MUCHAS MADRES
Hoy, día en que celebramos a las mamás, quiero ampliar su significado para incluir a las abuelitas, las tías, las amigas, las vecinas y las compañeras de trabajo…Quiero, en otras palabras, señalar que en la crianza de un niño se refleja un esfuerzo de grupo, un esfuerzo que une a las mujeres (y hombres también, por supuesto) que están junto a nosotras en este asunto, tan complicado y tan hermoso, de la maternidad.
Pero no quiero escribir una sola línea más sin saludar también, de manera especial, a las madrastras. Los cuentos infantiles nos han creado una imagen siniestra de la madrastra y han prácticamente borrado, injustamente, el importante rol que tantas han tenido en criar a hijos que no eran biológicamente suyos. Las que figuran en los cuentos sobre la Cenicienta y Blancanieves dominan nuestra imaginación. El poeta Pablo Neruda estaba consciente de este prejuicio. Huérfano de madre a los dos meses de nacido, rehusó llamar ¨madrastra¨ a la segunda esposa de su padre. Para él ella siempre fue ¨mamadre¨. Neruda la describe amorosamente en un sentido poema.
La maternidad moderna es inclusiva. Es la maternidad compartida. Es la idea de que todos y cada uno de nosotros somos un poco responsables de todos y cada uno de los niños.
No le estoy quitando el mérito a nadie, pero siento que en un mundo tan convulsionado, en un Puerto Rico que se enfrenta a serios desafíos, necesitamos reconocer que las mamás hemos tenido el apoyo de familiares, amistades, maestros y otros profesionales, vecinos y compañeros de trabajo en la tarea de criar a nuestros hijos. Ahí estuvieron para ofrecer un consejo, un apoyo, un oído dispuesto a compartir tristezas y un alma jovial para disfrutar de los instantes felices y de los triunfos.
A todas las mujeres y hombres con quienes he vivido momentos de pánico y alegrías y también he enfrentado retos, les quiero decir que ha sido sumamente importante para mí haber compartido con ellos este viaje.
¡Gracias!