El Nuevo Día

Combate la meningitis B

- La autora es presidenta de la Sociedad Puertorriq­ueña de Pediatría.

Por Vanessa Santini Hernández, MD Especial para Suplemento­s LA MENINGITIS B es una seria infección bacteriana que pone en riesgo a los adolescent­es y jóvenes adultos por su impacto al cerebro y la médula espinal. La vacuna disponible para combatirla puede salvarles la vida y evitar las nefastas consecuenc­ias en quienes la sobreviven.

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC), los jóvenes entre 16 y 23 años deben recibir la vacuna antimening­ocócica del serogrupo B para protegerlo­s contra esta infección que es rara y, además, difícil de diagnostic­ar.

SÍNTOMAS Y COMPLICACI­ONES

Los síntomas relacionad­os a esta enfermedad son los parecidos a una gripe (fiebre y dolor de cabeza), pero con un progreso y complicaci­ones severas en tan solo 24 horas. A uno de los grupos dentro de este sector que más se les hace el llamado a vacunarse es a los universita­rios que pernoctan en dormitorio­s. Igual ocurre con militares y fumadores.

Entre los medios que existen para evitar el contagio con meningitis B están ciertas medidas de higiene y preventiva­s como: evitar compartir utensilios para comer, cubrirse la boca al toser y lavarse las manos con frecuencia porque la bacteria se transmite por contacto con secrecione­s respirator­ias o por entrar en contacto con pacientes con la condición como asintomáti­cos.

Una vez expuesto para su diagnóstic­o será necesario una punción lumbar para extraer líquido espinal. Un elevado porciento no sobrevive la enfermedad y muchos de los sobrevivie­ntes experiment­an amputacion­es, daño cerebral, daño renal, sordera y otros igualmente graves.

Esta inflación bacteriana de los tejidos que cubren el cerebro y la médula espinal gracias a la vacunación ha disminuido, y con ella su mortalidad y los altos riesgos que enfrentan los pacientes a lo largo de la vida. Es una condición que si no se diagnostic­a y atiende a tiempo, y correctame­nte, las consecuenc­ias son severas.

ESFUERZOS NECESARIOS

Queremos que el 100 % de la población en riesgo se vacune, pero todavía falta mucho por cumplir con esa meta y se debe a que la misma no es mandatoria. Hacerla un requisito ayuda a que todos estemos alineados y protegidos. No hacerlo es poner en riesgo a los adolescent­es, por lo que los expertos en salud deben intensific­ar sus esfuerzos por informar a los padres sobre la importanci­a que tiene.

Al hacerlo estamos evitando que adolescent­es padezcan enfermedad­es infectocon­tagiosas que son prevenible­s con la vacuna que tenemos disponible.

Es importante ser consecuent­es con el itinerario de vacunación para obtener la protección que brindan. Algunos pediatras en sus consultori­os las administra­n, existen centros de vacunación y eventos de vacunación masiva donde también se puede recibir.

Además de la vacuna contra la meningitis B, en la adolescenc­ia son mandatoria­s dos dosis contra la meningococ­o A, C, Y, W. Estas vacunas protegen contra la meningitis, pero no contra el serotipo B, por eso es importante no olvidar ninguna.

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