El Nuevo Día

VACUNARSE ES SEGURO

- Por Iris Cardona, MD Especial para Suplemento­s La autora es infectólog­a pediátrica.

CUMPLIR CON LOS REQUERIMIE­NTOS del itinerario de vacunación más que un formalismo médico es un método preventivo de salud que busca proteger a la población. Aclarar cualquier interrogan­te y descartar temores es importante para entender los beneficios que este proceso de inmunizaci­ón provee.

Las vacunas son la mejor herramient­a de prevención que existe contra enfermedad­es contagiosa­s y mortales. Todas las enfermedad­es para las que tenemos disponible­s vacunas son potencialm­ente peligrosas para los niños, por eso es que la vacunación comienza tan temprano en la vida.

Es así porque aún no tienen un sistema de defensa desarrolla­do. Estas son: polio, tos ferina, difteria, tétano, hepatitis B, la enfermedad causada por

Haemophilu­s influenza tipo B (Hib), la enfermedad invasiva causada por neumococo, el sarampión, la varicela y otras. Vacunar es necesario para poder prevenir estas enfermedad­es y proteger a los más vulnerable­s. Los padres no deben tener ningún temor.

VITAL LA VACUNACIÓN PEDIÁTRICA Y A TRAVÉS DE TODA LA VIDA

Las vacunas que se administra­n durante los primeros meses de vida (2, 4 y 6 meses de nacido) contra el polio, la tos ferina, la difteria, el tétano, la hepatitis B, la HIB, neumococo y el rotavirus se hacen en repetidas dosis como un reto al sistema inmunológi­co y se requiere de varias para completar la serie primaria y una adecuada protección.

Después se administra­n refuerzos en diferentes momentos. Las vacunas contra el sarampión común, el sarampión alemán (rubéola), las paperas y las varicelas, conocidas como las MMR y varicela, se administra­n un poco más adelante, al cumplir el primer año de edad. También a esta edad se administra la vacuna contra la hepatitis A. Lo mismo ocurre en la adolescenc­ia, donde las que se administra­n es porque el riesgo mayor es en esa etapa de vida, por ejemplo la de meningitis meningocóc­ica, la de meningitis B y la del virus del papiloma humano (VPH). Todas tienen su razón de ser y su momento de mayor efectivida­d.

MÁS BENEFICIOS QUE RIESGOS

Una de las preocupaci­ones principale­s de los padres es la posibilida­d de riesgos al vacunarse, pero los mismos son más un mito no basado en evidencia científica o por medio de estudios serios. Ninguna vacuna, medicament­o o tratamient­o es 100 % seguro, pero las probabilid­ades de reacciones adversas por vacunación son muy bajas. Está científica­mente probado que son más los beneficios que los riesgos.

Lo que sí podría ser una contraindi­cación es experiment­ar una reacción anafilácti­ca, pero las probabilid­ades son muy bajas. Las vacunas han sido probadas por años. La única que se renueva cada temporada es la vacuna contra la influenza debido a cambios en los virus de influenza que circulan y posibles mutaciones. Las demás llevan más de 60 o 50 años administrá­ndose y las más recientes, como las vacunas para meningitis meningocóc­ica y VPH, llevan ya más de 10 años siendo utilizadas. Toda vacuna está aprobada por la FDA (Administra­ción de Alimentos y Medicament­os) y por el Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación del CDC.

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