DE CARA A UN DOLOR CRÓNICO
Es una de las señales que el cuerpo utiliza para advertir sobre un problema que necesita atención y requiere tratamiento
Para las personas que padecen de dolor crónico no hay nada más incómodo y debilitante que esa desagradable molestia, con la que han tenido que lidiar por meses y, en muchos casos, por años.
Se trata, de hecho, de una sensación no placentera, asociada a un daño -que puede ser real o potencial- y que de una manera u otra es incapacitante, señaló en entrevista el anestesiólogo Francisco Lebrón Arzón.
“Su presencia es una señal de alerta que desencadena el sistema nervioso para indicar que algo no anda bien en el organismo. Pero no todos los dolores tienen la misma intensidad y duración”, explica Lebrón.
Por ejemplo, dice que cuando hay dolor agudo, su aparición es repentina, no dura mucho y cesa cuando la lesión que lo causó se cura. Mientras que el crónico, dura por más de tres meses.
Según los Institutos Nacionales de Salud, las féminas experimentan más dolor que los hombres. Además, son más propensas a trastornos de dolor crónico como la fibromialgia, dolor pélvico, artritis reumatoide y migrañas, entre otras afecciones.
El dolor crónico y persistente como el que acompaña a la artritis o a enfermedades afines como la fibromialgia, es distinto. Si bien este dolor le informa que algo anda mal, o siempre es tan fácil aliviarlo. No obstante, controlarlo, es esencial para mejorar su calidad de vida.
Los analgésicos son medicamentos que ayudan a aliviar el dolor. Algunas de estas medicinas también podrían reducir la inflamación. Se obtiene sin receta médica y un gran número de médicos considera los analgésicos como el tratamiento inicial de elección para el dolor generado por una osteoartritis leve o moderada, que es la forma más común de artritis, en dosis no mayores a 4,000 mg diarios.