HERRAMIENTAS PARA LOS TRABAJADORES DE LA EMERGENCIA
La vida, el bienestar y la capacidad de recuperación de muchas personas, de comunidades y pueblos enteros depende de ellos. Son alcaldes, médicos, enfermeras, policías, técnicos de radio, personal para el manejo de emergencias, trabajadores de obras públicas e infraestructura, cocineros, soldados, voluntarios de organizaciones no gubernamentales procedentes de cerca y de muy lejos… La lista en estas semanas post María es extensa y la presión aún más.
Ninguna de las personas que atienden asuntos relacionados con la emergencia es inmune al cansancio, el desespero o la impotencia que asoma por momentos, no son máquinas, por eso de acuerdo con la psicóloga Vivian Ferrer, voluntaria de la Cruz Roja, es importante que oportunamente ventilen sus emociones.
“Ellos necesitan mucho apoyo también. Debe haber un debriefing. Todas las tardes, después de salir de trabajar, como equipo reunirse y hablar de las situaciones que se presentaron porque de igual manera ellos están atravesando por las mismas pérdidas. Compartir esas experiencias, el cansancio, el agotamiento, que tomen ese momento de respirar y botar”, aconseja.
La precariedad súbita en la que comenzó a vivir la población general hace difícil mantener la calma. Sin embargo, el llamado de Ferrer es precisamente ese.
“Hay que tener calma. Es importante enfocarnos en lo que tenemos y no en lo que perdimos, aferrarnos a los recursos que sí tenemos: a nuestros vecinos, a nuestra comunidad, nuestros ministros, la gente que acude a nuestra iglesia, etcétera. Dar apoyo a los demás y ofrecer de lo que tenemos”, propone la voluntaria de la Cruz Roja.