Los jueces y congresistas con la mira en la isla
Puerto Rico vive nuevamente una crisis de liderato. Pensé que el huracán María había dejado claro que si el país no tenía liderato, una crisis humanitaria se avecinaba, pero esta gente no lo entiende así. Usted puede pensar que esto es solo un problema de gobernanza, que el gobierno lo solucionará pronto y volveremos a la normalidad. No es así.
La Autoridad de Energía Eléctrica está sumergida en el Título III de Promesa. Se equivocan cuando dicen que Puerto Rico es parte de las noticias internacionales porque el deporte nos posiciona y adelanta la solución al estatus y a los problemas fiscales; que las obras del gobernador y la comisionada residente con su mal llamada “acta de admisión” adelantan la estadidad; y que nosotros somos noticia.
¿Ustedes creen que los congresistas, los jueces, el presidente y la jueza Laura Taylor Swain no leen lo que ocurre aquí? Es obvio que sí, y todo esto tiene repercusiones a la hora de tomar decisiones para ayudarnos. Muchos políticos se pasan hablando de sus agendas y cómo eso adelanta su ideal. Pero no te dicen que en el Washington Post, New York Times, Wall Street Journal, etc. lo que publican es de contratos como el de Whitefish, la ineficiencia del gobierno a la hora de decir cuántas personas murieron tras María, la falta de gobernanza en la AEE, el hostigamiento sexual y la negligencia pública.
Meses atrás, la jueza Taylor Swain le dio la victoria al gobernador en su demanda para que la Junta de Control Fiscal no pusiera de síndico de la AEE a Noel Zamot. ¿Se estará arrepintiendo la jueza al ver que en 24 horas renuncia la Junta de Gobierno de la AEE; sustituyen a un director para aumentarle al sustituto el salario por $300 millones y que este haga un media tour diciendo que se sacrificó por nosotros; el gobernador es invitado de honor en Rusia; y que la AEE ande sin gobernanza?
Sigan pensando que esto solo se queda en el país; veremos los efectos. Los políticos se sirven con la cuchara grande, el gobernador pierde la poca credibilidad que le resta, el país se nos cae encima y la única salida es la revolución Jet Blue. La oposición no existe. Esto nos cuesta habitantes, vidas y servicios esenciales. Continuamos indiferentes y todo se resuelve abandonando la isla y entrando al “sueño americano”.
El pueblo esperará que Ricardo Rosselló arregle el problema. Los congresistas continuarán pensándolo mil veces antes de aprobar legislación para ayudar a la isla. A nadie le gusta la Junta, pero el gobierno solo da pretextos para que esta sea necesaria. En lo más básico de política pública fallamos.
Santos Cardona Estudiante de Ciencias Políticas, Recinto Universitario
de Mayagüez