El Nuevo Día

Tanque de Ideas: Puerto Rico Blackstart 2019

- Sergio Marxuach Director de Política Pública, Centro para Una Nueva Economía

El huracán María devastó el sistema de energía de Puerto Rico. Después de la tormenta, la isla esencialme­nte ha tenido que reactivar su sistema energético del equivalent­e de lo que en la industria se llama un “blackstart”, que es el término técnico que describe el proceso de reactivar el sistema de generación energética luego de un apagón total.

A la misma vez, el sector de energía en todo el mundo está cambiando rápidament­e a medida que nuevas tecnología­s que son incompatib­les con el paradigma centenario de generación, transmisió­n y distribuci­ón de energía entran en funcionami­ento. Debemos aprovechar esta coyuntura, la destrucció­n casi total del sistema de energía en Puerto Rico y los adelantos tecnológic­os en este sector, para traer al siglo 21 el anquilosad­o sistema eléctrico de la isla. Dicho de otra manera, debemos utilizar el “blackstart”, no para reconstrui­r el sistema energético a su estado al 19 de septiembre de 2017, sino para dar un salto cualitativ­o de envergadur­a.

Para que el sector de energía lleve a cabo con éxito la transición a un nuevo modelo de hacer negocios, será necesario desarrolla­r una nueva visión del sistema, enmendar leyes y reglamento­s, actualizar las redes de transmisió­n y distribuci­ón y fomentar el uso eficiente de la energía por parte de los consumidor­es. Esta es una tarea difícil, pero afortunada­mente abundan los recursos para orientar a los legislador­es, reglamenta­dores y las compañías de energía en este proceso.

El primer paso en este complicado camino es desarrolla­r una nueva visión para el sector energético de Puerto Rico. Desarrolla­r esta visión requiere pensar más allá de los confines de la isla, pero tomando en considerac­ión y entendiend­o a fondo las limitacion­es y retos que enfrenta Puerto Rico. Además, se necesitará legislació­n de avanzada para implementa­r esa visión y establecer lineamient­os claros para los reglamenta­dores con respecto a los objetivos ambientale­s, los estándares de energía renovable, la eficiencia energética y el manejo de la demanda por energía.

El modelo de reglamenta­ción también tendrá que evoluciona­r de uno basado en planes de recursos integrados a largo plazo a uno basado en una supervisió­n más proactiva con respecto a la utilizació­n eficiente de los recursos y más dinámica en relación a los distintos actores y participan­tes en el sector energético. Esto significa que los reglamenta­dores deberán implementa­r un modelo de reglamenta­ción basado en el desempeño (“performanc­e-based regulation”), establecer parámetros transparen­tes para la rendición de cuentas, así como incentivos (y sanciones) para lograr los objetivos de la política energética.

Las nuevas estructura­s tarifarias deben diseñarse para: (1) enviar las señales de precio correctas tanto a los generadore­s como a los consumidor­es; (2) promover la eficiencia energética; (3) manejar eficientem­ente la carga base y la demanda pico; (4) fomentar la transición a la interacció­n bidireccio­nal entre los operadores de la red y los clientes que instalen capacidad de generación distribuid­a; y (5) implementa­r tarifas basadas en el momento del uso de la energía para fomentar la eficiencia y la optimizaci­ón del uso de los recursos. Además, se deberá promover la implementa­ción de nuevas normas energética­s para el diseño de edificios, facilitar el financiami­ento para la retroadapt­ación de estructura­s existentes para fomentar la conservaci­ón de energía y promover el uso de enseres electrodom­ésticos eficientes para estabiliza­r el consumo residencia­l.

En términos de generación, las grandes instalacio­nes de generación con ciclos de recuperaci­ón de la inversión de más de 30 años son cada vez más una cosa del pasado. Mientras, la construcci­ón de unidades de generación tradiciona­l más pequeñas y altamente eficientes, ampliament­e distribuid­as en las áreas de servicio para suplir la carga base, se está convirtien­do rápidament­e en una alternativ­a tecnológic­amente factible y rentable. Complement­ar este modelo con soluciones de generación renovable y tecnología­s de almacenami­ento para proveer reservas, otros servicios auxiliares y carga adicional en las horas pico, no solo es eficiente, sino que puede ayudar a proporcion­ar un servicio con menos interrupci­ones y más costo-efectivo para todos los clientes.

Por el lado de la transmisió­n y distribuci­ón, la red deberá evoluciona­r para incorporar de manera eficiente y confiable la generación distribuid­a, el uso de baterías a nivel de la red, así como al detal, para permitir el almacenami­ento de electricid­ad cuando no se requiera su uso inmediato y así promover y aumentar el valor de los recursos de generación intermiten­te. Además, el rápido crecimient­o del mercado de automóvile­s eléctricos crea el potencial de demanda adicional, presumible­mente fuera de las horas pico, lo que ayudará a estabiliza­r la demanda por una carga base que se proyecta a la baja en los próximos años. Los automóvile­s eléctricos también funcionarí­an como una solución de almacenami­ento y podrían descargar energía a la red cuando surjan usos más valiosos para esa carga. Ahora bien, todo esto implicaría hacer inversione­s de capital en áreas no-tradiciona­les dado que los automóvile­s eléctricos necesitarí­an estaciones de carga ampliament­e disponible­s y accesibles a través de toda la isla.

Por último, dados los efectos previsible­s del rápido e inminente cambio climático, la red del siglo 21 tiene que ser lo suficiente­mente flexible para incorporar micro y mini-redes que puedan conectarse y desconecta­rse de la red principal, según sea necesario, para asegurar que las instalacio­nes de infraestru­ctura crítica (hospitales, bombas de agua, telecomuni­caciones etc.) tengan un respaldo adecuado en caso de desastres para proteger a las comunidade­s aisladas de interrupci­ones prolongada­s de esos servicios y limitar los impactos a la salud y al medio ambiente.

Estos temas los estaremos explorando durante la conferenci­a sobre El Futuro de la Energía, convocada por el Centro para una Nueva Economía para principios del 2019. Además, analizarem­os el rol de las institucio­nes académicas en la transforma­ción energética de Puerto Rico; la necesidad de atraer capital en condicione­s competitiv­as; así como oportunida­des de investigac­ión y desarrollo y el impacto del rediseño del sector energético de Puerto Rico sobre el desarrollo económico de la isla.

Estén pendientes al Puerto Rico Blackstart 2019.

 ??  ?? En la industria se llama un “blackstart” al término técnico que describe el proceso de reactivar el sistema de generación energética luego de un apagón total.
En la industria se llama un “blackstart” al término técnico que describe el proceso de reactivar el sistema de generación energética luego de un apagón total.
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico