Astroturismo.
Este país tiene la mayor concentración de observatorios astrales en el mundo
Chile busca convertirse en el principal destino de aquellas personas que quieren disfrutar de las estrellas
L/ a curiosidad de los viajeros no se agota en la Tierra y sus paisajes. Ahora los turistas también se interesan por el cielo. Las estrellas están dejando de ser un recurso romántico para mirar de a dos para convertirse en el motivo de más un ‘tour’. Chile posee la mayor concentración instrumental para observación de astros y su observatorio del Cerro Paranal, construido en 1996, es el de mayor envergadura a nivel mundial.
Para el año 2020 se espera que Chile tenga el 60% de la observación astronómica a nivel mundial. El turismo, por su parte, sigue de cerca los avances del desarrollo de la investigación científica. Ya en 1998 tuvieron su primer observatorio comunal con fines absolutamente turísticos: Mamalluca, en el Valle del Elqui.
Ocurre que si la Segunda Región de Antofagasta ostenta los centros astronómicos más grandes como Paranal y Alma, el Valle del Elqui en la Cuarta Región (Coquimbo) tiene un abanico de opciones, públicas y privadas, disponibles para los turistas ávidos de la contemplación celeste.
VALLE DEL ELQUI
Bajo un cielo despejado durante 300 días al año, la región se propone como una verdadera ruta de las estrellas. A unos 15 kilómetros al oeste de La Serena, las noches diáfanas y ausencia casi total de contaminación lumínica son dos condiciones que propician la actividad. Para iniciarse, puede hacerse en un “observatorio casero” en el medio del valle, donde el dueño de casa da un par de lecciones sobre lo que se puede ver y, puntero láser en mano, invita a los asistentes a mirar por el telescopio que tiene instalado en el fondo de su casa. O, con otra dimensión de profundidad y profesionalismo, hacerlo en los observatorios científicos de la zona.
A nivel nacional, hay dos instituciones que agrupan a los principales observatorios y una de ellas está en esta región. Se trata de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (AURA, siglas en inglés), que agrupa alrededor de 45 universidades americanas y europeas, y opera los telescopios del Cerro Pachón (Gemini Sur y Soar) y los del Cerro Tololo. Si bien los observatorios del Tololo están en su mayoría ocupados todas las noches por investigadores y estudiantes que trabajan con un sistema remoto desde sus respectivas ciudades, hace años que se implementó un esquema de visitas gratuitas para turistas.
En general, el plan funciona y muy prolijamente, pero al tratarse de un organismo de estudio e investigación científica también puede suceder que surjan imprevistos y afecten alguna visita pautada.
CERRO TOLOLO
El primer observatorio del cerro Tololo, inaugurado en 1967, fue uno de los más grandes del hemisferio sur, hasta que en la década de 1990 llegaron telescopios de una nueva generación, como el Gemini Sur. Dicen que estos avances generacionales (con telescopios más grandes y poderosos) suceden más o menos cada 20 años, período que se cumplió hace unos meses con la construcción del LSST en el cerro Pachón. “Es una nueva manera de hacer astronomía”, indicó el director de AURA, Chris Smith, un estadounidense de Georgia que vino a trabajar hace 25 años, se enamoró de una chilena y aquí se quedó. Se espera que el LSST esté terminado este año y en plena operación para 2022.
Las fechas, el paso de los años, las esperas, los números grandes son moneda corriente en estas latitudes. Hace más de un año que la capacidad hotelera de la región está prácticamente colmada gracias a los cientos de visitantes que se anotaron para estar aquí el 2 de julio de 2019, cuando se espera un eclipse total de sol.