¿Cuántos sufren en silencio?
Dificultad para concentrarse, inconvenientes para comunicarse y problemas al ejecutar funciones de razonamiento lógico podrían ser signos de una posible etapa intermedia de Alzheimer porque más allá de la memoria, esta condición afecta progresivamente los procesos mentales.
Este escenario era evidente en los angustiosos rostros de muchos puertorriqueños en el centro de la isla. Durante una visita a pueblos como Orocovis y Adjuntas, para la investigación de campo que desarrolla la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR) sobre la situación de los cuidadores de adultos mayores aquí nos topamos, de primera mano, con muchos que sufren estas señales. Sin embargo, no tienen acceso a expertos. Viven en lugares tan distantes y con tantas limitaciones que no logran recibir una atención especializada.
Esta situación lleva a cuestionarnos, ¿cuán reales son las estadísticas registradas en Puerto Rico relacionadas con personas diagnosticadas con Alzheimer? Profesionales en el campo de la salud coinciden en que existe un número significativo de personas padeciendo la condición y que no se refleja en el registro oficial. En Puerto Rico se han reportado, de acuerdo con la Ley 237 que lo registra, 17,295 personas con Alzheimer. Pero, ¿qué de aquellos que sufren en silencio?
En nuestro estudio científico, notamos que una de las preocupaciones recurrentes en los cuidadores era cómo lidiar con los cambios de conducta y psicológicos de la persona con demencia. En los sectores visitados, conversamos con cuidadores que desconocían que la condición de Alzheimer es una progresiva y que afecta los procesos mentales. Este panorama nos obliga a recordar la importancia de crear espacios accesibles, gratuitos y que cuenten con profesionales especializados.
Los cuidadores de adultos mayores necesitan contar con información actualizada para conocer sobre las enfermedades, los cambios esperados, el manejo de medicamentos, el cuido en el hogar, los aspectos legales y financieros, entre muchos otros temas vitales en el cuido digno. Como hemos notado en participantes de la Escuela para Cuidadores de Adultos Mayores de la PUCPR, mientras mayor conocimiento tengamos, menos serán los niveles de ansiedad ante la posibilidad de cometer un error. Atendiendo esa urgencia, el 22 de septiembre la PUCPR inició su tercer ciclo de la Escuela, libre de costo. Así continuaremos nuestro compromiso de educar y adiestrar a quienes atienden pacientes con esta condición.