Cruz Roja da la mano a la isla
La respuesta a la emergencia ha recaído en 700 voluntarios de la organización
Aun cuando el huracán María inundó la sede de la Cruz Roja Americana, Capítulo de Puerto Rico, en los predios del Centro Médico en Río Piedras, los voluntarios y el personal de la organización han distribuido 6.1 millones de alimentos y meriendas y 30,000 bolsas de filtración de agua a damnificados en toda la isla.
Hasta la fecha, han provisto unos 27,100 servicios de salud y salud mental a la comunidad y han lo- grado que 12,850 familias puedan comunicarse con parientes a través de satélites en 45 municipios, incluyendo Vieques y Culebra, informó Lee Vanessa Feliciano, ejecutiva regional de Puerto Rico e Islas Vírgenes Estadounidenses de la Cruz Roja Americana.
Esa respuesta a la emergencia ha recaído en las manos de más de 700 voluntarios y empleados de la organización sin fines de lucro provenientes no solo de Puerto Rico y Estados Unidos, sino también de naciones como España, Costa Rica, Colombia, México, Honduras y hasta de Finlandia.
Del país nórdico llegó a Puerto Rico la voluntaria Marjo Leppanen apenas tres días después del paso del huracán María, en uno de los primeros vuelos con personal de respuesta a la emergencia. Desde entonces, Leppanen y su equipo de la Cruz Roja Finlandesa han estado a cargo de la logística de la respuesta en la isla; una tarea nada fácil en un territorio en el que los sistemas de energía eléctrica y telecomunicaciones colapsaron debido al ciclón.
“Nosotros como equipo somos responsables de traer los suministros del continente, coordinar su llegada con los aeropuertos y los puertos, asegurarnos de que los productos lleguen oportunamente y trasladarnos rápidamente a nuestros almacenes (en San Juan, Mayagüez, Ponce y Juncos)”, relató la voluntaria con más de una década en la Cruz Roja.
“En nuestro caso, uno de los desafíos fue la infraestructura”, contó Leppanen. “Creo que las mayores dificultades fueron con los teléfonos, que no estaban funcionando. Cuando estaba en la oficina y tenía un miembro del equipo en un almacén y otro en el aeropuerto, no podíamos llamarnos. Estábamos usando teléfonos satelitales, pero lleva tiempo configurar un teléfono satelital, ponerlo en una cierta posición y ángulo para hacer la llamada, por lo que es bastante lento. No es como cuando simplemente levantas el teléfono y llamas. En ocasiones tuvimos que enviar a alguien para llevar el mensaje”, agregó.
Otro recurso al que echaron mano, de acuerdo con Feliciano, lo es una alianza que aún mantienen con radio aficionados de Puerto Rico y Estados Unidos, quienes han ayudado a los voluntarios y al personal a mantenerse comunicados las 24 horas del día a través de toda la isla, cuando otros medios de comunicación fallan.
Para ello, mantienen un “Radio Room” en el segundo piso del edificio de la Fundación Ángel Ramos, en Hato Rey, donde opera actualmente el Capítulo de Puerto Rico de la Cruz Roja Americana.