Compromiso ante la necesidad
Fundación AARP se compromete con fortalecer los programas de ayuda en las áreas de desarrollo socioeconómico para adultos mayores
La vulnerabilidad en el diario vivir de muchos adultos mayores, que quedó al descubierto en la emergencia provocada por el huracán María, ha servido para que la Fundación AARP haga un mayor compromiso de traer a la isla programas de ayuda y desarrollo personal y profesional para esa población.
Debido a los destrozos que causó el ciclón y que todavía afectan a la ciudadanía, por primera vez en más de una década, la principal oficial ejecutiva de esa organización, Jo Ann Jenkins, visitó Puerto Rico. Con ella vinieron la presidenta de la Fundación AARP, Lisa Marsh, y la directora de la Región del Este, Kelly Clark, entre otro personal de esa organización que aboga por los derechos y promueve estilos de vida más saludables para las personas de 50 años o más. “Con mi visita he confirmado que las poblaciones vulnerables, como los adultos mayores, están en mucho más riesgo durante un desastre natural. Mi compromiso es asegurarme que la Fundación continúe trabajando con AARP de Puerto Rico y encuentre maneras de traer más de nuestros programas. Nosotros podemos y debemos hacer más como sociedad”, dijo Marsh a El Nuevo Día.
La ejecutiva contó que la Fundación levantó $800,000 en donativos para ofrecer ayuda en la isla durante el año pasado y que los fondos se canalizaron a través de organizaciones que estaban haciendo labores durante la emergencia, como Foundation for Puerto Rico y Fundación Ángel Ramos. Sin embargo, sostuvo que en su visita pudo comprobar que, a casi ocho meses del huracán y a menos de un mes de la nueva temporada, todavía hay mucho que hacer, especialmente en las áreas de sostenimiento y desarrollo económico, así como en el tema de socialización.
“En las conversaciones que he tenido en este viaje, he aprendido que parte de lo que se ha estado trabajando es crecimiento económico y nuevas oportunidades de empleo. Nosotros tenemos programas de emprendimiento y otros programas financieros que viabilizan el adiestramiento en destrezas laborales para adultos mayores, para que estén listos para trabajar en empleos de mucha demanda”, destacó, luego de resaltar que, hace 30 años, Fundación AARP tiene dos oficinas en Puerto Rico en las se capacita a las personas mayores para que se reintegren al mundo laboral.
“Mucha gente no piensa en AARP o Fundación AARP en recuperación de desastres, pero AARP ha trabajado en eso por años porque tiene una misión social ayudar a los miembros”, agregó.
“Tenemos la visión de un país libre de pobreza, donde ningún adulto mayor esté vulnerable, así que nuestra misión es encontrar o crear soluciones efectivas para respaldar la gente de 50 años o más y asegurarles las necesidades básicas”, en particular en el aspecto económico y social, en el cual preocupa mucho el aislamiento, puntualizó.
“Las investigaciones han probado que el efecto de la soledad prolongada es igual a fumar 15 cigarrillos al día. Tiene un impacto devastador para la salud”, ilustró Marsh, para luego resaltar que otro de los objetivos de Fundación AARP es integrar más a los adultos mayores en la vida de sus comunidades no solo para que compartan con otros, sino para que continúen aportando en el desarrollo económico. Ese, recordó, es uno de los postulados del modelo de comunidades
CONSEJO DEL GOBERNADOR
Mientras, José Acarón, director estatal de AARP en Puerto Rico, reveló que la propuesta de crear un Consejo del Envejecimiento adscrito a la Oficina del Gobernador ha
tomado un giro más concreto porque ahora está en las manos de la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez. Acarón había explicado que la existencia de ese organismo facilitaría el establecimiento o modificación de políticas públicas dirigidas a mejorar la calidad de vida de esa población.
Para establecer una política pública que atendiera el envejecimiento de nuestra población y, con ello, sus necesidades, en 2010 se creó la Ley de Reto Demográfico. Pero, al igual que ha ocurrido con otros estatutos, este ha quedado en nada. Acarón indicó que ha retomado conversaciones en la Junta de Planificación, agencia encargada de esa iniciativa, con el objetivo de que se reactiven los trabajos.
Luego de la emergencia del huracán María, también queda pendiente atender otras deficiencias que salieron a la luz pública, como la inadecuacidad de los planes de emergencia de los hogares de cuidado prolongado, evidenciada por estudiantes del Programa de Gerontología del Recinto de Ciencias Médicas. Asimismo, quedan pendiente medidas de educación y prevención para evitar el maltrato a adultos mayores. En los meses luego del huracán hubo un alza significativa en los delitos de fraude, agresión y abandono, que se tradujeron en miles de reclamos en la Oficina de la Procuradora de las Personas de Edad Avanzada.
En solo dos meses –de octubre a noviembre de 2017– se presentaron 5,545 querellas por maltrato, cifra que, en promedio, representó 2,772.5 querellas al mes. Esa cifra duplicó el promedio de 1,056.8 querellas mensuales recibidos en el año fiscal 2016-2017.