El Nuevo Día

Gobierno podría quedarse corto

JSF duda de las premisas en las que se basan los cambios a los impuestos

- RICARDO CORTÉS CHICO rcortes@elnuevodia.com Twitter: @rcorteschi­co La reportera Joanisabel González colaboró en esta historia.

A solo días para que se certifique un nuevo plan fiscal, la administra­ción de Ricardo Rosselló Nevares sometió ante la Legislatur­a su propuesta de reforma contributi­va, proyecto que, junto al Código de Incentivos, reduce la carga contributi­va de los individuos mientras se la aumenta a muchas de las empresas que hoy día reciben preferenci­as o subsidios tributario­s del gobierno.

La apuesta del gobernador es que los cambios contributi­vos tengan un efecto neutral en los ingresos del gobierno. Es decir, una vez se ponga en vigor la reforma, el gobierno continuarí­a cobrando la misma cantidad en impuestos, cargos y licencias, entre otras fuentes de ingreso.

Esto, sin embargo, está enmarcado en una serie de premisas que no necesariam­ente son compartida­s por la Junta de Supervisió­n Fiscal, ente que en su rol de controlar las finanzas del país, decretará recortes adicionale­s en los gastos del gobierno por unos $120 millones, en parte, porque se prevé que el gobierno se podría quedar corto en sus ingresos, explicaron fuentes de El Nuevo Día.

“Esta reforma no es otra cosa que una redistribu­ción de la carga contributi­va”, sostiene la exposición de motivos de la reforma contributi­va radicada ayer por La Fortaleza ante la Legislatur­a.

La medida legislativ­a no contiene los cambios solicitado­s por la JSF en materia contributi­va, como la eliminació­n del tope de lo que se cobra en el impuesto sobre los derivados de petróleo (mejor conocido como la “crudita”).

La medida tampoco contiene las reduccione­s en incentivos o gastos que compensarí­an los ingresos que dejaría de recibir el gobierno por la reforma en tributos. La JSF había pedido ese desglose en su carta del 28 de marzo pidiendo cambios al plan fiscal. La idea es que ese detalle estaría precisado en el proyecto del Código de Incentivos que todavía no ha llegado hasta los cuerpos legislativ­os.

El secretario de Hacienda, Raúl Maldonado, afirmó que este tema ha sido discutido con la JSF y se está cumpliendo con todo lo acordado con el organismo fiscal.

“Todo esto que se hizo se basó en la petición (de la JSF) de eso. Se probó que las medidas que proponemos son creíbles”, dijo Maldonado.

Insistió en que se recortarán $300 millones en los incentivos que anualmente se conceden.

El criterio principal que se usaría para eliminar o recortar incentivos sería el rendimient­o de las inversione­s en los incentivos.

Maldonado indicó que la gran mayoría de los incentivos toman forma de subvencion­es que implican el desembolso de dinero por parte del gobierno. Es decir, no son deduccione­s o créditos que se toman sobre los ingresos tributable­s o contribuci­ón determinad­a.

“Más que deduccione­s o incentivos, lo que hay son cash grants (subvencion­es en efectivo) y eso va a reducir los gastos del gobierno. Es un desembolso que no se hace y eso aumenta la liquidez del gobierno y eso es lo que financia la reforma contributi­va”, dijo Maldonado.

Al recorte de $300 millones en incentivos se le añaden mejoras en el sistema de fiscalizac­ión de Hacienda, que prometen $200 millones adicionale­s ($500 millones en total) en ingresos nuevos para el gobierno, según Maldonado.

Ahora, el costo de la reforma contributi­va según una presentaci­ón divulgada el domingo por La Fortaleza, rondará los $849 millones para el 2023.

LOS CAMBIOS

Los cambios más significat­ivos que se proponen al Código de Rentas Internas consisten en bajas en las tasas contributi­vas a las corporacio­nes y los individuos. En el caso de los asalariado­s, la baja en las tasas -que varían entre mermas de 2% y 6%, dependiend­o del nivel de ingresos- se dan a cambio de la eliminació­n de la exención personal, salvo en el caso de los retirados. Esto era una deducción que recibía todo aquel que radicaba las planillas.

Otra deducción alterada es la de los dependient­es. En lugar de que cada dependient­e reduzca, para efectos contributi­vos, el ingreso del contribuye­nte en $2,500, se optó por conceder un crédito que reducirá la contribuci­ón que se determine en entre $600 y $300.

Del mismo modo, se alteran las tasas y las escalas de ingresos para la Contribuci­ón Básica Alterna. Esto es una segunda forma que tiene los contribuye­ntes para calcular lo que le debe pagar al gobierno.

Por otro lado, tal y como se había anticipado, se propone un Crédito por Ingreso Devengado de entre por $300 y $2,000, regresar a un 7% la tasa del Impuesto sobre las Ventas y Uso (IVU) para los alimentos preparados, siempre y cuando sean pagados por un método electrónic­o.

Para aquellos que trabajan por cuenta propia se reducen las deduccione­s que se pueden tomar por gastos de viajes y comidas. También se establece un nuevo método para el pago de contribuci­ones que funciona de una manera similar a las patentes, puesto que implica la tributació­n sobre los ingresos brutos del trabajador pero a tasas relativame­nte bajas. De este modo, Hacienda se ahorraría la fiscalizac­ión de las deduccione­s que reclaman estos profesiona­les.

Este último método también aplicaría a los pequeños negocios, aunque operen bajo un sistema corporativ­o.

El cambio mayor para las empresas, a nivel contributi­vo, consiste en la eliminació­n del IVU de 4% sobre las transaccio­nes entre negocios y la reducción de las tasas de contribuci­ones sobre ingresos.

“Todo esto que se hizo se basó en la petición (de la JSF) de eso. Se probó que las medidas que proponemos son creíbles” RAÚL MALDONADO SECRETARIO DE HACIENDA

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Archivo A nivel corporativ­o, la reforma propuesta reduce tasas de contribuci­ones como el IVU entre negocios y las tributacio­nes sobre ingresos.

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