Muestra un nuevo género al cine local
La película “Sol de medianoche”, que estrena hoy, encaja en las convenciones cinematográficas del film noir
“Sol de medianoche”, el nuevo filme puertorriqueño que estrena hoy, es una adaptación de la novela homónima de Edgardo Rodríguez Juliá y con ella la llegada de otro género a nuestro cine nacional. Aunque “Angel”, de Jacobo Morales, adoptó ciertas convenciones de una historia de detectives, la adaptación del guion de Douglas Sánchez, quien también está a cargo de la dirección, claramente coloca esta película dentro de las convenciones cinematográficas del film noir.
El hecho de que esta película puertorriqueña se dé a la tarea de recorrer terreno nuevo debería ser motivo suficiente para ir al cine. Aún así, resulta importante resaltar que esta no registra como un ejercicio en estilo, calamidad que suele darse cuando los directores que intentan el género del film noir se quedan en la superficie. En este tipo de película, la ambientación y la fotografía son instrumentos cruciales, y esta producción no falla en eso. Pero la clave de un buen film noir es tener personajes que sirvan como ejes dramáticos para explorar las tendencias más oscuras de la naturaleza humana.
La estructura dramática del guion ha decidido que los hermanos gemelos interpretados por Pedro Capó sean ese eje. Uno se llama Frank, joven que después de regresar de una guerra no logra ajustarse bien a la vida cotidiana en sociedad. Esto lo lleva a involucrarse con gatilleros y vendedores de drogas lo cual termina en su asesinato. El mismo se da bajo circunstancias misteriosas y parece implicar a su hermano Manolo, quien ahora se gana la vida como detective privado. El segundo acto del libreto alterna entre Manolo tratando de armar el rompecabezas de la noche que murió su gemelo y lidiar con un caso de infidelidad que después de varios enredos podría ser la clave para averiguar la identidad del asesino.
Una de las mejores cualidades que tiene Douglas Sánchez como director y guionista es que aparenta estar claro en que el impacto dramático de los misterios que empujan a Manolo a mover la trama hacia adelante es bastante limitado. Esto lo deja totalmente libre para explorar el mundo de sexualidad abundante y retorcida que rodea al protagonista y enfocarse en las pequeñas interacciones con los habitantes del ‘Hospitalillo”, edificio donde vive Manolo y una serie de personajes eclécticos y pintorescos.
En otras palabras, no resulta muy difícil adivinar quién fue el asesino de Frank, pero sí resulta interesante ver cómo Capó y actores como Cordelia González, Modesto Lacén, Laura Alemán, Aris Mejías, Xavier Torres, Isaac Santiago y Chente Ydrach le dan vida y credibilidad a personajes que nunca habían tenido la oportunidad de existir en el cine local.