Urnas ecoamigables para los cuerpos cremados
Ángel Maldonado trae a Puerto Rico las urnas biodegradables para disposición de cenizas, tanto humanas como de mascotas, en tierra y mar adentro
Como director funerario en un pueblo pequeño, para Ángel Maldonado reinventarse no era una opción. Tenía que “hacer algo distinto” para superar la crisis económica. Lo que nunca imaginó fue que, al hacerlo, contribuiría a la protección ambiental.
Hace año y medio, Maldonado introdujo a Puerto Rico las urnas biodegradables o ecológicas para disposición de cenizas, tanto humanas como de mascotas.
A través de su compañía In Living Memory, ofrece urnas que se descomponen entre uno y siete meses luego de haber sido enterradas, según las condiciones de humedad en el suelo.
Para quienes optan por disponer de las cenizas en el mar, hay urnas que se desintegran entre 15 y 20 minutos después de hacer contacto con el agua.
Maldonado es el distribuidor en la isla de Limbo América, empresa matriz de las urnas, con sede en México.
DOS TIPOS
Embalsamador de profesión y dueño de la funeraria Las Mercedes en San Lorenzo, Maldonado contó que la urna “que más se mueve” –la más popular– es la “Gaia” para tierra.
Dicha urna está hecha de aglutinantes y sustratos vegetales, por lo que “empieza a ablandarse” una vez se moja en el suelo.
Las cenizas son colocadas en el interior de la urna, que se entierra, a su vez, en un tiesto o directamente en el suelo. Maldonado, por ejemplo, ha enterrado urnas “Gaia” en patios de residencias y fincas.
“Si hay un árbol en la finca o el patio de la casa, la gente pone las urnas alrededor. Pero también se pueden poner en un tiesto grande con una planta para sombra, o en un hoyo en el patio y ponerles la masa de la raíz de la planta encima. A largo plazo, las raíces harán contacto con las cenizas y todo se hace parte del terreno”, dijo Maldonado, tras aseverar que “estamos fomentando la vida después de la vida”.
Acto seguido, afirmó que las cenizas “son inocuas”, o sea, que no contaminan el terreno.
Por otro lado, la urna “Oceanía” se usa para disponer de las cenizas en el mar. Está hecha de aglutinantes vegetales y sal marina. “Cuando se le vende al cliente, se le cede un flotador que tengo para que la coloque. Al entrar en contacto con el agua, la urna se ablanda y las cenizas empiezan a bajar”, indicó. Tras señalar que la urna “Oceanía” contiene calcio “que favorece” a los corales, dijo que solo la vende a personas que hayan garantizado que dispondrán de las cenizas tres millas mar adentro, según la reglamentación vigente.
“EN LEY”
En esa línea, Maldonado recalcó que su negocio de “despedidas verdes” está “en ley”, toda vez que lo cobijan disposiciones reglamentarias y estaturas estatales y federales.
El Reglamento General de Salud Ambiental precisa, en su sección 10.00, que “las cenizas deberán ser guardadas en recipientes adecuados”, y que “la parte interesada será responsable de la disposición final de las cenizas”.
Según Maldonado, las urnas ecológicas son recipientes adecuados, al igual que su depósito en tierra o agua “porque las cenizas no contaminan”.
Entretanto, manifestó que cuenta con el permiso general de la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) para la disposición de cenizas en el mar, en virtud de la Ley de Protección, Investigación y Santuarios Marinos de 1972.
Ese permiso, que se publica en la regulación federal 40 CFR 229.1, establece que los restos cremados pueden ser dispuestos en aguas oceánicas de cualquier profundidad, pero a no menos de tres millas náuticas de la tierra.
“Los papeles de la EPA me exigen a mí especificar de qué
puerto salimos, latitud y longitud, y que firme el dueño de la lancha. Hay unas exigencias que tengo que cumplir y si no las tengo de parte del cliente, no le ofrezco la urna”, recalcó.
LO PRÓXIMO
Maldonado destacó que ofrece a sus clientes “un servicio completo”, y que las urnas biodegradables son un “producto adicional” de su funeraria.
En otras palabras, los clientes escogen entre un velatorio y sepelio “tradicionales”, cremación y las urnas de metal o ecológicas. Si optan por estas últimas, el servicio incluye hacer el hoyo y sembrar la planta de preferencia.
“Ahora mismo, las personas que más me compran son las que llevan años con cenizas en urnas de metal y quieren despedir a sus seres queridos”, dijo, al añadir que los funerarios no deben verlo como competencia. Sostuvo, en cambio, que, si aún no tienen las urnas, lo contacten para puedan proveérselas a sus clientes.
Maldonado indicó que, como meta a mediano y largo plazo, es-