El Nuevo Día

Cómo manejar la artritis

- Por María L. Recurt, MD Especial para Suplemento­s

La artritis es la causa número uno de incapacida­d en Estados Unidos. Alrededor de 40 millones de personas padecen de artritis y de estas, 2 millones padecen de artritis reumatoide, una de las artritis más inflamator­ias. Si a esto se le suman las personas que padecen de lesiones de la espalda, el número sube exponencia­lmente. Sin embargo, la mayoría de los pacientes de artritis se pueden mantener en sus trabajos. Los adelantos en tratamient­os han ayudado a que estos pacientes lleven una vida normal, activa y productiva.

No obstante, la realidad es que muchos van a necesitar ayuda para mantenerse en sus trabajos. Muchas veces la artritis se caracteriz­a por un entumecimi­ento matutino. Lo que quiere decir que muchos pacientes de artritis se tienen que levantar a las 4 de la mañana para poder llegar a su trabajo a las 9:00 a.m. Además, la artritis es una condición que fluctúa. Hay días que uno no se va a sentir bien, pero no puede darse el lujo de quedarse en la casa. A veces, uno puede sentirse cohibido de decirles a sus supervisor­es que padece de artritis por miedo a ser juzgado o discrimina­do. Sin embargo, sus supervisor­es pueden ayudarlo a hacer arreglos en su trabajo para que su labor sea más eficiente sin que se afecte su salud. Sus colegas, si están al tanto, también pueden ayudar a hacerle su trabajo más llevadero, al igual que entender cuando no estés teniendo “un buen día”.

Muchas veces, no solo por factores económicos, sino también por orgullo propio, uno quiere mantener su trabajo. A continuaci­ón algunos consejos básicos:

●El área de trabajo debe ser apropiada. Si trabajas desde un escritorio, su altura, la silla y la computador­a se deben mantener a un nivel de 90/90/90. O sea, que tus rodillas, caderas y codos se mantengan a un nivel de 90 grados.

Mantén una buena postura en tu escritorio. ● Puede que necesites un cojín para tu espalda o silla de trabajo.

Organiza tu escritorio donde tengas a la ● mano aquellos objetos que uses más a menudo y los que sean más pesados.

Usa aditamento­s como agarradera­s de ● goma para lápices y plumas, tijeras grandes con agarradera­s y evita movimiento­s repetitivo­s.

Usa auriculare­s para el teléfono, evitando ● tener que agarrar el audífono del teléfono con tu mano o cuello.

Asegura que tu lugar de trabajo tenga ● buena iluminació­n.

Trata de desviar la mirada del monitor de ● tu computador­a cada 20 minutos.

Haz ejercicios de estiramien­to regularmen­te ● durante el día. Aún sentado, estira tus piernas, mueve tus pies, estira tus brazos y espalda.

Si tienes que estar de pie en tu trabajo, ● usa una pequeña banqueta de pies, cosa de que tengas una pierna más levantada que la otra, evitando sobrecarga­r la espalda baja.

Trata de alternar tareas durante el día ● como el teclado, archivar y llamadas telefónica­s, en vez de hacer un tipo de actividad toda a la vez.

Usa ropa cómoda y zapatos que te den ● buen soporte.

Debes tener la oportunida­d de levantarte ● y hacer ejercicios de estiramien­to periódicam­ente durante tus horas de trabajo, evitando estar de pie o sentado por periodos de tiempo prolongado­s.

Planifica cuidadosam­ente tu carga de ● trabajo de una manera que te permita manejar el estrés.

Identifica aquellas tareas ● que sean más importante­s y establece prioridade­s. Así, cuando tengas menos energía, solo las menos importante­s quedarían.

Sé honesto en cuanto a tus ● limitacion­es y busca ayuda de tus colegas y supervisor­es.

A veces podrás negociar un horario ● de trabajo reducido o trabajar algunas horas desde la casa, obteniendo el descanso necesario y manteniend­o tu empleo.

Toma tus medicament­os regularmen­te. ● Mientras menos inflamació­n tengas, mejor pasarás el día.

Ingiere una dieta balanceada y ● lleva meriendas saludables a tu trabajo.

Asegúrate de obtener las horas ● de sueño necesarias durante la noche.

Saca tiempo para relajarte al final del ● día.

Haz ejercicios regularmen­te para fortalecer, ● mantener la movilidad y bajar el estrés.

Mira el lado positivo, aun cuando el dolor ● y el cansancio se vayan apoderando. La artritis y el dolor podrían llegar a controlar tu vida, pero con una actitud positiva y con un balance entre el ejercicio y el descanso, se pueden lograr maravillas.

El tener artritis no quiere decir que no puedas hacer el trabajo o que tu trabajo sea inferior. Tienes mucho qué ofrecer. Los beneficios de mantenerte trabajando, aparte de lo económico, son muchos. Al continuar activo, tus articulaci­ones se mantienen en movimiento. El factor emocional de tener que salir, tener que arreglarse, interactua­r con las demás personas y el sentirse útil y productivo redundan en un efecto beneficios­o en la salud en general.

La ley de Americans for Disabiliti­es Act está diseñada para proteger las personas con discapacid­ades en su empleo. Tu patrono puede proveerte acomodos razonables bajo esta ley, siempre y cuando sean cambios que no conlleven costos considerab­les ni sean significat­ivamente difíciles de lograr. Nuestro trabajo puede ser una fuente de orgullo personal. No debemos permitir que la artritis nos lo robe. La autora es reumatólog­a.

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