La seguridad del visitante
México es el octavo destino turístico en el mundo. Recibe más de 35 millones de visitantes anualmente – diez veces los que llegan a Puerto Rico. El impacto total del turismo en la economía de México excede de $76 mil millones anualmente, también diez veces la economía del visitante de Puerto Rico.
Pero México tiene un problema, no puede garantizar la seguridad de sus visitantes. Según CNN, ocho de los diez destinos mexicanos con mayor arribo de visitantes internacionales tienen vigentes advertencias de viaje de los EEUU, Canadá o el Reino Unido. Uno de los destinos citados es la Riviera Maya en el estado de Quintana Roo que incluye a Cancún y Playa del Carmen y que representa el 60% del mercado mexicano. La península del Yucatán históricamente ha sido uno de los sectores más seguros de México. Pero esto está cambiando y en ningún lugar más que en la Riviera Maya donde están experimentando y hasta muriendo turistas internacionales en asaltos y balaceras.
En la advertencia de los EEUU: “Los ciudadanos estadounidenses deben ser conscientes de que… el estado de Quintana Roo experimentó un aumento en las tasas de homicidios …. (y aunque) la mayoría de estos homicidios parecían ser objeto de organizaciones criminales, se han producido incidentes de tiroteo, en áreas frecuentadas por ciudadanos estadounidenses, en los que personas inocentes han sido heridas o muertas”. Como resultado, luego de varios anos de crecimiento robusto, en 2018 las reservaciones hoteleras se han visto afectadas.
Sin desearle nada excepto lo mejor a nuestros hermanos mexicanos, Puerto Rico puede ser beneficiario indirecto de los eventos tristes que se están dando allá. Porque por más sentido de aventura que tengan, muy poca gente se quiere ir de vacaciones a un sitio donde van a poner sus vidas a riesgo o a participar de experiencias traumatizantes. Esa perdida la experimenta también Europa a consecuencia de actos terroristas.
Puerto Rico es un lugar donde no tenemos que preocuparnos por secuestros, ni balaceras en restaurantes, ni envenenamientos con la comida o parásitos, excepto ahora, casi un año después de María, cuando estos eventos están empezando a recrudecer. Lo estamos viendo en el Condado y en la calle Loíza, en el distrito de convenciones, en El Yunque, en Vieques y en Cabo Rojo.
Si Puerto Rico quiere aprovechar la recuperación económica que nos puede traer el auge en el turismo que se proyecta para nuestra isla, tenemos que darle una alta prioridad a la seguridad de nuestros visitantes. Tenemos que velar que en toda comunidad en cualquier parte de nuestra geografía donde lleguen visitantes, estemos preparados para recibirlos con brazos abiertos y protegerlos contra cualquier cosa negativa que pudiera afectar su experiencia y así empanar la imagen de nuestra maravillosa isla.
El gobierno – sea estatal o municipal - tiene un papel importante que jugar en la seguridad de nuestros visitantes, sea personal policiaco, alumbrado público o calidad de agua. La Junta supervisora tiene una responsabilidad también de asegurar que estos esfuerzos no se queden sin recursos. El gobierno federal debe respaldar la inversión en restaurar nuestro ambiente y nuestros activos naturales y culturales. Pero igual es la responsabilidad de cada ciudadano - cada uno de nosotros – de velar y de actuar en pro de la seguridad de nuestros visitantes y de nuestros residentes.
El potencial del turismo como estrategia de recuperación socioeconómica es tal que el retorno de nuestro esfuerzo e inversión hoy en preparar el destino para el visitante redundará mañana en nuevos ingresos al fisco para pagar por servicios públicos básicos como la seguridad y la salud y generar nuevos empleos y oportunidades de emprendimientos para levantar la isla.