La cineasta Iris Morales relata su lucha como defensora de los boricuas
Iris Morales es activista desde los 70, cuando levantó su voz protestando contra injusticias en la nación americana. Hoy, continúa su lucha
“He sido activista toda mi vida”, afirma Iris Morales, puertorriqueña nacida en Nueva York, cuya voz suave y modales impecables parecen negar el estereotipo asociado con su autodefinición. Su trayectoria profesional, sin embargo, confirma su perfil de activista. De joven perteneció a los Young Lords, organización revolucionaria de puertorriqueños en Estados Unidos que luchaba contra la marginación de los boricuas. Sobre ellos hizo un documental, “Palante, siempre palante”, testimonio poderoso de aquellos años 70, cuando las minorías levantaron su voz para protestar contra injusticias políticas, raciales y étnicas. Era el momento de Vietnam, del reclamo de los derechos civiles por parte de los afroamericanos, de la Revolución Cubana y de la creciente conciencia de los puertorriqueños -hijos de inmigrantesde que unidos podían enfrentar el discrimen. En el documental aparecen rostros negros, blancos y de todos los colores intermedios. Hablan de la inferiorización experimentada y de la proyectada resistencia. Los noticiarios y videos intercalados captan con inmediatez el momento; la música caribeña le presta a las imágenes un ritmo vital.
Durante tres años después de su estreno en 1996 se transmitió por los canales de la televisión pública en Estados Unidos. “El único lugar donde no se vio fue Puerto Rico”. Iris quería hablarles a los jóvenes latinos en Estados Unidos sobre lo hecho por las generaciones anteriores. “Nosotros hemos tenido que luchar por todo. No nos han dado nada. Lo que hemos logrado no es un regalo; ha resultado de nuestros trabajos”. El rol de las mujeres “se minimizó siempre, aun entre los Young Lords, los Black Panthers y los Brown Berets” (las últimas dos fueron organizaciones que, como la primera, agrupaban comunidades étnicas: afroamericanos y chicanos). Hay que conocer la historia, explica: “si no sabemos dónde hemos estado nunca sabremos hacia dónde vamos”. Ella describe la comunidad puertorriqueña como de clase trabajadora –a trabajar fueron los puertorriqueños a Estados Unidos- afrodescendiente y con mujeres que fueron líderes. “Éramos jóvenes cuando nos comprometimos con la lucha. Los jóvenes suelen encabezar los cambios: tienen energía y visión para el futuro”.
Iris Morales documentó sus experiencias en el libro “Through the Eyes of Rebel Women: The Young Lords, 1969-1976” (2016). “Durante los 60 estábamos todos conectados: negros, blancos, puertorriqueños, chicanos; librábamos luchas comunes, reflexionábamos acerca de la naturaleza del poder”. Según pasó el tiempo la agresividad se suavizó, desarrollándose una mentalidad de clase media. “Fuimos a la universidad y elegimos a políticos de nuestros grupos, aunque no siempre estos le respondieron bien a la comunidad trabajadora. La gente perdió su sentido de solidaridad; estaba dormida. Quizás ahora, con la elección de Alexandra Ocasio, se abra el camino a un activismo político renovado. Nos hemos unido a la campaña de “Black Lives Matter” porque lo latino se conecta con todo.
Este año, Iris editó la antología: “Latinas. An Anthology of Struggles and Protests in 21st. Century USA”. “Buscamos voces nuevas y jóvenes que se dirigieran a las circunstancias del siglo XXI; quisimos unir a latinas de todos los Estados Unidos, subrayando lo que tenemos en común a pesar de las diferencias”. La antología no solo representa la diversidad entre latinas sino que ausculta situaciones relativas al género, la clase social y la violencia contra las mujeres además de la ecología y las nuevas posibilidades de organización.
Su militancia ha encontrado aún otra avenida: tras estudiar derecho y un MFA en Artes Integradas de la Comunicación, que la introdujo al mundo digital, fundó en 2012 la editorial Red Sugarcane Press. “Cuando pensé en cómo quería pasar estos años de mi vida pensé en una editorial. Es una labor de amor, yo lo hago todo: el diseño, la edición, la publicación y colaboro estrechamente con los escritores en cada fase del proceso. Vi una gran oportunidad en el internet para dar a conocer lo que están creando los latinos. Mi enfoque es la experiencia latina en Estados Unidos”. Ha publicado a autores como el poeta niuyorrican José Ángel Figueroa y los dramaturgos Magdalena Gómez (“Shameless Woman”), Carmen Rivera (“Child of Water”, sobre Julia de Burgos) y Félix Rojas (“Growing Up Gonzales”).
El proceso de distribución –difícil siempre- lo trabaja desde diferentes ángulos. “Envío el manuscrito y la portada a Amazon y cuando la gente ordena el libro, lo imprimen y lo venden. También uso Ingram, que vende a librerías y bibliotecas. Es otro formato y preparo aún otro para Smashwords, que distribuye libros electrónicos”. En San Juan, los libros están en el Instituto de Cultura Puertorriqueña.
¿Cómo ha realizado tantas actividades? “Uno aprende haciendo”, contesta. “Trato de vivir según mis creencias”.