Celebración a medias
A pesar de que un proyecto para prohibir las peleas de gallos en la isla no prosperó en el Congreso, la comunidad gallística cree que el mismo será aprobado en algún momento
La comunidad gallística en Puerto Rico no está en ánimos de celebrar, y más bien parece temer que el nuevo intento del Congreso de Estados Unidos —por prohibir las peleas de gallos en todos los territorios de la nación— prosperará tarde o temprano a pesar de que la semana pasada recibió un “conteo de protección”.
El pasado viernes, la Cámara de Representantes en Washington le votó en contra a un proyecto agrícola que incluía una enmienda para eliminar la excepción a la prohibición de las peleas de gallos en Puerto Rico y otros territorios de Estados Unidos. Esta práctica ya fue prohibida en Estados Unidos hace años, pero la isla siempre se ha librado de la restricción a pesar de repetidos intentos para que se aplique dicha ley en el país.
“Esta es la octava vez en los últimos 20 años que esto (el proyecto) ha sido sometido en contra nuestra”, dijo ayer el Dr. Graciany Miranda Tristani, presidente de la junta de directores del Club Gallístico de Puerto Rico en Isla Verde, durante una entrevista con El
Nuevo Día en medio de la jornada regular en el coliseo, donde se celebraron como cada día de semana, 40 peleas.
“Sí, hay preocupación. Aquí hay familias, nietos y biznietos que son el producto de esto. Yo soy producto de esto”, dijo Miranda Tristani, un oncólogo y hematólogo de profesión que defendió la industria de los gallos por la gran cantidad de empleos que genera.
Ni él ni ninguno de los otros entrevistados parecieron enfocarse en la noticia de la votación de la semana pasada, con la cual se derrotó el proyecto con 213 votos en contra y 198 a favor. Y no se confían porque desde el mismo día de la votación, el congresista Paul Ryan solicitó una reconsideración y próximamente podría verse una nueva votación en el Congreso.
“Creo que va a ser algo nefasto para la economía. Imagínate, estamos en un país que ahora mismo como está el desempleo, como está la economía… y además de eso, ¿le vas a adicionar más desempleados? ¿A dónde vamos a llegar? Va a ser nefasto si esa medida la aprueban. Pero estoy confiado en que los puertorriqueños y nosotros los galleros no nos vamos a dejar quitar nuestro deporte nacional, y el sustento para nuestras familias”, dijo, por su lado, Luis Humberto Sedán, un juez de valla en el Club Gallístico.
Miranda Tristani está más ocupado en las implicaciones que tendría para la industria local dicha prohibición, si es que prospera eventualmente, que en festejar la derrota del proyecto la semana pasada. “Tenemos 20 empleados aquí (en el Club Gallístico), que son empleos directos. Se han dicho varias cifras, pero en Puerto Rico son entre 20,000 a 26,000 empleos directos e indirectos (los que generan las peleas de gallos). Afecta a las farmacias, los agrocentros, las ferreterías… Afecta un montón de negocios”, dijo a preguntas sobre cuáles serían las implicaciones de una prohibición a las peleas de gallos.
“Esta es una entidad que genera dinero y es autónoma en ese sentido. No depende del gobierno, al contrario, aporta al erario público”, dijo Miranda Tristani.
PELEAS CLANDESTINAS
También cree, al igual que otros entrevistados, que la prohibición traerá como consecuencia la proliferación de galleras y peleas clandestinas. “Yo no las favorezco, pero entiendo que sí van a haber un montón de personas en galleras clandestinas, como es con el pitorro (bebida), que dicen ahora que es cultural”, dijo Miranda Tristani.
Igual opinó José “Pepe” Gómez Alegría, quien tiene 67 años de edad, y 50 de ellos como fanático de las peleas de gallos.
“Sí van a haber (peleas clandestinas). Es igual que en España, en Estados Unidos también, donde se prohibieron las peleas. Y siguen jugando clandestinamente. Lo que pasa es que muchas personas no están dispuestas a practicarlo de esa manera porque conlleva una penalidad y estarían expuestas a eso. Pero las peleas van a seguir de una manera u otra”.
Según publicó este diario anteriormente, si bien el proyecto agrícola fue derrotado 213-198, tan solo la enmienda para prohibir las peleas de gallos en Puerto Rico y otros territorios de la nación había sido apoyada previamente de manera abrumadora, por votación de 359-51 en la misma Cámara de Representantes.
“El temor es grandísimo. Imagínate, son muchas las personas que vivimos de esto. La industria es grandísima… agrocentros, galleros, jueces de vallas, jueces de inscripción. Son un sinnúmero de personas que llevan el sustento de sus familias (al hogar) con el deporte”, expresó Sedán.
“Sí, hay preocupación. Aquí hay familias, nietos y biznietos que son el producto de esto. Yo soy producto de esto” DR. GRACIANY MIRANDA TRISTANI PRESIDENTE DE LA JUNTA DE DIRECTORES DEL CLUB GALLÍSTICO DE PUERTO RICO EN ISLA VERDE