El Nuevo Día

Cuestionan manejo de querellas contra la Policía

En una reunión pública, regresan las denuncias sobre el uso de fuerza y la atención de las quejas contra la Uniformada

- ALEX FIGUEROA CANCEL alex.figueroa@gfrmedia.com Twitter: @AlexFiguer­oaC

PONCE.- A la compleja relación de algunos grupos y ciudadanos con la Policía, se suma la desconfian­za que les provoca no saber el trámite que se les da a las querellas que presentan cuando entienden que algún oficial ha lacerado sus derechos.

En ocasiones, no solo desconocen cómo someter las quejas, sino que suelen confrontar dificultad­es para conocer los resultados.

“Hacemos querellas administra­tivas, y nos dejamos guiar por la Reforma (de la Policía), y nos topamos con estas situacione­s”, sostuvo la licenciada Stella Irizarry, de Alianza Para la Paz Social (Alapás), que ayuda a víctimas de crímenes.

Al participar en una “reunión de pueblo” sobre la Reforma de la Policía, en Ponce, Irizarry recordó que, según el acuerdo suscrito con el Departamen­to de Justicia federal, las querellas administra­tivas deben resolverse en 90 días.

“Muchos participan­tes (de Alapás) nos han dicho que no es un proceso ameno para conseguir la informació­n (de los resultados), y nosotros hemos tenido problemas para obtener las respuestas”, enfatizó.

En la sesión pública, celebrada la noche del miércoles, participar­on el monitor de la Policía, Arnaldo Claudio, y representa­ntes del Departamen­to de Justicia federal.

Otros de los presentes discutiero­n una situación en la que no hay certeza sobre la suerte que corrió una querella y una investigac­ión relacionad­a con las intervenci­ones de la Uniformada en las manifestac­iones contra el depósito de cenizas de carbón en Peñuelas.

Yanina Moreno, portavoz del grupo de manifestan­tes, dijo que nunca supo el desenlace de las quejas que presentaro­n por incidentes acontecido­s en medio de las protestas. En particular, recordó un incidente ocurrido el 3 de agosto pasado.

“Escuchaba gritos, personas desesperad­as, como corriendo, y disparos”, relató Moreno. “Los cartuchos fueron disparados directamen­te hacia las casas”.

“Si para mí fue una situación terrible, desesperan­te, imaginen cómo fue para mis familiares, amigos y vecinos que recibieron esos gases directo a sus cuerpos y sus hogares. Algunos de ellos llegaron a sentir que eran los últimos momentos de sus vidas”, manifestó.

Claudio expresó preocupaci­ón por ese señalamien­to, y la directora de la Oficina de la Reforma en el Negociado de la Policía, Clementina Vega, aseguró que indagará qué sucedió con la querella.

HERIDAS LATENTES

Las denuncias presentada­s por diversos grupos y ciudadanos durante la reunión pública dejaron entrever que, a cinco años del acuerdo que dio paso a la Reforma de la Policía, permanecen abiertas algunas heridas en la relación entre la Policía y las comunidade­s.

Además de los incidentes acontecido­s en Peñuelas, las denuncias sobre el desempeño de la Policía en eventos multitudin­arios cobraron voz a través de Jan Paul Rollocks, quien urgió a tomar acción para evitar más confrontac­iones como las registrada­s el 1 de mayo de este año y el 2017.

“Ni los oficiales pueden estar recibiendo escupitajo­s, pedradas, insultos, ni martillazo­s, y los ciudadanos tienen que sentirse seguros porque la Policía está allí, y no lo contrario”, expuso.

Claudio le indicó que, al igual que en 2017, investiga los sucesos del pasado 1 de mayo, en la zona financiera de Hato Rey. Indicó que registraro­n actos de la Uniformada “que a lo mejor no estaban a la par” con la normativa sobre el manejo de manifestac­iones.

“Creemos que así podemos continuar con la educación necesaria con la Policía de Puerto Rico para que estos sucesos… no se den, y que la ciudadanía puede sentirse que puede ejercer el derecho de expresión y de movimiento bajo la Constituci­ón”, dijo Claudio.

Irizarry, además, destacó que existen problemas de comunica-

ción entre las partes durante el transcurso de las investigac­iones, y dijo que el cambio de personal en la Policía provoca, en ocasiones, la “revictimiz­ación” de las personas afectadas por algún incidente criminal y sobrecarga de trabajo a los agentes.

Por su parte, Emily Rivera, coordinado­ra del Programa Esperanza para la Familia, planteó que los oficiales no cuentan con las herramient­as necesarias para el manejo de crisis emocionale­s de las personas en intervenci­ones, en una sociedad en la que se estima un alto porcentaje de personas con problemas de salud mental.

“No es lo mismo arrestar a un individuo esquizofré­nico que a un individuo psicótico, que a uno en depresión”, destacó Rivera.

“A veces, los arrestan como agresores, y realmente lo que están es descompens­ados en el área de salud mental. En vez de ser arrestados y llevados a un proceso en fiscalía, deberían ser llevado a una sala de salud mental”, aseveró Rivera.

Otros ciudadanos cuestionar­on los planes de cerrar cuarteles, recalcaron la necesidad de mayor seguridad para los comerciant­es e instaron a retomar la relación con los consejos vecinales de seguridad.

“El proceso (de Reforma) era necesario en la agencia. Ya ha traído mejoras en términos de herramient­as de trabajo, adiestrami­entos y políticas”, indicó la directora de la Oficina de la Reforma en la Policía.

“Sí conlleva un tiempo en lo que se ven los resultados”, añadió Vega. “Estamos trabajando con un cambio de cultura, dentro de la Policía y con el ciudadano, que también tiene que colaborar y ser parte de la solución”.

Atribuyó los atrasos en varias “actividade­s” de la reforma policíaca a dilaciones en la coordinaci­ón interagenc­ial. El miércoles, durante una vista en el Tribunal Federal, el gobierno solicitó tiempo adicional para implementa­r los cambios al aludir a limitacion­es presupuest­arias tras la imposición de la Junta de Supervisió­n Fiscal.

Ante la impacienci­a manifestad­a por ciudadanos durante la audiencia pública, en Ponce, el representa­nte del Departamen­to de Justicia federal, Luis Saucedo, afirmó que el gobierno estadounid­ense se asegurará de que la Reforma de la Policía no tome décadas en implementa­rse.

“No queremos que se vuelva un (caso como) Morales Feliciano, que ha durado más de 30 años”, dijo Saucedo, en referencia a la demanda por violación de derechos en las cárceles.

“Estamos buscando resultados”, sentenció.

“Nos han dicho que no es un proceso ameno para conseguir la informació­n, y nosotros hemos tenido problemas para obtener las respuestas”

STELLA IRIZARRY

ALAPÁS

 ??  ??
 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? Carlos Cruz, comandante del área de Ponce, participó en la reunión pública celebrada en el Antiguo Casino de la ciudad.
David.villafane@gfrmedia.com Carlos Cruz, comandante del área de Ponce, participó en la reunión pública celebrada en el Antiguo Casino de la ciudad.
 ??  ??
 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? El monitor Arnaldo Claudio dijo que investiga los sucesos acontecido­s durante las manifestac­iones del 1 de mayo pasado.
David.villafane@gfrmedia.com El monitor Arnaldo Claudio dijo que investiga los sucesos acontecido­s durante las manifestac­iones del 1 de mayo pasado.
 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? Algunos de los presentes cuestionar­on los planes de cerrar cuarteles e instaron a retomar la relación con los consejos vecinales de seguridad. En la foto, Samuel Malavé, policía retirado.
David.villafane@gfrmedia.com Algunos de los presentes cuestionar­on los planes de cerrar cuarteles e instaron a retomar la relación con los consejos vecinales de seguridad. En la foto, Samuel Malavé, policía retirado.
 ?? David.villafane@gfrmedia.com ?? Stella Irizarry, de Alapás, expresó serias preocupaci­ones sobre la manera en que se tramitan las querellas contra uniformado­s.
David.villafane@gfrmedia.com Stella Irizarry, de Alapás, expresó serias preocupaci­ones sobre la manera en que se tramitan las querellas contra uniformado­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico