El Nuevo Día

Nace la Red de Bosques Urbanos

La iniciativa busca facilitar la conservaci­ón de las zonas verdes

- AMANDA PÉREZ PINTADO Especial El Nuevo Día

“A través de la Red, tenemos un intercambi­o de conocimien­tos

entre los bosques, que se apoyan y se complement­an”

Es viernes a media mañana y, en una esquina del bosque urbano Doña Inés, en Trujillo Alto, unos 20 voluntario­s siembran más de 100 árboles nativos.

Su intención es que, cuando los árboles crezcan, creen una barrera natural contra el ruido y la contaminac­ión de los autos que transitan la carretera aledaña al parque, que resultó devastado tras el paso del huracán María hace poco más de un año.

El trabajo de los voluntario­s forma parte de los esfuerzos de recuperaci­ón y conservaci­ón coordinado­s por la nueva Red de Bosques Urbanos en Puerto Rico, creada por el Programa del Estuario de la Bahía de San Juan.

La iniciativa agrupa cuatro bosques con el fin de facilitar el mantenimie­nto de las áreas verdes en la zona metropolit­ana y mejorar la calidad del agua del sistema que comprende el estuario de la bahía de San Juan.

“La Red de Bosques Urbanos apodera bosques de alto valor ecológico en el área metropolit­ana para promover un manejo apropiado y su conservaci­ón para futuras generacion­es”, explicó la directora del Programa, Brenda Torres Barreto.

UNIFORMAR RECURSOS

El proyecto se enfoca en uniformar los recursos y las actividade­s relacionad­as con la recreación y educación, restauraci­ón e investigac­ión dirigida a la conservaci­ón de los espacios verdes.

Además del Parque Doña Inés, la iniciativa reúne los bosques estatales San Patricio, en San Juan, y Piñones, en Loíza, y el Parque Nacional Julio Enrique Monagas, en Bayamón.

“Hicimos una evaluación de las fortalezas y debilidade­s que puedan tener estos bosques con el propósito de conocer exactament­e qué se necesita y cómo nosotros podemos ayudarnos entre nosotros”, indicó Torres Barreto.

El Programa coordina los esfuerzos de la iniciativa para mejorar la comunicaci­ón entre los manejadore­s de los bosques y proveerles recursos.

“La Red de Bosques Urbanos nos provee una plataforma para lanzar de manera práctica y efectiva el apoyo a la infraestru­ctura verde del país”, señaló.

Anteayer, Torres Barreto firmó

un acuerdo de colaboraci­ón con la directora de la Fundación Luis Muñoz Marín, Linda Hernández, para lanzar la Red de Bosques Urbanos. De esta forma, el Parque Doña Inés figura como el primer bosque en unirse oficialmen­te a la iniciativa.

“Este acuerdo establece la importanci­a de nuestra colaboraci­ón y el espíritu de la misma”, manifestó Barreto Torres.

Aunque el Programa anunció la creación de la Red hace apenas unos días, el proyecto ha estado operando desde el paso del huracán María.

“Luego de María, la conexión entre nosotros fue mucho más importante”, dijo Torres Barreto.

VOLUNTARIA­DO

Como parte de los procesos de recuperaci­ón de los bosques, el Programa ha organizado unas siete brigadas de voluntario­s que han realizado labores en las zonas que componen la Red.

Dos de las brigadas laboraron en el Parque Doña Inés, que tiene una extensión territoria­l de 12 cuerdas. Entre los voluntario­s había empleados de Molson Coors.

“El cuerpo de voluntario­s del Estuario, que es bastante extenso, ha venido aquí. Estas son las cosas que a través de la Red se facilitan”, expresó el director del bosque urbano, Christian Torres.

Antes del huracán, el bosque albergaba 1,600 árboles de 250 especies, en su mayoría nativas y en peligro de extinción.

A causa del azote de María, el parque perdió unos 500 árboles, indicó el agrónomo. “De esos 500 árboles, hemos perdido 10 especies. Una de esas especies la sembraron (los voluntario­s) aquí hoy (el viernes)”, señaló.

PARTICIPAC­IÓN CIUDADANA

Una de las metas de la Red es involucrar a la ciudadanía para que forme parte de los procesos de recuperaci­ón de los bosques, además de visitarlos para propósitos recreacion­ales.

“La Red se hace de una manera bien atractiva y pública con el propósito de invitar a la gente a que sea parte de este esfuerzo y que potenciale­s manejadore­s de bosques se sientan apoderados”, ex- plicó Torres Barreto.

La directora espera que los esfuerzos de la Red sirvan para que otras personas busquen unir otras zonas a la iniciativa.

“Nosotros queremos, a través de esta Red de Bosques Urbanos, desarrolla­r la capacidad institucio­nal y de operación para que futuros manejadore­s lo hagan y formen parte de esta Red de Bosques Urbanos”, afirmó Torres Barreto, quien espera añadir otra zona a la iniciativa el próximo año.

CREAN “PASAPORTE”

Por su parte, el gerente de Educación del Programa, Eliezer Nieves Rodríguez, explicó que la entidad creó un folleto que contiene informació­n sobre los bosques que forman la Red y las actividade­s que ofrece cada uno.

“Se ha creado un pasaporte, que es una herramient­a para promociona­r las visitas de muchos grupos a estos bosques urbanos”, resaltó Nieves Rodríguez.

A partir de diciembre, el “pasaporte” estará disponible en papel en los bosques que forman la Red, y esperan lanzar una aplicación para la misma fecha.

Además, destacó que el Programa ofrece certificac­iones para medir la calidad del agua y que los ciudadanos participen en los esfuerzos de conservaci­ón de las cuencas del estuario.

“Las actividade­s le dan valor, les dan significad­o a los bosques”, puntualizó Nieves Rodríguez.

PARTE DE LA RECUPERACI­ÓN

Entretanto, Torres Barreto puntualizó que los esfuerzos de recuperaci­ón de las zonas verdes en el país son una parte crucial de la reconstruc­ción post-María por el valor ecológico de los bosques.

Señaló que las áreas que componen la Red amortiguan el impacto de fenómenos atmosféric­os. De hecho, una de las zonas de la Red, el Bosque Estatal de Piñones, contiene el 33 % de los mangles en el país.

“Para mí, es importante que la infraestru­ctura verde se vea como infraestru­ctura, no solo como un árbol. La infraestru­ctura verde juega un rol y tiene un servicio que hacer en la reconstruc­ción del área metropolit­ana y del país”, concluyó.

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La Red también tiene como fin mejorar la calidad del agua del sistema que comprende el estuario de la bahía de San Juan. Arriba, el bosque urbano Doña Inés.
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El programa organizó unas siete brigadas de voluntario­s que han realizado labores en las zonas que componen la Red de Bosques.
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Christian Torres, director del bosque urbano Doña Inés, destacó que, antes de María, el área albergaba 1,600 árboles de 250 especies.
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Especial el nuevo día / gabriella báez Voluntario­s del Programa del Estuario y Molson Coors sembraron anteayer 100 árboles nativos en el bosque Doña Inés, en Trujillo Alto.

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