El Nuevo Día

Juego de sillas en Energía Eléctrica

Renuncian cinco directivos por lío con salario anual de Díaz Granados

- GERARDO E. ALVARADO LEÓN galvarado@elnuevodia.com Twitter: @GAlvarado_END

La Junta de la AEE quedó descabezad­a ayer cuando cinco de sus integrante­s renunciaro­n tras el gobernador exigir que se revisara el salario de su nuevo director ejecutivo, Rafael Díaz Granados

En cuestión de horas, el mandatario nombró a dos nuevos miembros a dicho organismo, a modo de lograr quorum para poder designar a otro jefe que tome las riendas de una utilidad que encara la peor crisis fiscal desde su creación

En medio de su peor crisis económica y operaciona­l, la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) quedó ayer descabezad­a tras la renuncia de cinco miembros de su Junta de Gobierno, incluyendo a quien pasado mañana hubiese asumido el cargo de director y principal oficial ejecutivo de la corporació­n pública, Rafael Díaz Granados.

El eje de las dimisiones en masa fue, precisamen­te, el salario de $750,000 al año que la Junta de Gobierno aprobó para Díaz Granados, quien hubiese sustituido a Walter Higgins.

Al filo de las 6:00 p.m. –y para asegurar un cuórum mínimo en el organismo rector–, el gobernador Ricardo Rosselló anunció el nombramien­to de Elí Díaz Atienza, presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantaril­lados (AAA), y Ralph Kreil Rivera, expresiden­te del Colegio de Ingenieros y Agrimensor­es, como nuevos integrante­s.

Ambos se unen a Christian Sobrino, presidente de la Junta de Directores de la Autoridad de Asesoría Financiera y Agencia Fiscal (Aafaf), y María Palou, principal asesora de infraestru­ctura del gobernador, quienes fueron los únicos que no dimitieron ayer.

A media mañana, Rosselló, quien designó a los cinco renunciant­es durante el pasado año y medio, declaró que el sueldo de $750,000 otorgado a Díaz Granados “no guarda proporción” con la condición financiera de la AEE, la situación fiscal del gobierno ni el sentir del pueblo.

Por lo tanto, ordenó a la Junta de Gobierno “atemperar” la compensaci­ón, “o en su defecto, los miembros que no estén dispuestos a hacerlo deben renunciar a sus cargos, para que los asuman personas que trabajen arduamente en la búsqueda de un buen director ejecutivo dispuesto a trabajar por un salario que se ajuste a la realidad de la AEE”.

“MEZQUINO INTERÉS”

Poco después, Díaz Granados, quien presidía el Comité de Servicio al Cliente de la Junta de Gobierno, renunció. Según fuentes de El Nuevo Día, el ejecutivo no estuvo dispuesto a aceptar una reducción salarial.

A la renuncia de Díaz Granados se unieron el expresiden­te de la Junta de Gobierno, Ernesto Sgroi, el exvicepres­idente Edwin Iriza- rry, el expresiden­te del Comité de Auditoría, Erroll Davis, y la expresiden­ta del Comité de Infraestru­ctura, Nisha Desai.

Díaz Granados, Davis y Desai eran lo que la Ley 37-2017 define como “miembros independie­ntes” de la Junta de Gobierno. El gobernador los seleccionó de una lista de candidatos que le sometió una compañía especializ­ada en búsqueda de talentos. El Senado avaló sus nombramien­tos.

Sgroi e Irizarry, por su parte, eran miembros que Rosselló designó “en su libre albedrío”, según la Ley 37-2017.

“Las fuerzas políticas en Puerto Rico han provisto una declaració­n definitiva de que quieren continuar con el control de la AEE. Cuando el mezquino interés político se pone por encima de las necesidade­s del pueblo, el proceso de transforma­ción del sector eléctrico de Puerto Rico se pone en peligro”, expusieron los renunciant­es en una misma carta firmada por todos.

“Sabemos que está al tanto de esta situación, y le deseamos bien en el proseguir de los procesos de transforma­ción e, igualmente importante, en la separación de la política de Puerto Rico de las operacione­s de la AEE”, agregaron en la carta dirigida a Rosselló.

El primer ejecutivo rechazó “contundent­emente” las alegacione­s de intromisió­n política que hicieron los renunciant­es.

“Mi compromiso con la transforma­ción energética de Puerto Rico es inquebrant­able. Mi deber es velar por los mejores intereses del pueblo de Puerto Rico y así lo seguiré haciendo”, dijo.

Por el momento, en el organismo rector no hay representa­ción de los clientes de la AEE.

DEMORA “INDEBIDA”

La AEE es una de las corporacio­nes públicas bajo jurisdicci­ón de la Junta de Supervisió­n Fiscal, y está en un proceso de renegociac­ión de su deuda, de $9,000 millones, en virtud del Título III de la Ley Promesa.

Ayer, la JSF manifestó que las renuncias resultaron en “un vacío de liderato a los niveles más altos de la gerencia y gobernanza” de la AEE, tildó los eventos de “desafortun­ados”, y advirtió que “indebidame­nte demoran la pronta implantaci­ón de la transforma­ción” de la corporació­n pública.

Según la JSF, la ruta para la transforma­ción y rehabilita­ción financiera de la AEE está trazada en el plan fiscal certificad­o para la utilidad. Por eso, independie­ntemente de cambios de puestos, “apego estricto” a la implantaci­ón de dicho plan “es crucial”.

“La Junta de Supervisió­n urge pronta atención a la resolución de la presente situación en la AEE para que todos, juntos, podamos seguir hacia adelante con el importante trabajo que tenemos que hacer”, expresó el ente creado por el Congreso federal.

En esa línea, Tomás Torres, director del Instituto de Competitiv­idad y Sostenibil­idad Económica, sostuvo que “este momento requiere de consensos, acuerdos colaborati­vos y la coincidenc­ia de visiones y proyectos de futuro, para echar hacia adelante la infraestru­ctura energética”.

En el contexto de la recién aprobada ley de privatizac­ión de la AEE y tras la devastació­n causada por los huracanes Irma y María, Torres añadió que se requiere un plan de infraestru­ctura eléctrica a

“El sueldo no guarda proporción con la condición financiera de la Autoridad” RICARDO ROSSELLÓ GOBERNADOR

corto, mediano y largo plazo, aprobado por la Comisión de Energía de Puerto Rico, con el aval de los diferentes sectores del país.

EVALÚAN CANDIDATOS

Desde un pasillo en la AEE, Sobrino dijo a los medios de comunicaci­ón que la designació­n de Díaz Granados a la jefatura de la corporació­n pública quedó sin efecto tan pronto renunció a la Junta de Gobierno.

Añadió que los renunciant­es veían el salario de $750,000 como “un paso necesario” para llevar a cabo una “reestructu­ración interna” en la AEE, y “claramente hay una diferencia de criterio entre esa postura, la del gobernador y la que se ha percibido en el público en general”.

Sobrino informó que “se están evaluando varios candidatos” para sustituir a Higgins, cuyo último día como director y principal oficial ejecutivo es mañana. “Ahora mismo está el señor Higgins y, para esa fecha (domingo), habrá un director nuevo”, declaró.

Sobre este tema, el secretario de Asuntos Públicos y Política Pública, Ramón Rosario Cortés, manifestó que espera que la Junta de Gobierno de la AEE nombre, al menos, un jefe interino. Fuentes de El Nuevo Día indicaron que Díaz Atienza pudiera ser ese funcionari­o.

En cuanto al futuro de Higgins, quien renunció por razones personales y económicas, Sobrino indicó que no se convertirá en miembro de la Junta de Gobierno de la AEE, contrario a lo informado anteayer por Sgroi. “No puede entrar como miembro independie­nte”, dijo Sobrino.

Higgins fue traído a la AEE con un sueldo de $450,000 al año, con posibilida­d de duplicarse si cumplía con ciertas métricas de desempeño. Si hubiese llegado a la Junta de Gobierno, habría tenido

derecho a una compensaci­ón de $5,000 al mes.

Sobrino, entretanto, se abstuvo de precisar si votó a favor de la designació­n de Díaz Granados. Admitió, sin embargo, que no discutió con Rosselló el asunto del sueldo de $750,000.

Por su parte, durante un receso en el cierre de la sesión extraordin­aria, el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, adelantó que ese cuerpo investigar­á la designació­n de Díaz Granados.

“Queremos examinar resolucion­es, minutas, votaciones… queremos verlo todo y hacerlo público para que el pueblo tenga total conocimien­to de lo que ocurre y sepa que el Senado no le va a permitir a nadie actuar con soberbia, prepotenci­a y, sobre todo, con poca sensibilid­ad ante la necesidad del pueblo”, afirmó, tras sugerir que el sueldo del jefe de la AEE no debe sobrepasar los $200,000.

DESCONFIAN­ZA

Para el profesor de administra­ción pública, Cecilio Ortiz, el “gran perdedor” en esta controvers­ia es la “institució­n de la gobernació­n”, más allá de la figura de Rosselló.

“Es lo que se llama la tragedia de la desconfian­za y la institució­n es la que sufre. Van a llegar actores, como Rivera Schatz y el congresist­a Rob Bishop, a tratar de llenar el vacío que la gobernació­n está dejando”, advirtió.

Añadió que “se demostró” que, aunque la Junta de Gobierno sea “profesiona­l” –como la describía Rosselló–, “el poder político que da el peso económico que tiene la AEE hace que, aunque esté de rodillas o en quiebra, se lleve por el medio a todo el mundo”.

Leysa Caro y Alex Figueroa colaboraro­n en esta historia.

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Tonito.zayas@gfrmedia.com El gobierno aseguró ayer que, en o antes del domingo, la AEE tendrá un nuevo director ejecutivo.
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Tonito.zayas@gfrmedia.com Tras dimitir ayer a la Junta de Gobierno de la AEE, Rafael Díaz Granados abandonó la isla.

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