Lo que el viento me dejó
Las pinturas inspiradas en la huella del huracán María sobre la naturaleza sirven para que la Fundación Remi ayude a niños y comunidades necesitadas
Vestido del payaso Remi o sin la característica vestimenta de ese personaje infantil, José Vega Santana continúa haciendo labor social para niños y adultos que necesitan ayuda, a través de la fundación que creó hace 11 años y a la cual aporta el producto de su arte.
La exposición de pintura “Lo que el viento me dejó” es el más reciente proyecto del artista, cuya segunda edición se exhibe en el Centro Cardiovascular de Puerto Rico y el Caribe. La primera parte, en la que expuso obras inspiradas por la devastación que causó María en el paisaje de la isla se hizo en Plaza las Américas en febrero y con el producto de la venta de todas las obras se hizo un comedor comunitario en Santos Pamba en Quito, Ecuador, donde se le da una comida diaria a cerca de 100 niños. De hecho, fue la pobreza que vio en ese país, cuando laboraba en una campaña de nutrición contratado por la farmacéutica Abbot, lo que lo motivó a establecer Fundación Remi para ayudar a niños pobres.
“Después del huracán, estuve como 100 días sin trabajar en casa, volviéndome loco porque yo me pinto la cara casi todos los días”, le dijo José, quien lleva 38 años laborando en la televisión, a los asistentes en la apertura de su nueva exposición.
Luego del paso del ciclón y de ver los daños sufridos en su estudio y en la empresa de su esposa, Bettina Mercado, el artista decidió vestirse de Remi y visitar diferentes pueblos para llevar alegría. Para manejar el proceso de recuperación, se puso a pintar los paisajes que le habían impactado. “No quise pintar naturaleza seca y quise ponerle ponerle color porque nosotros somos así”, explicó sobre sus piezas.
Con parte de lo que genere la nueva exposición, irá en viaje misionero a Cuba, Perú y Guatemala.
“Hemos nacido con un corazón misionero y no lo sabíamos. En el camino, lo hemos ido descubriendo. No solo estamos en el tema de los niños, sino en el alcance de las mujeres que tienen pocas oportunidades y tienen que ser madres y padres”, agregó su esposa Bettina.
Se refirió a la fundación Ángeles Vivientes, de la cual José es vice- presidente, que ayuda a más de 17 hogares que albergan niños huérfanos y/o con autismo, o que han sufrido maltrato y abuso sexual, entre otros. Además, tienen un proyecto para construir viviendas a residentes de Dorado que perdieron todo a causa del huracán. Como parte de su crecimiento como educador, José, de 62 años, decidió compartir sus conocimientos con adultos mayores y les ofrece clases de pintura con el propósito de que aprendan algo nuevo que les permita combatir la soledad, la depresión y sirva como prevención de condiciones como el Alzheimer. Para información: (787) 409-7494.
SICÓLOGO Y ARTISTA PLÁSTICO
Aunque la mayoría de las personas lo conocen como Remi, José ha estado ligado a las artes plásticas desde adolescente, al igual que al mundo de la televisión pues su madre, Googie Santana, trabajó como actriz y cantante.
“Tuve la oportunidad de estar en la Liga de Arte desde los 12 años y en séptimo grado fue el profesor Rodríguez a la escuela pública donde estaba, la intermedia Sabana Llana en Río Piedras. Me entusiasmó. Fue la primera persona en darme un lienzo, unos pinceles y pinturas de óleo y, luego me acuerdo de cómo (Luis Germán) Cajigas nos buscaba a los muchachos del barrio, nos montaba en una guagua que tenía y nos llevaba a las galerías. Esas dos