VACUNARSE ES SEGURO
CUMPLIR CON LOS REQUERIMIENTOS del itinerario de vacunación más que un formalismo médico es un método preventivo de salud que busca proteger a la población. Aclarar cualquier interrogante y descartar temores es importante para entender los beneficios que este proceso de inmunización provee.
Las vacunas son la mejor herramienta de prevención que existe contra enfermedades contagiosas y mortales. Todas las enfermedades para las que tenemos disponibles vacunas son potencialmente peligrosas para los niños, por eso es que la vacunación comienza tan temprano en la vida.
Es así porque aún no tienen un sistema de defensa desarrollado. Estas son: polio, tos ferina, difteria, tétano, hepatitis B, la enfermedad causada por
Haemophilus influenza tipo B (Hib), la enfermedad invasiva causada por neumococo, el sarampión, la varicela y otras. Vacunar es necesario para poder prevenir estas enfermedades y proteger a los más vulnerables. Los padres no deben tener ningún temor.
VITAL LA VACUNACIÓN PEDIÁTRICA Y A TRAVÉS DE TODA LA VIDA
Las vacunas que se administran durante los primeros meses de vida (2, 4 y 6 meses de nacido) contra el polio, la tos ferina, la difteria, el tétano, la hepatitis B, la HIB, neumococo y el rotavirus se hacen en repetidas dosis como un reto al sistema inmunológico y se requiere de varias para completar la serie primaria y una adecuada protección.
Después se administran refuerzos en diferentes momentos. Las vacunas contra el sarampión común, el sarampión alemán (rubéola), las paperas y las varicelas, conocidas como las MMR y varicela, se administran un poco más adelante, al cumplir el primer año de edad. También a esta edad se administra la vacuna contra la hepatitis A. Lo mismo ocurre en la adolescencia, donde las que se administran es porque el riesgo mayor es en esa etapa de vida, por ejemplo la de meningitis meningocócica, la de meningitis B y la del virus del papiloma humano (VPH). Todas tienen su razón de ser y su momento de mayor efectividad.
MÁS BENEFICIOS QUE RIESGOS
Una de las preocupaciones principales de los padres es la posibilidad de riesgos al vacunarse, pero los mismos son más un mito no basado en evidencia científica o por medio de estudios serios. Ninguna vacuna, medicamento o tratamiento es 100 % seguro, pero las probabilidades de reacciones adversas por vacunación son muy bajas. Está científicamente probado que son más los beneficios que los riesgos.
Lo que sí podría ser una contraindicación es experimentar una reacción anafiláctica, pero las probabilidades son muy bajas. Las vacunas han sido probadas por años. La única que se renueva cada temporada es la vacuna contra la influenza debido a cambios en los virus de influenza que circulan y posibles mutaciones. Las demás llevan más de 60 o 50 años administrándose y las más recientes, como las vacunas para meningitis meningocócica y VPH, llevan ya más de 10 años siendo utilizadas. Toda vacuna está aprobada por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y por el Comité Asesor sobre Prácticas de Vacunación del CDC.