PRIORIDADES DEL ESTADO
Los últimos días en la colonia más vieja del mundo no se sabe si han sido para reír o rabiar. De repente parecía que la crisis había acabado y el milagro de la abundancia se asentaba nuevamente en nuestras arcas. Una colonia quebrada, lo que es común, pues las colonias no están hechas para prosperar, proponía pagar un salario de $750,000. Como si el salario no fuese en sí ya un insulto, el hoy renunciante, sostenía lo sacrificado que era para él vivir con un sueldo como ese. No era para menos la reacción en masa de los medios y el pueblo. Este no es el primer funcionario de esta administración que se queja de la sacrificada paga que recibe. No se puede humillar más a este archipiélago.
Coloquemos las cosas en perspectiva. El “sueldazo” que para este hombre significaba un sacrificio es el sacrificio, en promedio, de un docente por 34 años de servicio en pos de la educación del país. Treinta y cuatro años luchando con la burocracia, la falta de materiales, la corrupción, “la pala” y la ausencia del personal necesario para nuestros niños con diversidad funcional. Trabajar una vida en una profesión desvalorizada es un verdadero sacrificio. Aun por encima de ello, ¿sabrá o recordará alguien en nuestra élite gubernamental el sacrificio que supone para un trabajador promedio ganar $750,000 con un paupérrimo salario de $7.25 por hora?
La insensibilidad es la orden del día. Mientras la quiebra sigue su curso, lanzando al exilio a miles de puertorriqueños y los estragos de María siguen palpables en un país que, a casi un año, sigue agonizando, siguen usurpando nuestro dinero. En medio de la debacle, se embelesaron por ver el cierre de una copa deportiva en la que no participamos. Eso, compatriotas, son las prioridades del Estado.