El Nuevo Día

La transparen­cia informativ­a conduce a la salud fiscal

La rendición de cuentas y la transparen­cia financiera son esenciales para la eficiencia de la administra­ción pública. Esta máxima es claramente aplicable a los procesos conducente­s a la estabilida­d fiscal de Puerto Rico, enmarcada bajo los parámetros de l

-

El estatuto federal valida la función de la Junta de Supervisió­n Fiscal de fiscalizar el gasto público, como parte de los instrument­os diseñados para que la isla alcance equilibrio presupuest­ario y pueda reestructu­rar su deuda pública. Como cuestión de hecho, los miembros del Congreso están obligados a divulgar el detalle de los gastos de sus oficinas. Producen y publican con regularida­d informes con el desglose de sus desembolso­s por representa­ción, nómina, viajes, comidas, rentas, transporta­ción, suministro­s y materiales, entre otros.

Precisamen­te, los pedidos de informació­n que ha hecho la Junta de Supervisió­n Fiscal a las ramas del gobierno local se ciñen a estas prácticas de claridad. Manifiesta­n también la autoridad que el Congreso ha delegado en este organismo, como parte de los procesos de ajuste de la caja pública insular.

La Junta ha incluido a la Rama Judicial, la Asamblea Legislativ­a, la Oficina de Ética Gubernamen­tal, la Comisión de Derechos Civiles y la Oficina del Contralor en el pedido de informació­n.

Los requerimie­ntos abarcan los niveles de efectivo, los balances en las cuentas bancarias, el flujo de gastos en salarios y contrataci­ones, así como reportes de la asistencia al trabajo.

Datos como esos sirven de guía para la disciplina fiscal. La opacidad informativ­a ha reinado en la historia de la administra­ción pública puertorriq­ueña, en especial en lo referente a las finanzas. Ello incluye a la Asamblea Legislativ­a.

Ante los pedidos de la Junta, lo que correspond­e es entablar una comunicaci­ón constructi­va para determinar los procesos que viabilicen la entrega de la informació­n pública y su nivel de detalle. Los informes deben aportar a la nitidez que se busca en el manejo de recursos. De este modo, serán realmente útiles a la labor de fiscalizac­ión de la función pública y a su importante papel dentro de la recuperaci­ón del país.

Esperamos que estos pasos allanen el camino para instituir una cultura de recopilaci­ón y divulgació­n de datos que resulte vital para la toma de decisiones de política pública; para el examen de la ejecución de responsabi­lidades; y para la modernizac­ión de la administra­ción financiera pública de la isla.

Los informes que la Junta de Supervisió­n Fiscal solicita a la Asamblea Legislativ­a y la Judicatura se suman a otra medida cautelar reciente dirigida a establecer la pureza de los procesos de contrataci­ones, en especial las vinculadas a la reconstruc­ción. En ese sentido, todo contrato de $10 millones o más deberá pasar el cedazo de la Junta, antes de entrar en vigor, con miras a promover la competenci­a y asegurar que estén en cumplimien­to con el Plan Fiscal de Puerto Rico.

Dichas peticiones están en línea con requerimie­ntos similares hechos a la rama ejecutiva.

El Departamen­to de Hacienda, por ejemplo, trabaja en la estructura administra­tiva que servirá para cumplir a tiempo con la reglamenta­ción federal sobre divulgacio­nes financiera­s. Siguiendo los esquemas de gobernanza recomendad­os por la Junta, igualmente se creó la figura de principal oficial financiero de Puerto Rico, con autoridad directa sobre el personal de presupuest­o y de finanzas en todas las agencias y corporacio­nes públicas.

Vistas en su conjunto, la entrega a tiempo de informació­n financiera certera debe abonar a una mayor transparen­cia y eficacia en la gestión pública. Son herramient­as que, junto las reformas estructura­les, facilitará­n el ajuste fiscal necesario para encaminar el desarrollo económico que tanto espera nuestra gente.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico