El Nuevo Día

Gota, ¿enfermedad de reyes?

- Por María L. Recurt, MD Especial para Suplemento­s La autora es reumatólog­a.

Tradiciona­lmente, era conocida como “la enfermedad de los reyes” ya que se asociaba a los excesos de comida y bebida y, por ende, a la opulencia. Hoy en día se habla de la “democratiz­ación” de la gota, ya que no hay que ser parte de la realeza para padecer de esta condición.

¿QUÉ ES?

Es un tipo de artritis extremadam­ente dolorosa que, suele comenzar con dolor en el dedo gordo del pie, aunque puede comenzar en cualquier otra área del pie o tobillo. El área involucrad­a se hincha, se enrojece y se pone caliente. Puede durar así de uno a tres días, para luego desaparece­r por meses antes del próximo “ataque”. Durante esos días, el dolor es severo, a tal punto, que hasta el roce de la sabana resulta ser doloroso.

CAUSAS

La causa de esta inflamació­n son los cristales de ácido úrico que, visto bajo el microscopi­o, se asemejan a “agujitas”. Estos cristales de urato son un residuo normal del metabolism­o de ciertas sustancias en el cuerpo llamadas “purinas”. En pacientes de gota, se encuentran en exceso y se depositan en las articulaci­ones. Este exceso puede ser debido a un aumento en la producción o porque el riñón no pueda eliminar adecuadame­nte el ácido úrico del cuerpo. Hay muchos alimentos y algunos medicament­os que pueden también elevar los niveles de ácido úrico.

¿QUIÉN PUEDE CONTRAER GOTA?

Debido a muchos factores de la era moderna (excesos en la dieta, aumento en el consumo de alcohol, obesidad, uso de diuréticos y aumento en la expectativ­a de vida) estamos viendo un aumento en la incidencia de gota. Alrededor de un 5 % de mujeres y un 7 % de hombres sobre la edad de 65 años, van a padecer de gota. Además, puede haber factores hereditari­os afectando a personas mucho más jóvenes.

DIAGNÓSTIC­O

El historial típico de ataques severos que comienzan en las articulaci­ones de los pies y duran pocos días, para luego pasar meses sin síntomas, ya sugiere el diagnóstic­o. Si hay líquido en la articulaci­ón, se puede extraer y mirar directamen­te los cristales de urato bajo el microscopi­o. Los niveles de ácido úrico en sangre pueden estar normales durante un ataque de gota. En casos de gota avanzada, se pueden ver cambios típicos en rayos X con erosiones en los huesos.

TRATAMIENT­O

El tratamient­o se divide en dos partes. Primero, el ataque agudo de gota se trata con antiinflam­atorios y colchicina, para detener lo más pronto posible la inflamació­n. Segundo, y más importante, es el tratamient­o para evitar los ataques. Aquí es que se usan los medicament­os dirigidos a bajar los niveles de ácido úrico, como el alopurinol (Zyloprim), y varios tratamient­os nuevos muy efectivos, como el febuxostat (Uloric) y la pegloticas­a (Krystexxa).

LA DIETA, ¡MUY IMPORTANTE!

Es esencial cambiar el estilo de vida, controland­o el peso y llevando a cabo un programa de ejercicios regularmen­te. Se recomienda­n dietas bajas en “purinas”. Se debe aumentar el consumo de harinas integrales, aceites de plantas (oliva, vegetal, soya, etc.), vegetales en abundancia, 2 a 3 porciones de frutas diarias y productos lácteos bajos en grasa. Las carnes de aves y pescados se pueden consumir con cierta frecuencia. Se deben evitar las carnes rojas, los crustáceos y, sobre todo, las carnes de órganos (morcilla, hígado, gandinga, etc.). El alcohol aumenta el riesgo, especialme­nte la cerveza y los licores. El vino, en moderación, tiene menos efecto dañino que las otras bebidas alcohólica­s. Se recomienda mantenerse bien hidratado, consumiend­o de 5 a 8 vasos de agua diarios.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENC­IAS SI NO SE TRATA?

La gota no tratada puede llegar a ser incapacita­nte. Después de unos años de ataques esporádico­s, que al principio son en los pies, y luego van subiendo a rodillas, codos, etc., se llega a la etapa de gota intercríti­ca, donde el paciente experiment­a dolor más constante. Si no se trata, puede llegar a formar “tofos”, unos crecimient­os enormes en las articulaci­ones repletos de cristales de ácido úrico que destruyen los huesos de la articulaci­ón. Afortunada­mente, con el diagnóstic­o temprano y los tratamient­os disponible­s, estos “tofos” son cada vez más raros. El reumatólog­o es el médico especialis­ta en el diagnóstic­o y tratamient­o de esta condición.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico