GUSTOS EN CLAVE DE ALTA COCINA CON INGREDIENTES HUMILDES
¿Será que en su próxima aventura el Agente 007 brindará con espumoso inglés?
Aunque aún no hay acuerdo sobre cuál será su apelativo colectivo lo que sabemos es que los espumosos ingleses han llegado para quedarse en el universo burbujeante donde cada día remarcan más su calidad, cosechan más premios e incrementan sus ventas, consolidando una industria vinícola que hace poco más de una década era apenas testimonial y hoy ruge con la fuerza de un ciclón.
Abran paso al English fizz. Al fenómeno de las burbujas de vino hechas en Inglaterra. Con segunda fermentación en botella, méthode champenoise convertida en méthode britanique. Son, esas burbujas, el estandarte de la industria vitivinícola inglesa que ha venido acelerando su paso al punto que en Nueva York algunos pronostican los espumosos ingleses serán la próxima “it thing” en el mundo del vino y en algunos locales londinenses ya se venden más que algunas reconocidas marcas de champán francés.
Son cada vez mejores. Apenas ha transcurrido una década entre la rústica espuma semejante a la cerveza que coronaba las copas de Nyetimber y la finura y complejidad exquisitas de sus burbujas de hoy. ¿Quién iba a decir que los ingleses, que han sido los principales consumidores del vino de los otros, iban a llegar a producir excelentes botellas propias que cautivarían a los demás?
Miren si no a la Reina Isabel de Inglaterra, que no solo brindó con ellas en el 60mo. aniversario de su ascenso al trono y las ofrece a muchos de los ilustres invitados al Palacio de Buckingham, sino que incluso autorizó a que en los jardines de su Castillo de Windsor se replantara viña para elaborar un vino espumoso, el Windsor Great Park, ensamblaje de chardonnay, pinot noir y pinot meunier que este
2017 se estrena en el mercado y la pasada Navidad agotó velozmente su edición primigenia.
No son nuevas las uvas entre los Windsor, que en su Castillo ya las tenían plantadas en el Medioevo. En el país del Brexit los romanos comenzaron a cultivar las vides, aunque posteriormente la vitivinicultura declinó, entrando en un estado de parálisis durante varios siglos que se debió tanto a la escasez de mano de obra, provocada por epidemias y la disolución de los monasterios en 1536, como a un alegado cambio climático que volvió al entorno más frío y húmedo, y a una transformación en las preferencias del paladar nacional. Fue así como de productora, Inglaterra pasó a importadora de los mejores vinos del mundo, algo más costo efectivo que mantener su propia producción.
Tras la Segunda Guerra Mundial comenzaron a replantarse las vides, dando paso desde la década de 1950 a un resurgir que se consolidó en los noventa al sentarse las bases para una industria moderna del vino basada en conocimiento, experiencia, inversión, calidad y una apuesta por variedades de uva más clásicas, en detrimento de los híbridos que abundaron cuando se empezó a replantar. A su florecer han contribuido también el cambio climático, que ha favorecido unas condiciones más propicias para la maduración de las uvas, y la demanda por espumosos de Champagne, que obligó a posar los ojos sobre las zonas del Sur de Inglaterra, con similitudes al clima y suelo champañés, como un complemento a la producción de espumosos franceses, ante la imposibilidad de Champagne de expandir su territorio de producción.
Pero no fue el Castillo de Windsor el primero en plantar las uvas tradicionales de Champagne, sino Nyetimber, que al iniciar su andadura en 1998 se convirtió en la primera bodega de Inglaterra en elaborar vinos exclusivamente con cepas autorizadas para el Champagne con el objeto de producir espumosos complejos, con finura y personalidad. ¡Vaya si lo logró! Tras 36 meses de crianza con sus lías, la evolución del Nyetimber NV de hoy es elegante y fascinante, con un bouquet camaleónico por el que desfilan chocolate blanco, persistente trufa blanca, ligeros tonos cítricos, un delicioso punto de oxidación, una gran frescura y salinidad en boca donde finísimas burbujas estallan como minúsculos fuegos artificiales que provocan repetir copa tras copa. Es una de varias etiquetas que se elaboran en esta bodega que hasta tiene “The Nyetimber”, un autobús vintage con el que promociona sus espumosos en diversos eventos en Inglaterra e incluso otros tan glamorosos como el Grand Prix de Mónaco.
LA PRODUCCIÓN INGLESA
Las viñas en Inglaterra se esparcen por más de dos mil hectáreas, concentrándose en el sur del país y alrededor de Londres: en Dorset, Hampshire, Kent y Sussex, cada una con suelos diversos, pero con similitudes a los de Champagne. En Kent y Sussex están algunas de las bodegas más renombradas por su producción espumosa como Nyetimber o Gusbourne, y es donde Champagne Taittinger también ha comprado tierras. Hattingley Valley, ubicada en Hampshire desarrolla proyectos en conjunto con Champagne Pomméry.
¿Taittinger? ¿Pomméry? ¡Sí! Este 2017 la reconocidísima casa de Champagne Taittinger finalmente plantó viñas en Inglaterra con el fin de tener sus primeros espumosos elaborados allí listos para disfrutar en pocos años.
“Tenemos una muy sólida presencia en el Reino Unido en términos de imagen y actividad. Como en cada proyecto, es la aventura humana lo que nos motiva a emprender en este país”, afirmó Clovis Taittinger a Magacín. “A diferencia de los Estados Unidos, donde construimos Domaine Carneros, que ha sido muy exitoso, nos place hacer un proyecto en una región y un país que se halla a dos horas de Reims. Es un proyecto alocado, con mucha chispa, pero también muy pragmático en términos de facilidad gerencial, potencial vitivinícola y operaciones, en el que intentaremos hacer el mejor vino posible”, añadió.
Taittinger espera poner al servicio de sus burbujas inglesas su extenso savoir faire en la elaboración de burbujas en Francia y los Estados Unidos. “El Reino Unido posee una de las mayores culturas sobre vino efervescente en el mundo por lo que hace sentido poner un pie en un país que ya aprecia las burbujas”, detalló Taittinger. Para el proyecto han plantado chardonnay y pinot noir y se han asociado a Hatch Mansfield, que tiene un gran conocimiento sobre vinos y distribución. Aunque la producción se destinará mayormente al mercado inglés, Taittinger desea exportarla como parte de su compromiso con la creación de una identidad y un mercado para los vinos espumosos ingleses en el mundo. El nuevo espumoso se llamará Domaine Évremond, en honor a Charles de Saint-Évremond, a quien se acredita el haber introducido a Londres en el siglo XVII la costumbre de beber champán.
Otras bodegas inglesas que producen destacados espumosos incluyen a Camel Valley, con presencia en exclusivos restaurantes de Londres a Dubai; Bolney Wine, que ha ganado premios e incluso se ha ofertado en primera clase de British Airways; Hush Health, Ridgeview o Wiston, también premiada como Gusbourne, Nyetimber; Hush Health o Chapel Down.
Precisamente uno de los espumosos de esta última bodega fue recipiente en 2015 de un Gold Award en la reconocida competencia International Wine Challenge, uno entre muchos certámenes, como los Decanter World Wine Awards o Bollicine del Mondo, donde los espumosos ingleses han empezado a sorprender por su calidad y cada vez más bodegas resultan premiadas. Tras ese éxito internacional, este 2017