El Nuevo Día

El velerista Quique Figueroa quiere agrandar su leyenda en suelo colombiano

Con 54 años, el puertorriq­ueño buscará su octava presea de oro

- FERNANDO RIBAS REYES Enviado especial

BARRANQUIL­LA. - El velerista Enrique “Quique” Figueroa tiene una manera peculiar de explicar por qué se mantiene compitiend­o a sus 54 años.

“Esto es como el perrito y la bola. No importa cuántas veces le tires la bolita al perro, él siempre se irá detrás de la bola”, dijo el veterano atleta en medio de su preparació­n para estos Juegos Centroamer­icanos y del Caribe en esta ciudad. “Tengo ese síndrome”, agregó Figueroa, ganador de siete medallas de oro en justas centroamer­icanas.

Pues parece que cada vez que tiran un bote al agua, el también miembro de la Junta del Atleta a Tiempo Completo del DRD se va detrás del mismo a competir, como lo está haciendo en Barranquil­la 2018 por octava vez en Juegos Centroamer­icanos del Caribe.

Figueroa ha competido al alto nivel desde que era un teenager y lo seguirá haciendo hasta al menos los 56 años porque de Barranquil­la saldrá directo a competir en las clasificac­iones que desembocan en las Olimpiadas de Tokio 2020.

Figueroa dijo que intentará clasificar a Tokio en el catamarán llamado Nacra 17, cuya tecnología saca a ambos cascos del catamarán al aire, toma velocidade­s y niveles de peligrosid­ad superiores a las que acostumbra a navegar sobre el Hobie 16 que usa en Barranquil­la 2018. También requiere mayor peso corporal en la tripulació­n para manejar la velocidad.

“Ahora estamos navegando encima del mar. Tenemos unos foils que cuando el bote acelera se levanta del agua, evita la fricción con el agua y duplica la velocidad. El manejo, control, velocidad y balance son ahora extremos. A los 54 años estamos aprendiend­o eso”, dijo Figueroa, quien también correrá el Nacra 17 junto a Franchesca Valdés.

Figueroa comparó el Nacra 17 con un Ferrari al lado del Hobie 16, que es como un Volky. Dijo que, pese a las diferencia­s, sigue compitiend­o en los Juegos Centroamer­icanos y del Caribe con el Hobie 16 porque lo mantiene enfocado. El Nacra 17 es solamente un bote olímpico. “Nos ayuda en el enfoque de estar en el itinerario de entrenar y competir. Aquí estamos dedicados los siete días”.

Sin embargo, el itinerario de Barranquil­la le interrumpe la preparació­n para el Nacra 17, un bote que, según él, tiene en su poder desde marzo pasado y en el que ha competido sola una vez desde entonces.

Figueroa dijo que dos semanas luego de Barranquil­la viajarán a Dinamarca para iniciar el proceso clasificat­orio hacia Tokio. “Luego de Barranquil­la vamos a Dinamarca a montarnos en un Ferrari luego de estar en un Volky. No es lo óptimo, pero es lo que tenemos que hacer”.

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Andre kang / enviado especial Después de Barranquil­la, Enrique “Quique” Figueroa comenzará la búsqueda del pase olímpico a los Juegos de Tokio 2020 en otro bote, junto a Franchesca Valdés.

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