A rescatar el patrimonio artístico
La Asociación de Museos de Puerto Rico se une al reclamo ciudadano de una rápida acción interagencial dirigida a la creación de un protocolo riguroso para proteger nuestro patrimonio artístico. Ello frente a la amenaza de daños irreparables que puedan darse mediante el cierre y alquiler de escuelas puesto en marcha por el Departamento de Educación, el plan propuesto para la disposición de las propiedades de la Universidad de Puerto Rico —actualmente bajo consideración de la Legislatura— y cualquier otra medida que contemple el arrendamiento, venta o permuta de edificios públicos.
Motiva nuestra acción la destrucción en días recientes del mural realizado en 1966 por el artista José Antonio Torres Martinó en la Escuela Julia de Burgos de Carolina; plantel público recién cerrado, pero donde hoy ubica la Fountain Christian Bilingual School. Este lamentable suceso es indicativo del riesgo de destrucción al que está expuesto nuestro patrimonio, si no se toman las medidas necesarias para su protección. Con respecto a este caso particular, peritos en conservación y restauración de obras de arte ya han advertido sobre la urgencia de realizar una intervención que podría salvar el mural antes de que el proceso químico de la pintura con la que fuera borrado se torne insoluble.
Por tanto, y a los fines de que no ocurran más pérdidas, exhortamos al Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) como agencia responsable de garantizar la custodia, permanencia y protección de nuestro patrimonio cultural, a tomar acción inmediata no sólo para salvar el mural del maestro Torres Martinó sino además las obras de muchos otros artistas maestros como Augusto Marín, Epifanio
“La Educación, como proyecto fundamental de Puerto Rico para el mejoramiento individual y colectivo, debe de incluir la educación sobre nuestro patrimonio”
Irizarry, Julio Rosado del Valle, Rafael Tufiño y Tomás Batista, que se encuentran ubicadas en distintas escuelas alrededor de la Isla.
Estamos conscientes de la limitación de recursos con los que opera el Instituto de Cultura Puertorriqueña, condición compartida por la mayoría de las organizaciones culturales en Puerto Rico. No obstante, la Asociación de Museos de Puerto Rico reconoce la importancia y trascendencia de este asunto y la celeridad con la que debe atenderse, razón por la cual ofrece al ICP su apoyo con el fin de viabilizar un plan de trabajo que produzca, por un lado, un inventario actualizado de obras de arte ubicadas en edificios públicos y, por otro, un protocolo para asegurar la conservación de nuestro patrimonio artístico para el disfrute de futuras generaciones.
No olvidemos que la cultura es el elemento unificador que nos vincula como individuos a una comunidad mayor y nuestro distintivo frente a las demás naciones del mundo. La Educación, como proyecto fundamental de Puerto Rico para el mejoramiento individual y colectivo, debe de incluir la educación sobre nuestro patrimonio. Conocer sobre su importancia, nuestra historia e identidad, formará ciudadanos que se sitúan en el mundo y en sus problemas, y se convierten en agentes críticos de la construcción de futuro.