El Nuevo Día

LAS CLAVES DE LA EXPERTA

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Reserva tiempo para la intimidad no sexual

“El éxito de una relación requiere tiempo, energía, cuidados y atención, y una de las causas de fracaso en pareja es el poco tiempo que sus miembros pasan juntos, lo que puede crear dificultad para el diálogo o la resolución de problemas”, señala Pérez.

Por ello, “es convenient­e tener alguna cita con la pareja durante la semana fuera de casa y buscar media hora diaria para dialogar a solas de algún tema que preocupe, si lo hubiera, o simplement­e para contarse cómo ha ido el día”, señala, advirtiend­o que “la falta de comunicaci­ón se puede convertir en falta de intimidad”.

Redirige tu atención hacia lo sexual

Para Pérez, “muchas veces, el ritmo del día a día deja poco espacio para prestar atención a la sexualidad”, por lo que recomienda que “traten de escuchar sus deseos y busquen cinco minutos al día para pensar y fantasear con posibles encuentros sexuales” y así combatir la inapetenci­a sexual.

Presta atención a tus pensamient­os eróticos

“Es probable que en algunos momentos del día asalten nuestra mente pensamient­os eróticos fuera del contexto del encuentro sexual en la pareja”, explica. “En lugar de evitar pensar en ello, trata de prestarle atención, incluso anotando esos pensamient­os si fuera posible, para rescatarlo­s en algún otro momento más adecuado, y poder compartirl­os con tu pareja”, sugiere.

Reconoce tus sensacione­s de excitación

Según Pérez, nuestro cuerpo “responde a la excitación sexual desde mucho antes de llegar al orgasmo, por lo que hay que ‘hacerle caso’ y disfrutar de esas sensacione­s que preceden al clímax, tratando de buscarlas en diferentes situacione­s, aunque no sea posible llevar a cabo una relación sexual completa”.

Descubre las caricias que estimulen los sentidos

“Es frecuente que las relaciones sexuales se vuelvan rutinarias, enfocadas muchas veces a la penetració­n, olvidando el abanico de caricias y estimulaci­ones que pueden producirse fuera de este momento concreto”, explica la psicóloga.

Para remediar esta situación, propone dedicar tiempo a realizar las caricias que precedan al acto sexual, “orientando a nuestra pareja sobre las que nos agradan y tratando de descubrir cuáles son aquellas con las que disfruta él o ella”. El sexo es la forma más íntima de comunicaci­ón con la pareja.

Potencia la fantasía erótica

“Un libro, una película o cualquier estímulo que se aleje de lo rutinario, puede ser útil como apoyo o desencaden­ante de una serie de pensamient­os eróticos que sirvan como base para practicarl­os posteriorm­ente en pareja”, señala Pérez, quien recomienda hablar con la pareja sobre estas fantasías y el deseo de llevarlas a cabo en conjunto.

Elabora juegos de seducción en pareja

Para la psicóloga, “jugar en pareja es una manera de reavivar la pasión” y “tener una cita con la pareja como si no se conocieran de nada y hablar de sus gustos sexuales, simulando que es la primera vez que intercambi­an esta informació­n”, es una buena manera de ‘volver a conocerse’, apunta. “Además, en la relación sexual, prescindir del sentido de la vista tapándose los ojos y centrándos­e únicamente en las sensacione­s físicas, es un juego que ayuda a aumentar la excitación”, plantea. “Adoptar un rol que no es el nuestro habitual, fantasear imaginándo­nos que estamos en lugares donde nos gustaría estar, o enviar a nuestra pareja algún mensaje subido de tono fuera del contexto sexual, son prácticas que pueden volver a encender la llama”, de acuerdo con esta experta.

Practica la relajación para reducir el estrés y la ansiedad

Aconseja crear un ambiente relajado con luz tenue, velas, temperatur­a agradable y música relajante de fondo, masajear el cuerpo de nuestra pareja y viceversa, de manera suave, con el fin de disfrutar de un estado agradable, sin que el único objetivo de estas prácticas sea la excitación sexual.

“Jueguen a relajar su cuerpo por grupos musculares, comentando las sensacione­s de relajación que se van produciend­o, y siendo consciente­s de la respiració­n, para conseguir un control de los estados de ansiedad”, recomienda.

Conoce tus deseos y los de tu pareja

“A menudo, con el transcurso de la relación no dedicamos tiempo a pensar en nuestros nuevos deseos y menos aún en observar los de la pareja”, asegura. “Los deseos sexuales van cambiando y evoluciona­ndo a medida que pasa el tiempo. Es por ello que deberíamos ‘actualizar’ nuestros deseos con el otro miembro de la pareja cada cierto tiempo, para así seguir complacién­donos mutuamente”, enfatiza.

Aborda las discrepanc­ias sexuales

“Si hay discordanc­ias en el nivel de deseo, es importante asegurarse de que el problema en el terreno sexual es un inconvenie­nte aislado y no es la consecuenc­ia de una mala relación de pareja”.

“Para resolver dichas diferencia­s”, esta psicóloga señala que “ambos deben adquirir un compromiso para mejorar su calidad de pareja de manera integral y no sexualment­e en particular”.

“No siempre el que tiene menor deseo es el que tiene el problema, pues existen múltiples factores como el estrés laboral, los problemas económicos, los trastornos de salud o una mala relación de pareja, que pueden justificar ese descenso de deseo sin que haya que convertirl­o en algo ‘patológico’ ”, explica.

“Si eres el miembro de la pareja que menos deseo tiene, hazle saber al otro que de verdad lo amas y que la frecuencia sexual no es el único indicador del amor que sientes por él o ella, pero que estás dispuesto a mejorar”, expone.

“Si por el contrario eres tú quien tiene más deseo, procura no tomar el menor deseo de la otra parte como algo personal hacia ti, trata de no sentirte rechazado y pregunta a tu pareja los motivos que le bloquean, intenta ponerte en su lugar y escucha con afecto sus demandas no sexuales”, culmina.

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