Migrantes africanos son vendidos como esclavos en Libia
LONDRES — Los migrantes africanos en Libia enfrentan “horrores inimaginables”, declaró el comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El presidente de la Unión Africana calificó el trato que reciben de “despreciable”. Varios países africanos retiraron a sus embajadores en señal de protesta. Ruanda ofreció asistencia a los migrantes.
La transmisión a mediados de noviembre por CNN que mostraba lo que fue descrito como migrantes africanos que eran subastados en un mercado de esclavos en Libia —por tan poco como 100 dólares cada uno— ha desatado una tormenta internacional. La respuesta de la Unión Europea, sin embargo, ha sido notablemente apagada.
Eso puede reflejar en parte la satisfacción entre las autoridades de la Unión Europea por el éxito de Italia en la reducción del flujo de migrantes que cruzan el Mediterráneo. Italia ha estado ayudando a los libios a detenerlos en el mar o a mantenerlos en Libia, a pesar de los peligros que enfrentan allá.
Los grupos de derechos y otros expertos dicen que el video del mercado de esclavos es un incómodo recordatorio para Europa de que sus políticas arriesgan atrapar a los migrantes en condiciones similares a esclavos.
“Lo trágico y moralmente injustificable sobre esto es que la política de la Unión Europea definitivamente es parte de la razón de que esté sucediendo esto”, dijo John Springford, que estudia la migración en el Centro para la Reforma Europea, organización de investigación en Londres. “Pero dudo que esto llevará a un cambio de rumbo”.
A Marco Minniti, ministro del Interior de Italia y arquitecto de sus políticas migratorias respecto a Libia, se le preguntó sobre el video del mercado de esclavos en una audiencia parlamentaria, y argumentó que Italia también había hecho lo posible para proporcionar ayuda humanitaria.
“¿Es suficiente?”, preguntó. “Por supuesto que no. Pero la alternativa no puede ser simplemente aceptar la imposibilidad de controlar el flujo migratorio y entregar a los traficantes de personas las llaves de las democracias europeas”.
La crisis migratoria en Libia se originó con el colapso del gobierno del Coronel Muammar el-Qaddafi hace seis años. La ausencia casi total de vigilancia desde entonces ha atraído a cientos de miles de migrantes de otros países africanos que confían en cruzar en barco a Italia, o al menos ser rescatados por un barco europeo que los depositaría allí.
Pero el caos y la anarquía en toda Libia también han expuesto a los migrantes a abusos generalizados y bien documentados, como trabajos forzados, secuestro, extorsión, violación, tortura y detención indefinida en cárceles sobrepobladas y otras condiciones inhumanas.
Los traficantes que toman dinero para transportar a los migrantes con frecuencia los mantienen como rehenes y exigen más dinero una vez que llegan a Libia. Luego los traficantes meten a los migrantes en embarcaciones endebles y saturadas que a menudo se hunden. Los sobrevivientes recogidos por barcos libios o en aguas libias con frecuencia son llevados a centros de detención parecidos a prisiones.
Tanto los traficantes como los milicianos que operan los centros de detención pueden vender a los migrantes para trabajos forzados o explotación sexual, y los traficantes con frecuencia sobornan a los centros de detención para recuperar a los migrantes capturados para poder extorsionar más dinero de amigos y familiares en sus países de origen.
“Es como un infierno”, dijo Vickie Hawkins, directora ejecutiva de Médicos sin Fronteras.
Aun con los riesgos del viaje, más de medio millón de migrantes llegaron a Italia en el periodo de tres años que terminó en diciembre del año pasado, y eso ha provocado un contragolpe populista allí y en otras partes de Europa. En respuesta a la presión, Italia, con el apoyo de la Unión Europea, tomó acciones este año para detener el éxodo.
La tasa mensual de arribos de migrantes en Italia comenzó a caer marcadamente en julio y el número total de arribos en los primeros 11 meses del año cayó más del 30 por ciento, a unos 117,000 comparados con los 173,000 en el mismo periodo del año pasado.
La política europea “se asemeja mucho a complicidad”, dijo Judith Sunderland, investigadora de Human Rights Watch. La venta y explotación de migrantes africanos en Libia ha sido muy conocida “desde hace mucho tiempo, sinceramente”, dijo.
Federica Mogherini, diplomática de alto nivel para la Unión Europea, declaró recientemente en una reunión con diplomáticos africanos en Bruselas que la Unión Europea ha empezado a proporcionar apoyo para vuelos de regreso de algunos migrantes detenidos en Libia a sus países natales —hasta 15,000 para fines de año, pronosticó.
“Esto es sólo una gota en el océano, pero es la primera vez que hemos hecho esto”, dijo.