Maestro en la ópera mundial y en la patria
El tenor Antonio Barasorda, pilar de nuestra cultura, tuvo una brillante carrera reconocida en los grandes escenarios de la ópera en el mundo.
En Puerto Rico trabajó en la formación de nuevos talentos y la difusión de la ópera a través de sus producciones. El resultado ha sido el creciente aprecio por ese arte que combina música, poesía y teatro. En su juventud se enamoró de la música mientras estudiaba arquitectura en Florencia, Italia. Abandonó esa carrera para seguir la del canto desde los 21 años. Estudió con Alfredo Kraus, uno de los grandes tenores del siglo 20, y fue ganador de las prestigiosas audiciones de la Ópera Metropolitana en la Ciudad de Nueva York.
Heredero de Antonio Paoli, nuestro primer tenor en destacarse a nivel internacional, Barasorda igualmente representó con excelencia a la isla en las más reputadas salas de conciertos de Europa, Estados Unidos, Canadá y países de América del Sur.
En su trayectoria de casi cincuenta años fue también director artístico, productor y profesor del Conservatorio de Música de Puerto Rico.
Como maestro de canto, tuvo un impacto decisivo en sus discípulos, quienes le recuerdan por la dedicación con que apoyaba su educación musical.
Hace 36 años, Barasorda creó el Teatro de la Ópera de Puerto Rico, del cual fue director y director artístico. A través de su catálogo de producciones, la entidad fue llevando la ópera a audiencias cada vez más numerosas y representativas de todos los sectores económicos y sociales del país.
Estos ofrecimientos se ampliaron de forma gratuita con la fundación, por parte de Barasorda, de Ópera al Fresco, en 2005. Estas obras operísticas, escenificadas en lugares públicos, fueron acogidas con gran cariño y respeto.
Hoy lamentamos la partida física de nuestro gran tenor, pero siempre estaremos agradecidos por sus valiosas contribuciones a la cultura.