Trump responde a editoriales en su contra con más ataques a la prensa
El presidente reaccionó a los más de 300 editoriales que critican su retórica
WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a cargar ayer contra los medios de comunicación después de que más de 300 diarios publicaran en la mañana editoriales de manera coordinada en los que denuncian los ataques y amenazas reiterados del mandatario.
En estos editoriales, periódicos de todo el territorio del país, incluido El Nuevo Día, defendieron la libertad de prensa y advirtieron del “peligro” que representa que el propio presidente del país ataque de manera repetida a la prensa.
Al respecto, Trump dijo ayer en su cuenta de Twitter que “no hay nada que (él) quisiera más” para Estados Unidos que “la verdadera LIBERTAD DE PRENSA”.
“El hecho es que la prensa es LIBRE para escribir y decir todo lo que quiera, pero gran parte de lo que dice son NOTICIAS FALSAS, impulsando una agenda política o simplemente tratando de dañar a la gente”, señaló.
Además, Trump aseguró que los “medios de Noticias Falsas son el Partido de Oposición”.
Como famoso de los reality shows y como presidente Trump ha mantenido una relación de codependencia con la prensa, a la que considera “enemigo del pueblo” en una respuesta visceral a sus críticas, pero a la que utiliza para movilizar a su base electoral.
Trump ha incrementado sus ataques a los medios en los últimos meses en un intento calculado para movilizar a los votantes republicanos de las zonas rurales que suelen votar en menor proporción que la oposición demócrata en las elecciones legislativas, que se celebran en noviembre.
Aunque intenta dosificar sus exabruptos, Trump a veces pierde el control y, cuando ve algo que le indigna en televisión, acude a Twitter para responder con una avalancha de mensajes a lo que considera las críticas injustas de los “medios de comunicación falsos”( fake news).
Otros antes que Trump atacaron a la prensa. El expresidente Richard Nixon (1969-1974) cuestionó la credibilidad de The Washington Post que destapó el escándalo del Watergate, mientras que el desdén por los medios de George H.W. Bush (1989-1993) inspiró el mensaje “Molesta a los medios, vota por Bush” durante su campaña para la reelección en 1992.
Sin embargo, ningún mandatario antes que Trump había dedicado tanto tiempo a programas de televisión y enviar mensajes en Twitter.
Cada mañana, de 8:00 a 11:00 de la mañana, el mandatario tiene reservado en su agenda “tiempo ejecutivo”, que emplea en Twitter y en ver sus programas favoritos, como Fox & Friends de la conservadora cadena Fox y al que a veces llama por teléfono para dar su propia versión de los hechos.
El periodista Michael D’Antonio explica en su biografía de Trump, Never Enough, publicada en 2015, que el presidente tiene una relación de codependencia con la prensa: él necesita la aprobación de los periodistas, al mismo tiempo que los medios acuden a él para generar audiencia.
Según el periodista, en la década de los 70, Trump comenzó a buscar la atención de la prensa y logró captarla con sus fiascos inmobiliarios y sus apariciones televisivas, incluido el concurso The Apprentice que le hizo famoso en la pequeña pantalla.
Trump ha roto con los parámetros tradicionales de la retórica política nacional y ha llevado a la Casa Blanca los peores instintos del popular género de los reality.
Según sus críticos, en su presidencia ha creado “The Donald Trump Show”, caracterizado por declaraciones que buscan constantemente la confrontación, el insulto y la exaltación de lo soez.
En su show particular, Trump ha señalado a la prensa como su archienemigo, atacando a los periodistas más que a la oposición demócrata.
Ha luchado contra la prensa a nivel personal burlándose de la minusvalía de un periodista o del aspecto de otra. De forma individual Trump ha señalado a los reporteros que publican información crítica, pero también ha atacado el estatus de la prensa como cuarto poder y ha desafiado su labor de “perro guardián”, llegando a considerar que los medios son “el enemigo del pueblo estadounidense”.
También ha llegado a animar a sus seguidores a insultar a la prensa presente en sus mítines. El editor del diario The New York
Times, A.G. Sulzberger, se reunió en julio con Trump para explicarle que su lenguaje era peligroso y había forzado al diario a colocar guardias armados en sus oficinas ante el incremento de amenazas.
La respuesta de Trump fue más insultos, más confrontación y reiterar en Twitter que la prensa era el “enemigo del pueblo”.
“Llamar a la prensa ‘el enemigo del pueblo’... es un peligro para el tejido cívico que hemos compartido durante más de dos siglos”
EDITORIAL DEL BOSTON GLOBE
DIARIO QUE IMPULSÓ LA INICIATIVA