Victoria, exuberante joya urbana en Vancouver
Restaurantes, parques y museos que honran su diversidad cultural dan brillo a este rincón de Columbia Británica
Esta ciudad compacta donde se puede caminar a todas partes, ubicada en medio de la belleza y la abundancia asombrosas de la isla de Vancouver, es aclamada como uno de los principales destinos urbanos pequeños del mundo. Más allá del muelle en el centro de la ciudad, la capital de Columbia Británica es una mezcla de culturas, desde la canadiense y la de las naciones originarias hasta la china y la europea (sobre todo británica). Hay tres universidades, prósperas instituciones artísticas y culturales, preservación histórica significativa, un entorno gastronómico reconocido y el clima más agradable de Canadá, lo que significa recorridos al bosque, ciclismo y golf todo el año; muchísimos jardines (narcisos en febrero); incluso colmenas en el centro de la ciudad (en el hotel Fairmont Empress; sobre la terminal flotante de Harbour Air). También hay naturaleza: grupos de turistas que observan a los osos e interrumpen el tránsito, avistamientos de pumas, águilas que vuelan en lo alto, árboles antiguos altísimos, playas con troncos por todas partes y cimas nevadas a la distancia.
VIERNES 3:00 P. M. PRIMEROS DÍAS
Las cuadras al norte del Empress y al oeste de la calle Douglas, incluido el barrio chino, conforman el casco antiguo. Comienza en Bastion Square y la calle Wharf, con vista al puerto, donde James Douglas fundó el Fuerte de Victoria en 1843 como puesto de avanzada de Hudson’s Bay Co. Esta zona se convirtió en el corazón del comercio, la industria y el gobierno, y creció después de que la fiebre del oro del cañón del Fraser atrajo a miles de inmigrantes. Al lado de la Vieja Oficina Aduanal de Victoria se encuentra un mirador con una exposición que narra la historia del asentamiento británico y el pueblo indígena lekwungen. Echa un vistazo a la vívida zona peatonal en Bastion Square, que alberga tiendas, restaurantes y cafés, música y mercados.
6:00 P. M. EN EL MUELLE
En el Puerto Interior puedes encontrar hidroplanos, taxis acuáticos, servicio de kayak, recorridos para ver ballenas, restaurantes y festivales. Después dirígete al Fairmont Empress, que tiene el estilo de un castillo, uno de varios hoteles de lujo que construyó Canadian Pacific Railway Co. en toda Canadá a principios del siglo XX. No dejes de visitar el restaurante y bar Q. Un minucioso té inglés se sirve todos los días en el espacioso vestíbulo. Los majestuosos edificios vecinos del Parlamento se erigieron en 1898 para impulsar el perfil de la capital cuando Vancouver se convirtió en la terminal occidental del ferrocarril. Están abiertos todos los días para recorrerlos y tienen una iluminación espectacular de noche. El parque Thunderbird en la calle Belleville es un lugar tranquilo entre los árboles, donde el maestro tallador kwakwaka’wakw Mungo Martin recreó una casa y tótems de las naciones originarias en 1950.
8:00 P.M. EL ARTE DE CENAR
Entrar a Little Jumbo se siente como un abrazo cálido: el ladrillo expuesto, la madera añeja y el techo brillante de cobre te remontan en el tiempo. El restaurante, que ha recibido galardones por todo, desde su diseño hasta la comida y las bebidas, es un homenaje a dos propietarios de tabernas neoyorquinas en la década de 1860 que promovieron el arte de la cena y la mixología. La cena para dos —prueba la ensalada caliente de queso Halloumi, las nueces picantes tostadas con fernet y el bacalao asado— con vinos selectos de Columbia Británica incluidos, cuesta cerca de 131 dólares canadienses.
SÁBADO 9:00 A. M. OASIS URBANO
La panadería Fol Epi es conocida por su pan de levadura silvestre, hecho con harina orgánica molida en el lugar y cocido en hornos de ladrillo. Elige de entre una gran gama de hogazas, repostería y quiches, y compra emparedados para llevar. Camina por la calle Douglas hasta el parque Beacon Hill: este oasis de 81 hectáreas es el Central Park de Victoria. El paisaje varía; hay jardines naturales y cuidados, bosques, pantanos, lagos, robles blancos de Oregon y campos de camasias (plantadas por los lekwungen, quienes cosechaban los bulbos comestibles), además de contar con una granja para niños y un tótem de 38 metros. Las garzas azuladas hacen su nido en los abetos y los pavos reales se pavonean; relájate y escucha las aves y las fuentes. Aparta tiempo para recorrer la casa de Emily Carr (6.75 dólares canadienses), en los alrededores; la pintora de bosques y escenas de las naciones originarias, nacida en Victoria, pasó su infancia retozando.
MEDIODÍA: A LO LARGO DE LA VÍA DALLAS
Este tramo pintoresco en la costa sur de la ciudad, desde Fisherman’s Wharf y más allá del cementerio Ross Bay, atrae a excursionistas, corredores, ciclistas. Organiza un día de campo, sube a la playa y admira las vistas marítimas y las casas al borde de la carretera. Comienza en Ogden Point, donde puedes leer información en los quioscos explicativos sobre los murales de Breakwater y Unity Wall pintados en ambos lados, los cuales representan la cultura
de las naciones originarias de la costa Salish. Ve al faro y busca a las focas y las nutrias marinas.
2:00 P.M. AL JARDÍN
Desde el cementerio, dirígete al exquisito jardín Abkhazi, escondido en un sitio tranquilo tras robles blancos de Oregon y rododendros. Los jardines, con variedad de salones exteriores, se diseñaron para estar en armonía con los afloramientos glaciales y rocosos y los árboles nativos en esta propiedad montañosa. Precio sugerido: diez dólares canadienses (guía incluido).
4:00 P. M. ARTE VESPERTINO
En la Galería de Arte de Greater Victoria, hay siete modernas galerías junto a una mansión de 1889 que alguna vez albergó este museo. En exposición permanente se encuentran las obras de Emily Carr y una impresionante colección asiática, además de jardín, que solo es superada por la del Museo Real de Ontario. Hay tallados de marfil y ámbar, un santuario japonés sintoísta y una campana de la dinastía Ming que fue un regalo para Victoria en 1903. La entrada cuesta 13 dólares canadienses.
6:00 P. M. EL BARRIO CHINO
Las fiebres del oro del siglo XIX y la construcción de la red ferroviaria Canadian Pacific Railway atrajo a miles de inmigrantes chinos a Victoria, donde se asentaron arriba de la calle Johnson. Actualmente, el barrio chino más viejo de Canadá es un sitio histórico nacional, una comunidad pequeña y colorida (especialmente roja, para la buena suerte) de calles estrechas y callejones, tiendas y restaurantes, más allá de las Puertas del Interés Armónico. La Escuela Pública China de Victoria, construida en 1909, aún se utiliza para impartir clases de chino. Sube las escaleras hasta el último piso del edificio de la Sociedad Yen Wo para ver el templo chino activo más antiguo de Canadá.
8:00 P. M. UNA CENA CON LOS PIES EN LA TIERRA
Olo (que significa hambriento en chinook) ofrece productos que vienen de la granja con un toque de la diversidad cultural de la región. El espacio es cómodo y rústico. Una comida reciente incluyó una fresca ensalada de nabos Hakurei, pasta garganelli con salsa de carne y un postre de ensueño (ruibarbo, salmonberi, helado de baya del saúco y macarrón de hinojo) con vino local (cerca de 140 dólares canadienses por dos personas).
DOMINGO 9:00 A.M. ALMUERZO EN EL DESAYUNO
Cuando se inauguró en 2016, Agrius obtuvo reseñas estupendas por su menú local y orgánico. Ahora el restaurante sirve el almuerzo, con generosos panqueques de alforfón y centeno, platillos con huevo (revueltos con salmón curado), salchichas caseras de cordero y panza de cerdo, huevos benedictinos con col rizada y champiñones, paté de vegetales e incluso ostiones fritos (de 9 a 21 dólares canadienses). Cuando hay buen clima, montan una sección de mesas a lo largo del camino peatonal.
11:00 A. M. MUSEO REAL DE COLUMBIA BRITÁNICA
Podrías pasar horas en este repositorio de historia natural y humana, con su singular colección de materiales arqueológicos de las naciones originarias de Columbia Británica, así como archivos provinciales. La galería de los primeros pueblos incluye un salón de tótems y una casa ceremonial, una exposición interactiva de lenguas y una colección de tallados de argilita (esquisto) de Haida Gwaii, mientras que la Vieja Ciudad recrea paisajes urbanos y comercios de época —una fábrica de conservas, un hotel, un aserradero— e incluso los aposentos de la embarcación de 1790 de George Vancouver. Entrada: 17 dólares canadienses.
1:00 P.M. CONDUCE POR LA COSTA
Más allá del cementerio, Dallas Road tiene otros nombres, pero sigue a lo largo de la dramática costa rocosa a través de vecindarios como el lujoso Oak Bay, donde encontrarás galerías de arte y casas de té y pubs al estilo británico. Detente en Willows Beach para caminar o nadar y después continúa al norte pasando la Universidad de Victoria hasta el parque Mount Douglas. ¿Tienes hambre otra vez? Vuelve al pueblo para visitar Foo Asian Street Food, donde podrás disfrutar de un tazón caliente y generoso de salteado de curri con fideos, cerdo y camarón, preparado frente a ti, por 14 dólares canadienses. Otra opción es el encantador Venus Sophia Tea Room, que sirve tés orgánicos y postres —el Earl Grey con crema, panecillos y mermelada cuesta 14 dólares canadienses—, además de platillos vegetarianos para almorzar.
DÓNDE HOSPEDARSE
En el antiguo casco de Victoria, a dos cuadras del puerto, el Best Western Plus en Carlton Plaza, con un gimnasio y restaurante, está cerca del barrio chino y el área de compras de Market Square. Las suites y habitaciones tienen un precio inicial de 110 dólares canadienses; son más costosas en temporada alta.
El Dashwood Manor Seaside Bed and Breakfast es una antigua mansión estilo Tudor construida en 1912 en la vía Dallas y la calle Cook; sal por el sendero del muelle o por el parque Beacon Hill. Las once habitaciones y suites, con muebles de época, tienen vista al océano; algunas tienen jacuzzi y chimenea. El precio inicial de las habitaciones es de 149 dólares; es más costoso en temporada alta.