Niños boricuas son invitados por SeaWorld
La empresa invitó a 400 puertorriqueños a pasar un buen rato y distraerse.
Acostumbrándonos y mirando a ver qué pasa”, así contestaban la pregunta de cómo se encontraban, varios de los participantes del Holiday Splash del parque SeaWorld de Orlando, celebrado el viernes 1 de diciembre. No es una respuesta común cuando se trata de estar divirtiéndose en un parque de atracciones con tanto entretenimiento, pero sí lo es cuando los visitantes son parte de las miles de personas que han llegado desde Puerto Rico, a la ciudad de Orlando, tras el paso del huracán María.
SeaWorld quiso invitar a 400 niños boricuas a pasar un buen rato y para que de alguna manera disiparan parte de los difíciles momentos que vivieron no solo tras el paso de María, sino al llegar a una ciudad para muchos desconocida, tener que enfrentarse a un futuro incierto y los niños a empezar en una nueva escuela.
“Somos de San Lorenzo y nuestra casa quedó inhabitable. Tuve que enviar a mi esposa, Mayra Pieta, y los nenes para acá con mi hermana, y yo me quedé en la isla, porque por suerte tengo trabajo. Ahora estoy de vacaciones y pude venir a verlos”, indicó Michael Almenas Rivera, quien estaba con ellos y su familia extendida, incluyendo sobrinos y doña Ramonita, la abuela de algunos de los niños. Ella llegó en noviembre y aunque no sabe si se queda, “estoy tratando de acostumbrarme poco a poco y vine al parque a ver si descanso la mente”, comentó. Mientras tanto, los niños, que dijeron estar aprendiendo inglés ahora en la escuela, estaban emocionados, algunos visitando por primera vez a SeaWorld, y ansiosos por ver a los pingüinos y los manatíes.
Allí también estaba Aileen Ortiz, quien vivía en Fajardo, y se fue a Orlando porque estaba sin servicio de energía eléctrica ni agua. “Aunque nuestra casa no sufrió daños, tengo dos niños (uno muy pequeño) y mi esposo trabaja en la fuerza militar y no estaba mucho en la casa. Ante esas dificultades decidí venir con los nenes a casa de mi hermano, pero extraño demasiado la isla y todavía no me adapto a estar aquí, por lo que creo que voy a regresar”, dijo.
Michelle Brady Palmer, gerente de Relaciones con la Comunidad de SeaWorld, por su parte, destacó que la educación es parte esencial de esos parques, y que llevan más de 20 años trabajando en actividades como esta, con las Escuelas Públicas del Condado de Orange (OCPS, en inglés). En esta ocasión, en que trajeron 900 niños en total, también de otras organizaciones de la Florida Central, había un elemento distinto y quisieron enfatizar en invitar a la mayor cantidad de niños boricuas para brindarles alegría y que se sintieran bienvenidos. “Los trajimos a ellos y a sus familias, y coordinamos con los trabajadores sociales de las escuelas para identificar los que más necesidad tenían, para hacer esta invitación como un regalo de Navidad”, dijo, enfatizando que contó con la ayuda de embajadores voluntarios empleados de SeaWorld, muchos de ellos también puertorriqueños.
Como parte del evento, recibieron una cena completa con Rudolph, el reno protagonista de su Christmas
Holidays Celebration de este año, fotos con otros personajes y luego pudieron disfrutar de toda la noche paseando por el parque, viendo los espectáculos navideños y subiéndose en las atracciones.