Se intensifica la tensión tras ataque contra Siria
El resultado de la inspección que realice en Siria la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas es importante para determinar el rumbo del conflicto en el Medio Oriente, que se ha complicado con los recientes bombardeos a manos de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
Es mucho lo está en juego con el ataque que el presidente Donald Trump notificó al mundo el viernes en la noche. Es necesario adjudicar la autoría del cobarde ataque perpetrado contra cerca de 500 personas, en la ciudad siria de Duma. El informe sobre el ataque químico debe propiciar un diálogo que alivie la tensión internacional originadas por la posición en torno a actos atribuidos al gobierno sirio. Estados Unidos le adjudica posesión y uso de armas químicas mortíferas, mientras Rusia repudia la postura de Estados Unidos y sus aliados europeos. Es claro el peligro de una desestabilización mayor de las relaciones.
Los expertos en armas químicas han trasladado a Siria modernos equipos para detectar sustancias internacionalmente prohibidas. Pero no han llegado a Duma, en Guta Oriental, a pocos kilómetros de la capital, pues han sido retenidos en Damasco mediante excusas de la policía militar rusa, y del propio gobierno del presidente Bashar el Asad.
Hace diez días que se produjo el pavoroso incidente con sustancias químicas, cuyas imágenes recorrieron al mundo. Cientos de personas, incluidos niños, luchaban por respirar en plena calle, tras presuntamente ser atacadas por gases químicos que usó el Ejército sirio para forzar la retirada de las fuerzas rebeldes. Muchos no lo lograron.
Los cadáveres amontonados y la desesperación de las mujeres y hombres que intentaban salvar a los suyos, prácticamente sin asistencia médica, estremecieron a la comunidad internacional y provocaron un fuerte intercambio de amenazas entre los presidentes Vladimir Putin y Trump. Este logró el apoyo de dos gobiernos clave, el francés y el británico, para lanzar los ataques que se habrían limitado a objetivos militares, pero que no han logrado “ablandar” la posición de las autoridades sirias y sus protectores rusos.
Algunos analistas opinan que la anticipación con que el presidente Trump anunció la operación, y la naturaleza sofisticada de sus misiles, le dio tiempo al Ejército sirio para proteger su material bélico. No descartan que vuelvan a producirse acciones como la que sacudió a Duma.
Allí supuestamente se dispersaron grandes nubes de gas cloro y gas sarín, llamado agente nervioso, tácticas de una crueldad que se supone desterrada de los conflictos bélicos, y repudiada por la comunidad mundial. Por ello es esencial que los especialistas del grupo de Prohibición de Armas Químicas accedan lo antes posible al escenario de la tragedia.
Trump, después de un fin de semana de desolación para la humanidad, formuló en uno de sus famosos tuits la frase: “Mission Acomplished”. Pero para los analistas más avezados, que han seguido la situación siria desde hace años, lejos está el panorama de aclararse o ser “Misión Cumplida”. Al contrario, otros países se suman al clima de extrema tensión, lo que eleva el nivel de inseguridad en Europa y Estados Unidos.
En un Puerto Rico agobiado por sus profundos problemas económicos no podemos ignorar la amenaza que se cierne sobre la paz mundial, con la constante intransigencia de naciones que se han decantado por la vía del choque y la violencia armamentista. Aparte del insoportable saldo de víctimas inocentes, que hiere y sacude nuestras conciencias, está el asunto puntual del mercado del petróleo, exacerbado por estas confrontaciones, y el discurso de los líderes mundiales, cuya retórica es cada vez más amenazante.
Además, la preocupación por los puertorriqueños que sirven en el Ejército de los Estados Unidos, y sobre los que siempre cabe la posibilidad de que sean movilizados, nos debe mantener pendientes de los acontecimientos en Siria. El pueblo sirio, que ya ha vertido demasiada sangre, más allá de los desarrollos de la geopolítica mundial, debe ser tratado con dignidad y justicia.
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