. Por su parte, el entrenamiento de la fuerza es la mejor opción para evitar la pérdida de masa ósea y la osteoporosis.
A nivel físico, los deportistas mayores son mucho más jóvenes de lo que indica su edad. Según los estudios, su edad de rendimiento físico es, por lo general, 25 años menor que su verdadera edad, lo que demuestra que el ejercicio tal vez sea el elixir de la vida.
Las pruebas comparativas muestran que los deportistas más jóvenes comienzan teniendo más fuerza y eficiencia, pero no logran hacer avances notables. Los mayores pueden hacer avances considerables, con incrementos en el nivel de fuerza de entre un 15 % y un 20 % durante el mismo período. Esta diferencia es suficiente para eliminar su deficiente eficiencia inicial en comparación con la de los más jóvenes.
Estado físico = estado mental
El aumento de la esperanza de vida, derivado de las mejoras en el estilo de vida, la dieta y la salud, ha ido de la mano de un incremento en el número de personas que padecen demencia y otras enfermedades relacionadas con la edad. Tomar medidas para combatir los efectos negativos de la edad en el plano físico y mental puede ayudar a gozar de una vejez más gratificante y mejorar la calidad de vida.
El ejercicio ayuda a combatir los problemas físicos y mentales asociados con el envejecimiento. Algunos estudios han demostrado que los adultos que se ejercitan diariamente tienen un riesgo entre un 20 % y un 30 % menor de padecer depresión y ansiedad y, además, tienen mayores niveles de autoestima. El ejercicio también anima a que las personas salgan y socialicen, lo que sirve para combatir la soledad que a menudo llega con la vejez. El ejercicio no solo ayuda a prevenir el desarrollo de problemas de salud mental, sino que también mejora la calidad de vida de las personas que ya los padecen.
Marc Agronin, psiquiatra experto en geriatría quien es vicepresidente de salud mental e investigación clínica en el Miami Jewish Health Systems y que investiga sobre el alzhéimer, confirma estos beneficios desde una base científica. “Cuando las personas mayores participan en eventos competitivos, tienen un objetivo que cumplir. Y tener un objetivo que cumplir resulta muy positivo psicológicamente”.
Alcanzar la meta
Se atribuye al deporte la capacidad de ayudar a las personas a superar las adversidades. Esto suele aplicarse a los jóvenes que toman el control de sus vidas y tienen éxito cuando en otros contextos parecen "fracasar". Sin embargo, recurrir al deporte para superar barreras no es algo que hagan solo las generaciones más jóvenes. Diversas personas mayores lo han hecho con fines sociales o para mejorar sus vidas.