Malabares para operar en la Policía
De los 205 cuarteles en el país, 36 necesitan algún tipo de reparación, y se estiman daños que ascienden a $10 millones
Cuatro zafacones colocados uno al lado del otro en el piso de la oficina de la comisionada de la Policía, Michelle Hernández Fraley, en el edificio anexo del Cuartel General delatan que algo allí no anda bien. En el techo, la ausencia de plafones obedece al agua que cae desde el cuarto piso del edificio como consecuencia del paso del huracán María, que dejó daños en los cuarteles de la Policía estimados en $10 millones.
“La raíz del problema está en el techo del cuarto piso”, dijo Hernández Fraley, al explicar que las reparaciones en el edificio anexo del Cuartel General están encaminadas, aunque no dijo cuándo se completarían. Sostuvo que el Cuerpo de Ingenieros de Estados Unidos (Usace, por sus siglas en inglés) hizo una evaluación y prepara los contratos a ser otorgados para realizar “arreglos temporeros”. La Autoridad de Edificios Públicos (AEP) también envió dos compañías para hacer estimados en lo que concierne a arreglos permanentes al edificio.
Mientras, faltan plafones en el techo, hay ventanas selladas por cristales rotos y múltiples toldos colocados en el área, incluyendo Radio Control. “El jefe de la AEP (Amílcar González Ortiz) vino aquí y sabe exactamente dónde estamos”, dijo.
En Corozal, el cuartel se inundó y los policías trabajan en un cuartel rodante donado por el municipio. En Comerío, el cuartel igualmente se inundó por el río La Plata y los agentes trabajan desde el gimnasio municipal entre bancos de pesas y una foto del actor Arnold Schwarzenegger en sus tiempos de fisiculturista. En ningún de los dos cuarteles hay teléfono, lo que imposibilita el contacto directo con la ciudadanía.
Tras el paso del huracán, los policías de Comerío fueron movidos a un refugio por tres semanas y luego al gimnasio municipal, explicó el sargento Francisco González. Siete patrullas se perdieron en la inundación.
“Estuve disfrutando unos días y cuando llegué, para mi sorpresa, estaban a oscuras y fue que se había dañado la planta”, dijo González, quien explicó que el día de la visita de El Nuevo Día hacían una recolecta entre los policías para comprar una pieza para el generador.
“Son muchas las complicaciones. No tenemos teléfono, no hay señal para nada. Estamos incomunicados. La gente tiene que venir personalmente”, dijo.
Tampoco tienen celda, por lo que llevan a los detenidos al cuartel de Barranquitas o a la Comandancia de Aibonito.
Corozal, donde fueron pérdida total una patrulla y varios vehículos privados a causa de la crecida del río Cibuco, tiene energía eléctrica hace un mes, pero en Comerío operan -cuando sirvecon un generador para encender luces y cargar los radios portátiles. En el cuartel inundado, se perdieron siete patrullas.
Migdalia Rivera, agente asignada al cuartel rodante de Corozal, reconoció que la falta de espacio es
un problema y que varios querellantes han reclamado espacio para prestar testimonios sensitivos.
“Como único las personas se pueden comunicar con nosotros es que llamen al 9-1-1 -y ellos se comunican con el Centro de Mando”, dijo la agente. No todas las situaciones atendidas por la Policía son emergencias.
Rivera contó que el primer mes de operaciones, cuando trabajaban con generador, los policías cuidaban el aparato “como si fuera de nosotros”. La primera semana, de hecho, trabajaron desde una gomera donde un agente izó las dos banderas.
Corozal no tiene celda, por lo que llevan los detenidos a Toa Alta.
En Toa Baja, el lunes, una decena de agentes pintaba el primer nivel de la estructura, en la que el agua del río La Plata alcanzó cuatro pies de altura. Las operaciones de este cuartel se movieron al cuartel de Levittown. El oficial a cargo, el teniente Luis
Vélez Crespo, dijo que anticipa que su personal podría regresar al cuartel el 14 de diciembre.
Allí, el río averió una patrulla y cinco vehículos privados de policías. El cuartel cuenta con un dormitorio.
“No se dañó mucha propiedad (como armas) porque se subió al segundo piso”, dijo al reconocer que ha escuchado que el cuartel se ha inundado “dos o tres veces antes”.
En el cuartel trajababan agentes, pero con materiales de la AEP.
“Son los mismos muchachos, que están bien animados”, dijo Vélez. “Es que como tienen tantas facilidades como escuelas, no dan abasto”.
SITUACIÓN TEMPORERA
“Esto es temporero, así que vamos a poner esto en perspectiva: hay otras agencias que no tienen ni dónde poner los empleados. Estamos tratando de trabajar en estas situaciones lo más pronto posible”, dijo Hernández Fraley en entrevista con El Nuevo Día. “Estuve ahí en un momento de mi vida, fui soldada y sé lo que es vivir en un ambiente austero y por eso es que estamos tratando de acelerar el proceso para regresar a donde estábamos antes del huracán”.
Empleados del Usace y de la Policía se dieron a la tarea de inspeccionar durante un espacio de seis semanas 205 instalaciones de la Uniformada, la inmensa mayoría propiedad de la Autoridad de Edificios Públicos. De estas visitas, surgió que 29 cuarteles necesitan algún tipo de reparación. De hecho, ya están en vías de que se firmen contratos para la reparación de los primeros cuatro: Hato Rey Oeste, Lares, Toa Baja y Patrulla de Carreteras de Ponce.
Aunque el cuartel de Comerío se inundó hasta superar el primer nivel, la AEP ha iniciado reparaciones allí. Sin embargo, Hernández Fraley indicó que sus agentes no regresarán a la instalación y que ha iniciado conversaciones con el alcalde Josean Santiago para identificar una estructura alterna. En el caso de Corozal, ya se identificó la estructura nueva: la antigua sede de la Policía Municipal.
“El problema de Comerío es que es un lugar inundable. No quisiera regresar al cuartel”, dijo la jefa de la Policía.
Otros cuarteles que serán abandonados son Patrulla de Carreteras de Caguas -donde se paga rentay la antigua Comandancia de Caguas, severamente averiada e inundada por la lluvia depositada por María. Gran parte de los empleados de diversas divisiones han sido relocalizado en la Comandancia de Caguas.
El cuartel de la Unidad Motorizada de Fajardo también será abandonado. Más temprano en la emergencia, el cuartel de Caimito tuvo que ser reubicado en Cupey y el cuartel de Puerta de Tierra en el de Santurce.
En lo que concierne a la labor de Usace, Hernández Fraley deposita toda su confianza en ellos y en que van a acelerar el paso en el otorgamiento de contratos para las reparaciones en los cuarteles. Sin embargo, comenzando por el gobernador Ricardo Rosselló Nevares, la visión del gobierno en torno al trabajo de este organismo adscrito al ejército no es tan favorable.
“Yo estuve en el ejército y conozco las diferentes partes del Cuerpo de Ingenieros. No es una opinión de afuera, es una experiencia de 30 años con el Cuerpo de Ingenieros. Fui personalmente y me reuní con el coronel de la unidad y le di una lista de prioridades. Están trabajando, pero no pueden trabajar todas las prioridades a la misma vez”, dijo.
HABÍA GENERADORES, PERO...
entrevistó a Hernández Fraley el miércoles, cuando no pudo precisar cuántos cuarteles operaban con generador, al alegar que el número “varía”. Sin embargo, aseguró que en todos los cuarteles que ha visitado sin energía eléctrica, vio un generador.
“Que estuviera funcionando, esos son otros 20 pesos”, dijo al recordar que tras una denuncia de un agente que señaló en las redes sociales que trabajaban a oscuras en el cuartel de Calle Loíza, el miércoles ella visitó de madrugada la instalación y el generador funcionaba.
Le faltan 17 municipios por visitar y, según información oficial, 16 pueblos no cuentan con energía eléctrica.
“Aquí hay lecciones aprendidas y es que cuando no te preocupas del día a día de hacer mantenimiento… hay ciertas cosas que se pudieron haber prevenido y no se previnieron por falta de mantenimiento. Fui a cuarteles donde me dijeron que una filtración pequeña con el huracán se convirtió en un hoyo en el techo”, dijo al reconocer que el programa de mantenimiento de generadores “no corrió como debió ser”.
Esta última es responsabilidad de la AEP.
¿Está satisfecha con la labor de la AEP?, se le preguntó.
“No puedo darle un score (puntuación) porque entré a la oficina en enero”, respondió. “Pero hay que reevaluar todo el programa de cómo se les da mantenimiento a los edificios, las áreas verdes y las propiedades del Estado”.
“Estuve ahí en un momento de mi vida, fui soldada y sé lo que es vivir en ambiente austero...” MICHELLE HERNÁNDEZ FRALEY COMISIONADA DE LA POLICÍA