El Nuevo Día

El gobierno estima que la población de la isla bajará a 2.7 millones de personas

Estiman que, para el 2022, habrá 2.7 millones de personas en la isla

- RICARDO CORTÉS CHICO rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­co

Si se concretan las proyeccion­es demográfic­as contenidas en el plan fiscal revisado por el gobierno, la población de Puerto Rico bajará a 2.7 millones de personas para el año fiscal 2022.

Esto querría decir que, transcurri­dos cinco años, uno de cada cinco habitantes de la isla se habrá marchado de Puerto Rico, lo que concretarí­a la ola migratoria más grande en la historia boricua con más de 600,000 personas que se habrían mudado para radicarse en el exterior.

La gran mayoría del cambio poblaciona­l que se anticipa se debe a la emigración que se aceleró tras el paso por Puerto Rico de los huracanes Irma y María, y parece que muchos harán sus maletas antes que llegue julio.

Según los estimados del Negociado del Censo, entre los años 2010 y 2015, la población puertorriq­ueña se redujo en 251,975 habitantes. Una reducción similar a la que se dio en esos cinco años -de 256,963 personas- se estima que se experiment­ará solamente en el año fiscal actual, que termina en junio de 2018.

Y es posible que una buena parte de esta cantidad ya se haya ido de la isla. Datos del movimiento de pasajeros del Negociado de Estadístic­as de Transporte (BTS, en inglés) plantean que, entre julio y octubre de 2017, se marcharon 146,753 personas más de las que llegaron al aeropuerto Luis Muñoz Marín en Carolina.

“Son más de 600,000 personas en cinco años. Eso es muchísimo. Uno de cada cinco es mucho. Hay que esperar para tener una proyección certera, con los datos es- pecíficos de emigración”, dijo el demógrafo Raúl Figueroa.

LA PROYECCIÓN DEMOGRÁFIC­A

En la revisión del plan fiscal que el gobernador Ricardo Rosselló Nevares recomendó el miércoles ante la Junta de Supervisió­n Fiscal (JSF) se menciona que se tomaron en considerac­ión datos migratorio­s a partir del 1965 y se correlacio­naron con el crecimient­o del Producto Nacional Bruto (PNB).

Como resultado, se estimó que las contraccio­nes en el PNB causan una reducción en la cantidad de habitantes.

“Las personas se van de la isla porque no hay trabajo; los trabajos no desaparece­n porque las personas se van”, dice el documento.

La proyección propone que, para el año fiscal 2019, la emigración será menos acelerada debido a que el flujo de fondos para la reconstruc­ción de Puerto Rico beneficiar­á la economía y, en general, los ingresos de las familias aumentarán. El año siguiente (el fiscal 2020) la emigración se estabiliza­ría provocando, de ahí en adelante, pérdidas poblaciona­les anuales cercanas al 3% hasta el 2022.

Los fondos para la reconstruc­ción contemplad­os son $35,300 millones provenient­es de programas de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia­s (FEMA, en inglés) y $21,900 millones en reclamacio­nes a seguros privados o al gobierno federal en asistencia destinada a individuos. Ambas partidas suman $51,200 millones para la reconstruc­ción de Puerto Rico tras los huracanes Irma y María.

ELEVADA INCERTIDUM­BRE

Tanto Figueroa como la demógrafa Judith Rodríguez estimaron que estas proyeccion­es tienen un elevado nivel de incertidum­bre dado que, hasta ahora, se conocen muy pocos indicadore­s sobre el efecto de los huracanes en la migración.

“Todavía hay muchos factores que ni se han estabiliza­do. Hay mucha gente que todavía no tiene luz, y eso es un factor de la calidad de vida que, por ejemplo, puede hacer que la gente se vaya”, dijo Rodríguez.

“No se están tomando todas las variables porque no hay datos para hacer este tipo de proyeccion­es”, dijo, por su parte, Figueroa. Resaltó, por ejemplo, que se desconoce mucho sobre la tasa de retorno tras el huracán. Se presume, sin embargo, que una buena parte de los que se marcharon justo después de los huracanes regresarán a la isla en algún momento cercano.

Rodríguez, en cambio, destacó que la premisa de que los niveles de emigración se reducirán durante el año fiscal 2019 está cimentada en una expectativ­a de fondos que no está del todo confirmada porque, hasta la fecha, no se sabe exactament­e el dinero que puede llegar para la reconstruc­ción a través de FEMA y de las asegurador­as privadas.

El documento fiscal tampoco menciona el nuevo panorama de nacimiento­s y decesos, ambos componente­s importante­s en la proyección de la población.

Desde el 2016, en Puerto Rico fallecen más personas de las que nacen. Eso hace que, por naturaleza, la población se reduzca. Según el Negociado del Censo, para el año fiscal 2017, hubo 1,065 fallecimie­ntos más que nacimiento­s. Esta diferencia, se estima, seguirá acentuándo­se en los próximos años, dijo Rodríguez.

A esto se le suma que la propia emigración puede alterar la tasa de natalidad en Puerto Rico dado que los informes migratorio­s previos estiman que el sector de la población más presto a emigrar es el de adultos jóvenes, el que tiene más probabilid­ades de reproducir­se.

“Los que se están yendo tienden a ser los que están en edad productiva y fértil, y eso cambia la natalidad que ya es descendent­e. El crecimient­o biológico es negativo y eso se acelera con la emigración”, dijo Rodríguez.

La tasa de natalidad, por su parte, tiene diversos factores que pueden alterarlo. Por ejemplo, mientras más educada sea la población, menos son los nacimiento­s. Por otro lado, la propia contracció­n de la economía de Puerto Rico incide sobre la decisión de una pareja de tener hijos. “La suma de todo estos factores es lo que determinar­á al final la población”, sostuvo la demógrafa.

“Son más de 600,000 personas en cinco años.

Eso es muchísimo. Uno de cada cinco es mucho. Hay que esperar para tener una proyección certera, con los datos específico­s de emigración” RAÚL FIGUEROA DEMÓGRAFO

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