Lápices superan a laptops en el aprendizaje
Al entrar a cualquier aula universitaria, es probable que uno encuentre a un mar de estudiantes que teclean en laptops mientras el profesor habla. Con las laptops, los estudiantes pueden, en algunas formas, absorber más conocimiento de las clases que con sólo papel y pluma. Pueden descargar lecturas de apoyo para el curso, realizar una búsqueda de conceptos desconocidos y crear un historial bien organizado del material de la clase.
Pero creciente evidencia muestra que, en general, los estudiantes universitarios aprenden menos cuando utilizan computadoras o tabletas durante clases. También suelen sacar peores calificaciones. La investigación es contundente: las laptops distraen del aprendizaje, tanto a quienes las usan como a quienes están a su alrededor.
En una serie de experimentos en la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, y la Universidad de California, en Los Ángeles, se les asignaron laptops o pluma y papel a estudiantes al azar, para que tomaran apuntes en una clase.
Quienes habían usado laptops tuvieron un entendimiento sustancialmente peor de la clase, medido por una prueba estandarizada, que aquellos que no las usaron.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que, debido a que los estudiantes pueden teclear más rápido de lo que pueden escribir, las palabras del profesor fluían directamente a los dedos tecleantes de los estudiantes, sin detenerse en sus cerebros para ser procesadas de forma sustancial.
Los estudiantes que escribían a mano tenían que procesar y condensar el material hablado simplemente para permitir que sus plumas siguieran el ritmo de la clase.
En una serie de experimentos en laboratorio, investigadores en la Universidad de York y en la Universidad McMaster, en Canadá, pusieron a prueba el efecto de las laptops en los estudiantes que no las usaban.
A algunos estudiantes se les dijo que realizaran pequeñas tareas en sus laptops, no relacionadas con la clase, como buscar horarios en el cine. Tal como se anticipó, estos estudiantes retuvieron menos material de la clase. Pero el aprendizaje de los estudiantes que estaban sentados cerca de los usuarios de las laptops también se vio afectado negativamente.
Aquellos cerca de una laptop ven la pantalla y su atención se distrae hacia sus tentaciones, que a menudo incluyen no sólo tomar apuntes sino Facebook, Twitter, correos electrónicos y noticias.
En la Academia Militar de Estados Unidos, un equipo de profesores estudió el uso de laptops en una clase de introducción a la economía. El curso se impartía en pequeñas secciones, que los investigadores asignaron al azar con una de tres condiciones: se permitían aparatos electrónicos, se prohibían los aparatos electrónicos, y se permitían tabletas, pero sólo si se colocaban de forma horizontal sobre los escritorios, donde los profesores podían monitorear su uso. Para cuando terminó el semestre, los estudiantes en los salones con laptops o tabletas se habían desempeñado sustancialmente peor que aquellos en las secciones donde se prohibían los aparatos electrónicos.
Los estudiantes podrían objetar que una prohibición a las laptops evita que almacenen apuntes en sus computadoras. Pero los teléfonos inteligentes pueden captar imágenes de páginas escritas a mano y convertirlas a formato electrónico.
Aun mejor, fuera de la clase, los estudiantes pueden leer sus propios apuntes escritos a mano y, si quieren, teclearlos, un proceso que mejora el aprendizaje.