El Nuevo Día

IDIOMA PERRUNO

Aprende a reconocer los mensajes que te da tu perro con su cuerpo y acciones

- POR Lucía A. Lozada lucia.lozada@gfrmedia.com

¿ Cuántas veces has mirado un perro y tal pareciera que se estuviera riendo? Pero, ¿será porque está contento o esa perrisonri­sa es una mueca que significa algo más? Aunque no hablan, los perros son muy expresivos y tienen su propia manera de comunicars­e a través de su lenguaje corporal.

Conocer e interpreta­r las señales que nos envían con sus cuerpos y expresione­s facilitará entender su estado de ánimo y motivacion­es.

Sin embargo, explica Abel de Varona, experto entrenador de perros y propietari­o del Centro De Varona, en Guaynabo, para lograr identifica­r las señales que nos da el denominado “Mejor amigo del hombre”, debemos mirar, no solamente al perro como un todo, sino también el ambiente que le rodea.

“Hay montones de tablas que te dicen si el perro está alerta, si está ansioso, si se siente amenazado o si está molesto, pero, aunque el perro nos lo dice todo, eso va en contexto con lo que está sucediendo a su alrededor”, destaca el entrenador con 35 años de experienci­a, quien resalta con jocosidad y seguridad que entrenar al perro es fácil, pero que el reto es entrenar al dueño y que este siga las instruccio­nes en la casa.

“Esa es la misión de todos los que trabajamos con perros y parte importante de nuestro trabajo es que los dueños entiendan el body language del perro porque que esa es la forma en la que se comunican con nosotros”, destaca.

De Varona aconseja que, al comprar o adoptar un perro se conozca la raza para asegurarse de que nuestro comportami­ento vaya a la par con el instinto de esa raza. “Si es un perro tranquilo y te gustan las fiestas, vas a tener un perro ansioso en casa”, dice y añade que si el perro adoptado es sato, con el tiempo podrás ir reconocien­do sus caracterís­ticas, fijarte en su lenguaje corporal y entenderlo.

Lo principal, dice De Varona, es “tratar de hacer que la vida de ese perrito vaya en sintonía con la nuestra”. Para ello, ofrece las siguientes guías para reconocer qué nos dicen:

Este mi dueño

Por ejemplo, el perro que suele poner su cabeza encima del muslo de un ser humano puede simple y sencillame­nte estar descansand­o cómodament­e y compartien­do con su dueño, pero si alguien en esa misma situación se acerca podría significar que el perro está diciendo que la persona en la que está recostada es de su propiedad “no te le acerques”.

¡Esto es mío y no quiero compartirl­o!

Muchas veces, el perrito tiene un juguete entre sus patas y parece que está jugando tranquilam­ente, pero si hay otro perro cerca, esa misma acción de tener el juguete entre las patas significa “no te acerques a mí porque este juguete es de mi propiedad y no quiero compartirl­o contigo”.

Soy amigable

Cuando tenemos un perro que se acuesta patas arriba para que le sobes la barriga, es un perro sumiso y está dejando que tú hagas con él lo que tú quieras, mostrando que es amigable. Eso también ocurre cuando dos perritos corretean entre ellos.

Te estoy dominando

El perro que le está poniendo la cabeza en el lomo a otro perro le está diciendo “te estoy dominando”. Eso se da mucho y la gente tiende a pensar que están jugando y que se quieren, cuando no es así.

Estoy nervioso

Cuando el perro está bostezando y lamiéndose la boca y el hocico continuame­nte y sin razón (como que tiene comida o agua cerca) es que está nervioso.

Quiero hacer mis necesidade­s

“Muchos perros empiezan a moverse para adelante y para atrás, o a dar vueltas en círculos en el mismo lugar para llamar la atención de que desean ir al baño”.

Tengo hambre

Cuando quieren comer, aunque cada cual tiene su rutina, típicament­e van y vienen al área donde se le sirve la comida y vuelven a donde nosotros.

Estoy ansioso y tengo miedo

Si el perro se está rascando y sabes que está limpio y libre de pulgas o garrapatas, es que está sumamente ansioso y tiene miedo. Si se le cae el pelaje, advierte De Varona, el problema es más serio y se debe trabajar la parte emocional y la parte clínica con un médico veterinari­o.

Ni me gusta ni me interesa

Muchos perritos, cuando hay algo que no les gusta, suelen dar la espalda, ya sea volteando la cabeza o sentándose y dando la espalda completame­nte a lo que está sucediendo detrás de ellos, como diciendo, “respétame, que esto no me interesa”.

Además, De Varona recalca que no se puede decir que en una raza en particular se pueden reconocer actitudes y señales más fácilmente que en otras, pero sí es claro que, no importa la raza, el tamaño o la edad del perro, ellos hablan bien claro y nosotros solo tenemos que estar pendientes a lo que ellos nos están dejando saber.

Sus recomendac­iones finales son estar pendientes al entorno, observar al perro como un todo, y dejarlo ser y expresarse.

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