Reclama trato justo en la AEE
El 22 de enero visité la oficina comercial de la AEE Monacillos, una de las pocas abiertas para servicio a clientes. Acudí a objetar una factura de $335 de la cuenta comercial de nuestro consultorio optométrico, donde hemos estado sin luz desde el 20 de septiembre y donde, a raíz de Irma, estuvimos otros 8 días sin luz. Sorprende que ninguna de las partidas de la factura es por consumo. Son las 5 regulares por uso de combustible, etc. y una sexta, llamada “diferencia para cargo mínimo”, que es porque no cumplimos con un consumo mínimo que una ley permite cobrarnos. ¡Como si consumir electricidad estuviese en nuestras manos; todavía estamos sin el servicio en la oficina!
Los negocios están cerrando o incurriendo en gastos extraordinarios para operar al menos parcialmente, profesionales de la salud están emigrando o adelantando su retiro y los seguros no están respondiendo.
Lo mínimo que debe hacer el gobierno es asistir a que los negocios establecidos se mantengan a flote, en vez de alardear de nuevos empleos que ha logrado que, en balance, es ínfimo con relación a los perdidos. Lo de asistirnos con la AEE, sí está en sus manos.
En la oficina comercial no me quejo del personal. Sentí su deseo de asistir y empatía. Me quejo de la salvajada que es el proceso para la gente. Hay largas filas desde antes que salga el Sol. Si hay tantas oficinas comerciales cerradas, repartan empleados a las abiertas, a servicios por teléfono y amplíen horarios.
Es terrible la impotencia que me acompaña cada vez que voy a hacer una diligencia en el gobierno. Los ciudadanos somos importantes. Si no hay dinero para más, utilice mejor lo que hay, porque lo merecemos y pagamos por ello. Dra. María H. Gorbea, Bayamón