El costo energético de la inacción en Puerto Rico
El nuevo director ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), Walter Higgings, recientemente se estrenó ante la rama legislativa con una peculiar alegación sobre la generación de energía en nuestra isla. Higgins rechazó de plano, en ponencia escrita, una pieza legislativa local que impulsa la prohibición de la utilización del carbón como fuente para la generación de energía para el año 2028.
Las razones para que el director ejecutivo de la AEE rechazara dicha medida fueron más que elocuentes: “la eliminación del carbón como fuente de generación representaría un ‘riesgo’ para la AEE y una alza en la tarifa”.
Los costos de modernizar nuestro sistema eléctrico serían altos, sin lugar a dudas. Sin embargo, mantener un sistema antiguo y no modernizarlo con sistemas eficientes y fuentes limpias y renovables sería aún más costoso, sin hablar de las consecuencias económicas que esto representaría en nuestra maltrecha economía.
En un informe publicado por la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles (ASCE, por sus siglas en inglés) en el 2011 titulado, “Failure to Act: The economic impact of current investment trends in electricity infrastructure” se reveló que de continuar invirtiendo en nuestra infraestructura de distribución eléctrica al nivel actual, enfrentaríamos una brecha en el financiamiento de dicha infraestructura de hasta 94 billones de dólares para el año 2025. El costo económico de no cumplir con las necesidades de infraestructura, de acuerdo a este informe, sería aún mayor. Esto resultaría en una baja significativa del producto interno bruto para el año 2025, según dicho informe.
La Comisión de Energía de Puerto Rico (CEPR) ha dado un gran paso en la dirección correcta presentando, en días recientes, el primer reglamento para el desarrollo de sistemas de microredes. Este reglamento, además de establecer un marco legal regulartorio para este tipo de sistemas, es la herramienta necesaria para encaminar a la isla hacia la ruta del desarrollo económico integrado y sostenible.
Tenemos la oportunidad de comenzar la transformación energética que el país se merece sin mayor dilación. Hay que establecer los sistemas adecuados de acuerdo a las necesidades de cada área geográfica del país. Diseñemos sistemas de generación más pequeños y más cercanos a sus clientes, para que la transmisión y distribución sea una más corta en distancia y más confiable.
El beneficio de enfocarnos, tanto para los clientes de la AEE como para nuestra economía, en un sistema eléctrico confiable y continuo será significativo para todos.
“Diseñemos sistemas de generación más pequeños y más cercanos a sus clientes, para que la transmisión y distribución sea una más corta en distancia y más confiable”