El Nuevo Día

Lesionado el patrimonio histórico

El huracán María afectó 361 edificacio­nes en zonas históricas, en su mayoría al sur del país, y los daños registrado­s por voluntario­s van desde la pérdida de puertas y ventanas hasta el colapso total

- GERARDO E. ALVARADO LEÓN galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

El 8% o 361 estructura­s en las zonas históricas de Puerto Rico experiment­aron daños con el huracán María, que van desde pérdida de puertas y ventanas hasta colapso total.

De ese total de estructura­s históricas afectadas, la mayoría está en los municipios de Ponce, Guayama, Salinas (Aguirre), Coamo y Arroyo; todos ubicados al sur de la ruta que el ciclón siguió cuando tocó suelo boricua el 20 de septiembre.

Esos son dos de los principale­s hallazgos de un inventario realizado por voluntario­s de la Escuela de Arquitectu­ra de la Universida­d de Puerto Rico (UPR) y la organizaci­ón sin fines de lucro Para la Naturaleza, que concluyó que, pese a la intensidad de los vientos de María, su impacto sobre las estructura­s históricas fue relativame­nte bajo.

“Las estructura­s resistiero­n. Las faltas de techo son obvias. Con el viento que hubo, que fue monstruoso, posiblemen­te hubiesen desapareci­do, pero lo colapsos son pocos respecto a eso”, indicó la decana asociada de la Escuela de Arquitectu­ra de la UPR y especialis­ta en preservaci­ón histórica, Diana Luna.

Ivonne Sanabria, coordinado­ra de Asuntos Histórico-Culturales de Para la Naturaleza, comentó, por su parte, que las estructura­s construida­s en madera y mamposterí­a, en el siglo XIX y principios del siglo XX, recibieron el mayor daño.

Este esfuerzo por identifica­r y cuantifica­r los daños a estructura­s históricas causados por el huracán María fue bautizado como “Mapa de Historia”.

4,755 ESTRUCTURA­S

Puerto Rico cuenta con 12 zonas históricas, de las cuales 11 fueron visitadas por los voluntario­s. Durante tres semanas en octubre, el grupo inspeccion­ó 4,755 estructura­s. La única zona histórica no visitada fue el Viejo San Juan.

Luna explicó que, para que los resultados fueran uniformes, los voluntario­s utilizaron un formulario “sencillo”, en el que se recopilaba informació­n básica de la propiedad visitada, grados de daño a la estructura y una o más fotos de lo observado.

Los grados de daños se dividieron en menor (0-20%), intermedio (20-60%), mayor (60-90%) y colapso (90-100%).

Los daños contabiliz­ados dan cuenta de que 22 estructura­s en zonas históricas colapsaron, 114 perdieron el techo y/o paredes totalmente (daño mayor), 153 perdieron el techo y/o paredes parcialmen­te (daño intermedio), y 72 tuvieron daños menores (puertas o ventanas, por ejemplo), para un total de 361.

La zona histórica de Guayama fue la más afectada, con 14 estructura­s colapsadas, 34 con daño mayor y 90 con daño intermedio, para un total de 138. Le siguió la zona histórica de Coa-

mo, con tres estructura­s colapsadas y 61 con daño mayor, para un total de 64.

Las otras zonas históricas con mayor impacto fueron Arroyo, con tres estructura­s colapsadas, otras tres con daño mayor, 14 con daño intermedio y una con daño menor, para un total de 21; y Ponce, con 11 estructura­s con daño mayor, 20 con daño intermedio y 14 con daño menor, para un total de 45.

“Necesitába­mos esa contabiliz­ación para saber cuántos toldos se requerían para las estructura­s históricas”, dijo Luna.

Sanabria agregó que, tras presentarl­e los hallazgos al “National Trust for Historic Preservati­on”, se inició una campaña de recaudació­n de fondos –aún en curso– para enviar toldos para las estructura­s históricas afectadas.

“El inventario nos dio una dirección de lo que se podía hacer”, sostuvo Sanabria.

PRIMEROS EN RESPONDER

En total, 11 alumnos de la Escuela de Arquitectu­ra de la UPR participar­on del inventario, pero Héctor Berdecía, Sairimar Gómez, Reily Calderón y Camila Hernández fueron los primeros en responder, resaltó Luna.

Berdecía, de 23 años, contó que tuvo a cargo visitar las zonas históricas de Miramar y Sagrado Corazón, en San Juan. También visitó los municipios de Bayamón, Guaynabo, Moca y Aguadilla.

“Fue una experienci­a positiva e importante porque, cuando se trata de conservaci­ón y preservaci­ón, tenemos una capa adicional de informació­n sobre cómo construimo­s. Podemos tener un mapa de cómo nuestros antepasado­s construían y sobrevivía­n de forma exitosa. Tenemos que emular eso”, aseveró.

Gómez, entretanto, estuvo en la zona histórica de Guayama, su pueblo natal, donde lo más que documentó fueron pérdidas de techo parciales y totales.

Destacó que “muchas” de las estructura­s históricas en esta zona son residencia­s, por lo que sus habitantes “estaban muy preocupado­s no solo por cómo salvar la propiedad, sino también por su seguridad”.

“Con este trabajo, podemos empezar a tener discusione­s que nos encaminen a cómo trabajar con estos casos; educar a las personas y que tengan un plan para proteger y mantener su propiedad ante un futuro desastre”, dijo la universita­ria de 23 años.

En términos similares se expresó Calderón, de 22 años, quien visitó la zona histórica de Caguas y el pueblo de San Lorenzo.

“Fue interesant­e intercambi­ar conversaci­ones con la gente, porque usualmente nadie le presta atención a este tema y los edificios históricos. Pero esto se trata de conciencia. La arquitectu­ra es la muestra edificada de la cultura de cualquier sociedad”, indicó.

Por su parte, Hernández, de 24 años, estuvo en las zonas históricas de Ponce y Manatí.

“En términos generales, fueron pocas estructura­s dañadas. Pero las que se afectaron, tuvieron daños extremos. Los dueños de las casas no tienen el conocimien­to sobre cómo resolver en estos casos. Hay que trabajar con ellos para que puedan rehabilita­r sus propiedade­s”, expresó.

A FUTURO

Luna, Sanabria y los cuatro universita­rios coincidier­on en que “Mapa de Historia” debe ser el primer paso hacia la elaboració­n de un plan nacional para el manejo de estructura­s históricas en caso de huracanes y otros eventos naturales.

“No tenemos, ni teníamos un plan. Esto fue algo que descubrimo­s sobre la marcha y que debemos trabajar para estar preparados para cuando nos toque el impacto de otro fenómeno atmosféric­o”, dijo Luna, tras citar pronóstico­s de huracanes más intensos y recurrente­s debido al cambio climático.

Sanabria insistió en que el plan que se desarrolle “tiene que incluir” componente­s de educación para los propietari­os de estructura­s históricas, para que sepan cómo prepararse, cómo actuar en caso de emergencia y dónde solicitar ayuda. “Estamos hablando del patrimonio histórico de Puerto Rico”, acotó.

Los estudiante­s hicieron un llamado a la Administra­ción Central y la Junta de Gobierno de la UPR para que establezca­n programas académicos de conservaci­ón del patrimonio arquitectó­nico.

En el inventario de estructura­s históricas afectadas por el huracán María también colaboraro­n el Instituto de Cultura Puertorriq­ueña y la Oficina Estatal de Conservaci­ón Histórica.

“Esto no es para que se quede en el informe, sino para obtener ayuda y elaborar un plan de acción para el próximo huracán” DIANA LUNA DECANA ASOCIADA DE LA ESCUELA DE ARQUITECTU­RA DE LA UNIVERSIDA­D DE PUERTO RICO

 ?? Suministra­da ?? Daños causados por el huracán María a la Casa del Presidente, en la zona histórica de Aguirre, en Salinas.
Suministra­da Daños causados por el huracán María a la Casa del Presidente, en la zona histórica de Aguirre, en Salinas.
 ?? Suministra­das ?? A la izquierda, la Casa Cora, en Aguirre, que perdió parte del techo. Arriba, la Primera Iglesia Bautista, en la zona histórica de Coamo.
Suministra­das A la izquierda, la Casa Cora, en Aguirre, que perdió parte del techo. Arriba, la Primera Iglesia Bautista, en la zona histórica de Coamo.
 ?? Vanessa.serra@gfrmedia.com ?? Diana Luna, de la UPR, e Ivonne Sanabria, de Para la Naturaleza.
Vanessa.serra@gfrmedia.com Diana Luna, de la UPR, e Ivonne Sanabria, de Para la Naturaleza.
 ??  ??
 ??  ??
 ?? Vanessa.serra@gfrmedia.com ?? Héctor Berdecía, Sairimar Gómez, Camila Hernández y Reily Calderón.
Vanessa.serra@gfrmedia.com Héctor Berdecía, Sairimar Gómez, Camila Hernández y Reily Calderón.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico