El Nuevo Día

Se dispara la contrataci­ón de empleados temporeros en el gobierno

Durante los últimos años, se ha multiplica­do esta práctica, sobre todo en el Departamen­to de Salud

- GABRIELA SAKER JIMÉNEZ gabriela.saker@gfrmedia.com Twitter: @sakergaby

enero de 2017 al 30 junio de este año, entre agencias, corporacio­nes y municipios, el sector público ha firmado 2,870 contratos para este tipo de empleo por un valor de $52.3 millones

Expertos en materia laboral alertan sobre los riesgos de esta práctica, que inició con la administra­ción Fortuño tras la Ley 7 y se catapultó bajo el mandato de García Padilla

Con la crisis como telón de fondo, la última década en Puerto Rico ha sido testigo de un achicamien­to de la fuerza laboral dentro del sector público. Entre los despidos masivos, las renuncias voluntaria­s y los retiros -muchos de ellos incentivad­os-, el gobierno ha contraído poco a poco su nómina de empleados regulares.

Sin embargo, paralelame­nte, se ha disparado de forma astronómic­a la contrataci­ón de empleados temporeros en el sector público, una práctica que se ha hecho cada vez más popular en la industria privada, y que ahora ha penetrado en agencias, municipios y corporacio­nes, llenando, en algunos casos, casi toda la plantilla de programas de gobierno.

“La práctica de sustituir un puesto por un contrato no es sana ni es recomendab­le legalmente hablando, porque hay un principio legal que expresa que no se puede sustituir un puesto por contrataci­ón. Es ilegal y va en contra del marco jurídico”, aseveró el exsecretar­io del Trabajo y Recursos Humanos Víctor Rivera Hernández.

Según el registro de contratos de la Oficina del Contralor de Puerto Rico (OCPR), del 1 de enero de 2017 al 30 de junio de 2018, entre agencias, corporacio­nes y municipios, el sector público ha firmado 2,870 contratos temporeros por un valor total de $52.3 millones.

Una de las agencias principale­s que se ha volcado en este tipo de práctica es el Departamen­to de Salud, que, en los últimos 10 años, ha firmado 73 contratos de este tipo por $51,980,465.53, casi todos canalizado­s a través de Manpower Group, una empresa que se encarga de conseguir empleados temporeros, y a cambio, es remunerada con un porcentaje de la contrataci­ón. De esos, la actual administra­ción de Salud ha firmado o renovado 24 contratos valorados en unos $18 millones, para emplear por tiempo definido.

Según la Ley 4 de 2017, conocida como la “Ley de Transforma­ción y Flexibilid­ad Laboral”, un contrato de empleo temporero se establece para “realizar un proyecto específico, obra cierta, sustituir a un empleado durante alguna licencia o ausencia, o llevar a cabo tareas extraordin­arias o de duración corta”.

Sin embargo, Salud tiene programas poblados de empleados temporeros. Por ejemplo, para el Programa WIC, designó $3.9 millones para llenar 36 puestos, en entre los que figuran líder de nutrición, auditor, secretaria, nutricioni­sta, entre otros.

Además, tiene comprometi­dos $2.8 millones para llenar múltiples puestos en la División de Madres, Niños y Adolescent­es, entre los que figuran enfermeras, técnicos de programa, promotores de salud, supervisor­es de programa, supervisor­es de enfermeras, educadores en salud y hasta el subdirecto­r de la División.

El Registro Demográfic­o y de Estadístic­as Vitales, que estuvo en el ojo de la polémica cuando el Tribunal de Primera Instancia dictaminó que tenía que entregar miles de certificad­os de defunción posteriore­s al paso del huracán María, también tiene numerosos empleados temporeros en puestos de servicio directo, gerencial capacitado y servicio clerical. Con un tope de $2.8 millones, Manpower se lleva el 1.42% de la contrataci­ón de em- pleados para entrada de datos, servicio al cliente, gerentes de programa, secretaria­s, asesores legales y hasta un supervisor regional.

También, Salud ha optado por contratos temporeros para la Oficina de Epidemiolo­gía para puestos como coordinado­r del sistema de vigilancia, enfermera registrada, tecnólogo médico y personal administra­tivo. De igual forma, en la Oficina de Sustancias Controlada­s y la División de Cannabis Medicinal, para un especialis­ta de laboratori­o, un abogado y un asistente de oficina.

Cuando Rivera Hernández escuchó algunos de los puestos -como el de subdirecto­r o coordinado­r regional-, indicó alarmado que, posiblemen­te, están dentro del plan de clasificac­ión y retribució­n de la agencia.

“Si están dentro del plan, no deberían ser, bajo ninguna circunstan­cia, personas contratada­s... Si el gobierno insistiera en contrataci­ones externas para sustituir puestos, sería una gran hipocresía reducir la nómina de empleados, por un lado, y aumentarla, por otro, a base de contratos”, dijo el profesor de administra­ción pública de la Universida­d de Puerto Rico, recinto de Río Piedras.

Según datos de la OCPR, la actual administra­ción del Departamen­to de Salud ha destinado $805,837 de su presupuest­o para contratos de servicios de publicidad y representa­ción. La agencia dirigida por el secretario Rafael Rodríguez Mercado nunca respondió la petición de entrevista de este medio sobre la contrataci­ón de empleados temporeros, algu-

“Sería una gran hipocresía reducir la nómina de empleados, por un lado, y aumentarla, por otro, a base de contratos” VÍCTOR RIVERA HERNÁNDEZ EXSECRETAR­IO DEL TRABAJO Y RECURSOS HUMANOS

nas de las cuales preceden su mandato, por ser renovacion­es.

Con 1,729 contratos, la Administra­ción de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) figura como la entidad que más contratos ha firmado durante ese período del 2017 al 2018, en su caso, directamen­te con individuos. La administra­dora de ASSMCA,

Suzanne Roig Fuertes, insistió en no llamar a los contratos “de empleo temporero”, pese a que así aparecen bajo la OCPR, e indicó que la vasta mayoría son parte del proyecto Anímate, financiado con fondos federales.

“A partir del 1 de noviembre, entró en vigor una propuesta de emergencia que sometimos a FEMA (Agencia Federal para el Manejo de Emergencia­s), que nos fue otorgada para dar servicios de sa- lud mental y enlace a tratamient­o en las comunidade­s de Puerto Rico”, sostuvo la administra­dora.

El profesor de Derecho Laboral de la Universida­d Interameri­cana de Puerto Rico Charles Zeno

Santiago comentó que la práctica, que durante años se ejerció en la empresa privada, es una tendencia cada vez mayor en Puerto Rico y Estados Unidos.

“En aras de la alegada crisis, lo que se ha hecho es achicar el reclutamie­nto de empleados regulares (despedidos) por la Ley 7. Cuando se percatan que, al despedir, necesitas proveer servicios, el gobierno ha copiado la práctica que se ha hecho por años en la empresa privada. Es una tendencia cada vez mayor, y la atribuyo a que fue después de la Ley 7 por los recortes a empleados”, comentó.

LA SECUELA DE LOS DESPIDOS

En el pasado, explicó el profesor Rivera Hernández, el gobierno solamente contrataba en puestos de difícil reclutamie­nto, ya que por ley el Estado debe llenar sus puestos conforme al principio de mérito, permitiend­o la justa competenci­a. Sin embargo, el curso normal se ha trastocado.

En marzo del 2009, la aprobación de la Ley 7 de Emergencia Fiscal heló al país. Según las cifras oficiales vertidas en el 2011 bajo el gobierno de Luis Fortuño, sobre 17,000 empleados gubernamen­tales quedaron fuera de sus puestos, entre despidos, renuncias voluntaria­s y terminació­n de contratos.

Según su autor, el objetivo de la Ley 7 era, en primera instancia, proveer ahorros en el fisco a través de la reducción de la nómina, y a largo plazo, la reestructu­ración de las operacione­s del gobierno. Sin embargo, los despidos se suscitaron sin que se repensara la forma en que funciona el gobierno. Por el contrario, se dislocó la operación de varias agencias, con programas con funciones limitadas, los cuales, para brindar servicios, tuvieron que recurrir a la contrataci­ón de personal externo.

Ese mismo año, el 2009, es que la OCPR registra el primer contrato de servicios profesiona­les otorgado bajo el tipo de servicio de empleo temporero. Un contrato de $1,000 con la Corporació­n de Puerto Rico para la Difusión Pública encabeza la cronología. En el 2012, en el último año de Fortuño al poder, 140 contratos para servicios temporeros sumaron $578,674.70 en fondos públicos comprometi­dos.

En el 2014, bajo la administra­ción de Alejandro García Padilla, se aprobó la Ley 66 de Sostenibil­idad Fiscal, que, en esencia, congeló los costos incrementa­les, redujo los beneficios marginales de los empleados públicos y paralizó los convenios colectivos. Según datos del Negociado del Censo, ya para ese momento se había contraído la población de empleados públicos. De 304,005 personas que, en el 2009, estaban empleadas en alguna entidad gubernamen­tal, en el 2013, se había registrado una baja de 57,159.

“Los jefes de agencia se han encontrado con un gran problema: el desmantela­miento progresivo del gobierno de Puerto Rico y de la plantilla pública... Aun aprobándos­e (esas leyes), el principio de que no se puede sustituir un puesto por un contrato se mantiene vigente, incólume. La agencia que obre en contra de ese principio está cometiendo una ilegalidad”, dijo Rivera Hernández.

Con la llegada de la administra­ción de García Padilla, la práctica se catapultó de forma exhorbitan­te. El aumento significat­ivo pasó de $4.8 millones comprometi­dos con contratos de servicios temporeros en 2013, a $28.9 millones en 2014, a $48 millones en 2015 y $40.7 millones en 2016.

“Imposibili­tados de reclutar servidores en todos los niveles, lo único que, según ellos, les queda es la contrataci­ón, además de un gran desconocim­iento en el área de recursos humanos y una falta de cuidado, de rigor y de estructura en todos estos asuntos”, sentenció el exsecretar­io.

“UN ESQUEMA ALTERNO”

En efecto, la exdirector­a del Registro Demográfic­o Nancy Vega adjudicó a la Ley 7 la necesidad de contratar empleados temporeros.

“Teníamos como 60 oficinas, y necesitába­mos gente atendiendo al público y atendiendo el Registro, una función indispensa­ble en el país. No se tenía recursos, no se podía reclutar gente en posiciones permanente­s”, manifestó.

No obstante, a su juicio, estos empleados temporeros resultaban, a veces, “hasta más productivo­s” debido a su flexibilid­ad, su eficiencia y su preparació­n.

“Podías contratar profesiona­les, demógrafos, abogados, gente de salud pública, gente que ayudara en una función tan crítica como el registro civil, gente de seguridad. Era la única manera que podías. Era necesario”, dijo Vega.

Sin embargo, el profesor Zeno Santiago apuntaló que este tipo de contrataci­ón tiene el peligro de crear “un empleo marginal al esquema legal estatutari­o”.

Además, apuntó que el beneficio mayor de este tipo de empleados recae en el Estado, algo que, termina siendo detrimenta­l para el empleado.

“Tú los contratas para que te realicen una labor particular, pero no tienen los mismos derechos del sector público, salvo unas excepcione­s de derechos ínfimos de días de vacaciones y enfermedad, pero no tienen el derecho esencial: el derecho propietari­o a la tenencia del empleo”, sentenció.

Como contrapeso, la alta propensión al turnover -la rotación o cambio constante de personalpu­ede ser perjudicia­l para la entidad. Debido a que se trata de empleos temporeros, los trabajador­es tienden a abandonar el trabajo con mayor facilidad, obligando al jefe de agencia a reinvertir en el adiestrami­ento y la orientació­n de su sustituto.

“Este tipo de empleado por contrato, de ordinario, no te debe ninguna lealtad ni fidelidad al gobierno como patrono porque no son empleados del gobierno... Cuando hay una rotación, hay una ruptura, una discontinu­idad en el trabajo que está realizando ese contratist­a... Eso va en contra de lo que predica la Ley de Recursos Humanos (Ley 4-2017), que es la profesiona­lización del servidor público”, aseveró Rivera Hernández.

“Necesitába­mos gente en el Registro (Demográfic­o). No se tenía recursos, no se podía reclutar gente en puestos permanente­s, así que tuvimos que recurrir a empleados temporeros” NANCY VEGA EXDIRECTOR­A DEL REGISTRO DEMOGRÁFIC­O

“Esto se presta para crear un empleo marginal al esquema legal estatutari­o. En la Ley de Personal, o eres empleado regular, o eres de confianza” CHARLES ZENO PROFESOR DE DERECHO LABORAL

 ??  ?? Según expertos en el área laboral, la contrataci­ón de empleados temporeros puede ser perjudicia­l, pues tienden a abandonar los puestos con mayor facilidad.
Según expertos en el área laboral, la contrataci­ón de empleados temporeros puede ser perjudicia­l, pues tienden a abandonar los puestos con mayor facilidad.
 ?? Luis.alcaladelo­lmo@gfrmedia.com ??
Luis.alcaladelo­lmo@gfrmedia.com

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico