LEGADO DE PREVENCIÓN Y DETECCIÓN
HAN TRANSCURRIDO TRES AÑOS del fallecimiento de nuestra hija Rhaiza Vélez Plumey, madre de tres niños quien falleció a consecuencia del cáncer cervical. Falleció en enero, mes de concienciación del cáncer cervical. Tenía 32 años de edad, con toda una vida productiva por delante y muchos deseos de vivir.
Desde su fallecimiento, nos unimos a Voces, Coalición sin fines de lucro, cuyo objetivo principal es concientizar sobre la prevención de enfermedades mediante la vacunación.
Por medio de Voces, hemos podido continuar con el legado de prevención y detección temprana que Rhaiza inició.
Muchos, posiblemente, aún recuerdan la entrevista realizada por El Nuevo Día, y el video que corrió las redes sociales, donde Rhaiza levantaba su voz exhortando a todas las mujeres a realizarse las pruebas de cernimiento, exhortación que llevó a que muchas mujeres acudieran a sus ginecólogos para realizarse sus pruebas.
Hoy, les exhorto nuevamente como madre y como mujer. Sin ánimos de crear controversia y respetando la opinión de aquellos que se oponen, el cáncer cervical puede ser prevenible mediante la vacunación contra el virus del papiloma humano. La vacuna fue lanzada en el año 2007. A esa fecha Rhaiza ya tenía 25 años.
Ya no estaba en edad de vacunarse y, posiblemente, de no haber sido un requisito escolar, yo no la hubiera vacunado por desinformación o por entender no era necesario. A los pocos días de Rhaiza haber sido diagnosticada, me preguntó: “¿Mami, Claudia está vacunada?”. Claudia es su hermana menor, en edad para ser vacunada. Si la vacuna hubiera sido una opción para ella, posiblemente, su pregunta hubiera sido: “¿Mami, por qué no me vacunaste?”.
Si ya no te encuentras en edad de vacunación, te exhorto a que acudas a tu ginecólogo y te realices las pruebas. No te limites a esperar a que tu médico te llame si la prueba es positiva. Asegúrate de ir a una cita de seguimiento y pregunta por los resultados. Hay muchas herramientas educativas disponibles a las que puedes hacer referencia.
La prevención y la detección temprana serán clave para que la historia de Rhaiza no se repita.